La leyenda 3. Raccoon City.

[Ill]

Hell yeah! ¡Caña al mono!

[Ele Alzerav]

Poderes a la carta xDDD

a ver que tal la tierra que el agua es un poco agobiante la verdad

[_Raven_]

Eres un máquina tío. Te saldrá una especie de máscara como en bleach cuando estás en estado "hollow" dominado por evil korvy? xDD

Salu2.

[BioMetal]

jaja te está quedando muy bueno Korvy pero.....

Dios! que manera de alargar el final! xDDDD

yo pensaba que ya terminaría la pelea.... pero todavía faltan las de fuego, viento y tierra... y después seguro le encontrarás la forma de alargarlo un poquito más jeje

Una masa la historia!!

[rafdi_13]

Cual Crepusculo, cual Harry Potter, cual Codigo Da Vinci... el proximo Bestseller es

La Leyenda de la Foto en la Ducha 1 y 2

Lo unico que me intriga es para cuando saldran las traducciones al chileno, al argentino etc para abrir mercado digo no?

Pero ya en serio me interesa muchisimo que clase de final le dara Korvy a esto, Vamos no nos hagas esperar!

[Korvy]

http://www.youtube.com/watch?v=EndLVHRWhrE

Capítulo 25. La vitalidad de Beltran. La batalla de tierra.

