Según Wikipedia:
Las personas con un trastorno de identidad disociativo pueden experimentar a menudo un cuadro de síntomas que pueden parecerse a los de otros trastornos psiquiátricos. Los síntomas pueden ser similares a los de la ansiedad, de las alteraciones de la personalidad, de la esquizofrenia y de los trastornos afectivos o de la epilepsia. La mayoría de las personas sufre síntomas de depresión, ansiedad (dificultad para respirar, pulso acelerado, palpitaciones), fobias, ataques de pánico, alteraciones del apetito, estrés postraumático y síntomas que simulan los de las enfermedades físicas. Pueden estar preocupadas por el suicidio y son frecuentes los intentos, así como los episodios de automutilación. Muchas personas con trastorno de identidad disociativo abusan del alcohol o de las drogas en algún momento de su vida.
El cambio de personalidades y la ausencia de consciencia del propio comportamiento en las otras personalidades hacen a menudo caótica la vida de una persona con este trastorno. Como las personalidades con frecuencia interactúan entre ellas, la persona dice oír conversaciones internas y las voces de otras personalidades. Esto es un tipo de alucinaciones.
Hay varios signos característicos del trastorno de la personalidad disociativo:
Síntomas diferentes que ocurren en distintos momentos.
Una capacidad fluctuante para asumir sus funciones, desde la eficacia en el trabajo y en la casa hasta la inhabilidad.
Intensos dolores de cabeza y otros síntomas físicos.
Distorsiones y errores en el tiempo y amnesia.
Despersonalización y desrealización (sentimiento de estar separado de uno mismo y experimentar su medio como irreal).
Constantes crisis de pánico.
Bipolaridad en diversas ocasiones.
Las personas con un trastorno de identidad disociativo frecuentemente oyen hablar a otros de lo que ellas han hecho pero que no recuerdan. Otras pueden mencionar cambios en su comportamiento que ellas tampoco recuerdan. Pueden descubrir objetos, productos o manuscritos con los que no contaban o que no reconocen. A menudo se refieren a sí mismas como “nosotros”, “él” o “ella”. Mientras que, en general, las personas no pueden recordar mucho acerca de sus primeros cinco años de vida, la persona con un trastorno de identidad disociativo no recuerda tampoco lo ocurrido entre sus 6 y 11 años.
Las personas con un trastorno de identidad disociativo tienen normalmente una historia de tres o más diagnósticos psiquiátricos previos diferentes y que no han respondido al tratamiento. Estas personas están muy preocupadas por temas de control, tanto el autocontrol como el control de los demás.
Yo creo que esto habla por sí mismo. Sobre todo hacer hincapié en el tema de que se preocupan bastante por el control.
Y aunque no tuviera un trastorno de identidad, desde luego Alfred ni estaba cuerdo, ni era gay ni afeminado. Su problema es que llegó a desarrollar una obsesión malsana por su hermana, al punto que llegaba a verla como una verdadera diosa en el sentido más estricto de la palabra. Siempre idolatrándola, a su sombra, poniéndose por debajo a su servicio. No es nada que no llegara a pasar en cualquiera de las religiones de la historia.
El problema se acrecenta cuando Alexia decide hibernar y la pérdida de esta hace que Alfred necesite recrear su imagen para sentir que está allí y que no la ha perdido, dando lugar a su travestismo, conversaciones en solitario, etc. A lo mejor era consciente de que se estaba haciendo pasar por Alexia, pero el hecho de, por ejemplo, mirarse al espejo y ver su imagen reflejada le hacía sentirse más seguro de que no se iba a olvidar de ella. Esto no indica nada de su orientación sexual ni de su afeminamiento (es afeminado cuando debe, y es cuando debe ver a "Alexia"... No creo que en sus recuerdos guardase la imagen de Alexia como la de un macho cavernario). Simplemente son consecuencias de un problema psicológico grave.
De todos modos esto no es nada que no se haya dicho ya. No pienso que tenga que venir un file a corroborar algo que se ve por sí mismo, al contrario que Claire y un fetiche por el cuero.