El nuevo escenario estaba formado por un paraje desértico con numerosas formaciones rocosas. No había ni el más mínimo rastro de vegetación, ni la más ligera brisa, ni rastro de agua. Beltran se encontraba en el pico de un saliente de una enorme roca que hacía una formación de arco incompleto con otra roca que también tenía un gran saliente en donde me encontraba yo. Algo me decía que el paisaje iba a cambiar completamente tras iniciarse la contienda que estaba a punto de llevarse a cabo. El resto de los usuarios de RESH también se encontraba en este lugar, aún separados por las barreras transparentes.
Era el momento de probar los poderes terrestres, así que, evitando la sorpresa salté hacia atrás, y con un giro de muñeca, levanté el saliente. Como me imaginaba, aunque Beltran no había movido ningún músculo, había comenzado su ataque, y varias rocas impactaron contra el improvisado escudo que había creído.
Korvy: No siempre me vas a pillar por sorpresa.
Pero casi sin darme tiempo a terminar la frase, una piedra del tamaño de un puño atravesó ese escudo para impactar de lleno con otra formación rocosa a mi espalda. Me quedé unos instantes paralizado. Esa piedra había salido a una velocidad endemoniada, y no me había golpeado en la cara por poco. Beltran sabía como hacerme cerrar la boca sin necesidad de hablar. Pero su golpe de efecto no había terminado aún, porque la formación rocosa a mi espalda empezó a caer lentamente. Tuve que correr rápidamente hacia la izquierda para evitar morir aplastado. Se levantó una inmensa nube de polvo que me impedía ver lo que había sucedido. Tampoco tenía mucho tiempo para quedarme contemplando. Beltran emergió de esa enorme nube a una velocidad endemoniada dispuesto a derrotarme. Rápidamente, lancé varias piedras que provenían de todas partes, deteniendo su avance en seco gracias a un efecto metralleta que se formó en su cuerpo. Las piedras impactaban una y otra vez contra el cuerpo del jefazo sin parar. Una de las piedras golpeó tan fuertemente su cabeza que salió despedido hacia atrás. Mi ataque cesó en ese momento. No quería aprovecharme de un rival tumbado.
Pero, aunque Beltran no se había levantado, un inmenso terremoto sacudió el escenario de la lucha. Miré a mi alrededor, y descubrí horrorizado que a ambos lados de donde me encontraba yo había unos pilares de roca que empezaron a caer. Corrí como un demonio tratando de evitar que alguno de esos pilares me aplastara. Aunque no me hiciera gracia, me sentía como Indiana Jones tratando de escapar de un templo que se venía abajo. Cuando por fin llegué hasta el final del camino de los pilares de la tierra, el último de ellos se estaba viniendo abajo demasiado rápido como para que me diera tiempo a cruzar antes de que cayera, así que tuve que saltar lo más lejos que pude, dejarme caer y rodar rápidamente para pasar. Tras sobrevivir a semejante ataque, el temblor paró, pero no podía ver a Beltran al otro lado de ese camino recubierto por rocas de todo tamaño.
Repentinamente, Beltran apareció detrás de mi y me propino una fuerte patada en la espalda. Evité caer al suelo ayudándome de mis manos y dando una rápida voltereta para volver a caer sobre mis pies. Pero al ver a Beltran, me percaté de algo que me extrañaba.
La frente de Beltran tenía una fuerte herida, seguramente a causa de la última pedrada de mi metralleta de piedras, pero por primera vez desde que empezó nuestro combate, asomó un hilillo de sangre en la cara de Beltran. Me parecía muy raro que después de todos los golpes que nos habíamos proporcionado, ninguno de nosotros hubiera sangrado hasta el momento. Además, por primera vez en mi vida, vi odio en su mirada.
Me lancé al ataque, pero poco antes de llegar hasta donde estaba Beltran, la tierra a sus pies se elevó, y yo golpeé con el puño a la inmensa roca que se había levantado. Traté de sobreponerme al contratiempo y escalar rápidamente esa pared, pero a mitad de mi ascenso, la zona volvió a bajar, dejándome a merced del big boss que me recibió con un puñetazo que alcanzó mi cara de lleno.
A pesar del odio que había aflorado en Beltran, el viejo zorro seguía atacando con la cabeza fría. Aún estaba calmado y no se precipitaba, pero sabía que sólo era cuestión de tiempo que consiguiera sacarle de quicio. Y entonces, cometería muchos errores de los que podría aprovecharme. Pero aún tenía que trabajar algo más para conseguirlo, así que me levanté, y me aclaré un poco la voz.
Korvy: Vaya, eso de jugar con los niveles a los que se encuentra la tierra es muy divertido.
Acto seguido, fui yo en esa ocasión quien elevó el terreno en el que se encontraba Beltran, haciendo que se mantuviera en pie sobre un fino saliente. Inmediatamente, empecé a lanzar rocas contra la pared que quedaba a sus pies para desequilibrarle, y justo después, bajé el terreno a su posición original. Beltran cayó con un fuerte estruendo al suelo. El administrador se levantó rápidamente y trató de devolverme la jugada exactamente del mismo modo, pero yo me había preparado, y antes de que empezara a lanzar rocas, elevé unos pilares en mi flanco izquierdo, cada uno un poco más bajo que el anterior, hasta volver a tierra firme de una forma mucho más suave.
Sin embargo, no había tiempo para respirar, porque mi enemigo golpeó con su puño al suelo, y empezó a abrirse una enorme grieta que iba separando la tierra. El suelo se abrió a mis pies y caí a las profundidades. Tenía poco tiempo para reaccionar, pero estirando mis brazos y mis piernas conseguí frenar la caída y quedarme suspendido entre las dos partes de la tierra.
Korvy: Hay que ver qué manía tienes con mandarme a las profundidades.
Beltran no estaba para bromas, y pude ver como las paredes empezaron a comprimirme. La grieta se estaba cerrando conmigo dentro. Si quería evitar la muerte, tenía que hacer algo rápido. Todo lo que se me ocurrió fue abrir una cavidad en la pared de mi derecha y colarme por ahí. Me encontraba completamente a oscuras cuando la grieta se selló. Volvía a faltarme el aire progresivamente mientras pensaba cuál iba a ser mi siguiente movimiento. Entonces, se me ocurrió una idea.
Aunque no podía verlo, lancé varias formaciones rocosas con forma puntiaguda hacia Beltran. Era un ataque similar al que había utilizado Beltran para congelarme en la batalla del agua. Eso malditos pinchos de hielo, ahora se convertían en pinchos de roca, y tenía que ser él quien esquivara esos ataques.
Cuando ya no podía aguantar más, creé una perforación enorme desde donde me encontraba yo hasta la superficie, y salí por ahí rápidamente. Beltran seguía ocupado tratando de esquivar esos pinchos, y pude aprovechar la ocasión para atacar.
Me sumergí en medio de mi propio ataque, y aparecí de entre esos pinchos que el jefazo esquivaba para golpear en su abdomen con mi puño derecho, y lanzarle después con una patada en la cara. El jefazo quedó incrustado en una pared rocosa con los brazos extendidos, y, aparentemente, inconsciente. Me acerqué lentamente hacia mi rival, que seguía sin mover un músculo, pero, cuando pude verle perfectamente la cara, observé como su muñeca se recubría de la roca que le tenía más o menos apresado.
Entonces, abrió los ojos, y haciendo fuerza con los brazos, se llevó dos enormes trozos de la roca en sus muñecas. Tratando de darme un puñetazo, lo que consiguió fue hacer añicos las rocas que se sujetaban en sus brazos al impactar contra mí. Repitió la operación con el otro brazo y caí al suelo.
A pesar de lo dolorido que tenía el cuerpo tras ese ataque, conseguí levantarme. Me llevé la mano a mi frente, y noté humedad. Miré la palma de mi mano, y comprobé que estaba sangrando.
Korvy: Volvemos a estar en igualdad de condiciones.
Beltran no decía nada. Seguía con esa mirada inquisitiva que tanto deseaba. Pero aún no había logrado sacarle de quicio, y eso empezaba a plantearme si debía seguir o no con ese juego. Volví a lanzarme al ataque, pero Beltran invocó un fino pilar que me golpeó en la barbilla, frenándome en seco.
Estaba consiguiendo el efecto contrario al que buscaba. Si quería vencer a Beltran, tenía que mantener la calma, y no atacar a lo loco. Me encerré en una gran muralla de roca mientras pensaba en mi siguiente movimiento.
Mis mejores movimientos habían sido la metralleta de rocas y los pinchos de tierra mientras me encontraba enterrado. Quizás, si mantenía los dos ataques, me escabullía bajo tierra, y atacaba por sorpresa, tendría éxito.
Abría la tierra bajo mis pies en una cavidad pequeña pero profunda, me deslicé hacia los adentros terrestres, y deshice la muralla que me protegía en un sinfín de rocas que lancé hacia Beltran.
El siguiente paso era conseguir mantener la metralleta a la vez que aparecían los pinchos en el suelo. El problema era que no podía comprobarlo, pero lo hice esperanzado en mi éxito.
Y entonces, aparecí de nuevo en la superficie, pero Beltran me estaba esperando y con un manotazo me lanzó al suelo. Deseando ver qué había fallado, comprobé que el jefazo había invocado un enorme muro en el que impactaban cada roca y cada pincho que con tanto esfuerzo había lanzado contra él.
El administrador se acercó lentamente hacia mí. Sabía que pretendía acabar con esto de una vez por todas. Yo me encontraba sentado, con las piernas estiradas formando un ángulo recto. No había logrado mi objetivo, y posiblemente me iba a salir muy caro.
Pero cuando estuvo bastante cerca, emergió un pincho de debajo de la tierra entre mis piernas, y según se elevaba, iba tomando forma. Parecía una cabeza de un dragón. Con una voltereta, me eché hacia atrás mientras la tierra seguía elevándose, y daba forma de unas alas que emergieron y destrozaron el muro de Beltran. En ese momento, tanto la metralleta, como los pinchos, que seguían su ataque, impactaron con Beltran por la espalda, mientras que el dragón se movía hacia él también dispuesto a atacar.
Korvy: ¿Qué demonios está pasando?
Evil Korvy: Me he tomado las molestias de actuar por ti.
No tenía tiempo para quedarme pensando en la actuación de mi alter-ego interno, pero su ataque había conseguido el objetivo que buscaba con mi plan. Beltran estaba malherido, pero aún tenía fuerzas para destruir con un grito de furia al dragón, y para elevar el terreno y librarse de la metralleta y los pinchos de tierra.
Por fin, Beltran empezaba a perder la compostura. Su ira empezaba a aflorar.
Beltran: ¡Muy bien! ¡Ya es suficiente!
Me quedé extrañado por las palabras del jefazo.
Beltran: ¡Ahora veremos cómo te las apañas con los poderes de viento!
Y efectivamente, el escenario cambió su aspecto una vez más.
Korvy: Así sea.

[Ill]

Vas y te dejas la batalla que más me interesa para el final.

Güeno, a ver cómo os lanzáis tornados, huracanes, vendavales, tormentas y demás elementos climatológicos relacionados con el aire

[rafdi_13]

Mmmmm

Empiezo a odiar a Evil Korvy

Nos va dejar sin jefazo ^^

Ok esperando la proxima

atte Rafdi_13
Forever and Ever

[Ele Alzerav]

Ya tenemos Indiana Jones particular xDD

os lo tomáis medio en broma medio en serio,
así se le quita el aire de que podéis destruir el planeta entre los dos como se os vaya la pinza.

[Korvy]

Capítulo 26. La majestuosidad de Beltran. La batalla de viento.

http://www.youtube.com/watch?v=0fNEbFkZPg0

Estábamos suspendidos en la atmósfera, flotando en el aire. Lo único que había a nuestro alrededor era una inmensa tormenta de relámpagos y un viento azotador. Afortunadamente, en este nuevo escenario partía con cierta ventaja, porque ya había luchado en condiciones parecidas contra Evil Korvy, y podría aprovechar más fácilmente mi velocidad. Lo que era una lástima era no haberme enfrentado a Valentina en ninguno de nuestros encuentros. Mi experiencia pudo haber sido mayor si la moderadora no hubiera huido de mí en las dos últimas ocasiones.
Beltran no parecía tan calmado como antes, de hecho, estaba un poco agitado. Aunque no parecía estar haciendo nada, el viento empezaba a agitarse cada vez más furiosamente, hasta que se formó un tornado entre nosotros dos. No entendía qué pretendía el jefazo con eso, pero estaba claro que él era el causante de todo esto.
Lo realmente sorprendente fue cuando el tornado de abrió, se abalanzó sobre mí, y volvió a cerrarse conmigo dentro. La corriente de aire empezó a cortarme como cuchillas afiladas. Concentré todo mi poder para tratar de escapar, y, emitiendo toda mi energía, destruí el tornado que me apresaba.
Tras eso, lancé varias ráfagas de viento a Beltran que conseguía esquivar, pero utilizando finalmente mi velocidad, me coloqué a su espalda y le golpeé con mi codo en la zona lumbar. Volvía a deslizarme rápidamente en el aire para recibir a Beltran varios metros más allá con un puñetazo en el estómago y otro en la barbilla. Rematé el ataque subiendo más rápido que él y juntando mis manos en un puño doble, le lancé a las profundidades con un golpe en la cabeza.
Beltran se estabilizó, y subió de nuevo. Otra vez estábamos cara a cara.
Korvy: Bien, creo que es hora de empezar a luchar en serio.
Lentamente, me quité la americana. Como el resto de mi ropa, tenía un montón de cortes y roturas. Después, me quité la corbata, el sombrero, y finalmente, la camisa. Él también se quitó la gabardina y la camiseta.
Beltran: Se acabó el calentamiento.
De nuevo, el administrador se lanzó al ataque. Intentó conectar unos combos a una velocidad endiablada, pero conseguí esquivar cada uno de sus golpes. Dejé que creyera que había perdido la concentración durante un instante, y lanzó un puñetazo hacia mi cara, pero atravesó mi imagen. Con mi velocidad, había conseguido volver a ponerme a su espalda. Repetí varias veces esa operación sacando aún más de quicio a Beltran.
Entonces, ya harto, trató de engañarme. Lanzó otro puñetazo, pero reculó e inmediatamente después, lanzó un codazo hacia su espalda. No caí en esa trampa. Le envolví en un tornado que le devolvió el primer golpe que me propinó en esta lucha.
Consiguió escapar del mismo modo que hice yo, pero él también estaba malherido ahora. Sin embargo, sabía que eso no era suficiente para detenerle, y me preparé para el más que probable contraataque.
Desdoblé mi imagen varias veces usando mi velocidad. Beltran parecía rodeado por una legión de Korvys, pero sólo uno de ellos era auténtico. Me mantuve a la espera de que Beltran fallara su ataque para contraatacar. Sin embargo, el jefazo no era tan tonto, y se rodeó de una inmensa corriente de aire que logré esquivar por poco, pero las imágenes de mis otros yo se desvanecieron.
Beltran: Has empleado un truco muy viejo.
Korvy: Bueno. Tengo más.
En esta ocasión, rodeé a Beltran a más velocidad, sin dejar ninguna imagen tras de mí. En su lugar, creé un tornado con mi persona que empezó a golpear sin piedad el cuerpo del administrador. Aunque mi ataque estaba siendo muy efectivo, Beltran siempre encontraba una salida. Envolvió su cuerpo en una masa eléctrica que me frenó en seco en cuanto intenté golpearle.
Korvy: ¿También electricidad?
Beltran: Sí, aquí está permitido.
Korvy: Claro, los rayos son fenómenos atmosféricos…
Entonces, lancé una ráfaga de aire eléctrico contra el jefazo. La electricidad le paralizó, y me sirvió en bandeja mi siguiente ataque con otra ráfaga de aire que le envió por los aires. Tenía poco tiempo para cargar un nuevo ataque eléctrico y alcanzarle antes de que recuperara la estabilidad. Con un poco de suerte, cuando ya trataba de dar una voltereta para volver a estabilizarse, conecté el mismo ataque eléctrico que usé para liquidar a los bots.
Beltran se sacudió ligeramente, pero consiguió volver a repeler mi ataque.
Korvy: No lo entiendo. Con este ataque dejé fritos a los Bots, ¿cómo es posible que apenas te haya hecho daño?
Beltran: ¿Acaso pretendes compararme con unos estúpidos Bots?
Korvy: Bien visto.
Me puse en guardia esperando el próximo envite de mi contrincante. Pero Beltran no se movía. Parecía que estaba concentrando su energía, o algo por el estilo, porque podía comprobar que la tormenta se aceleraba aún más, los relámpagos rajaban el cielo con más fuerza, y el viento cada vez se agitaba más vigorosamente. ¿Qué demonios estaba pasando?
Beltran se elevó en una pose majestuosa, y empezó a emanar su aura rojiza, aunque esta vez era diferente al aura que mostró en su casa. Se podían ver chispas rojizas emanando del cuerpo de Beltran. Si no fuera absolutamente imposible, parecía haberse transformado en un SSJ2.
Acto seguido, ocurrió algo totalmente sorprendente. Los relámpagos se convirtieron en rayos que se dirigieron hacia mí. Beltran envió cada vez más rayos a perseguirme por todo el cielo. Huí volando del lugar, esquivando los enormes rayos rojizos que partían el mismo cielo, hasta que en un descuido, uno de ellos me alcanzó en el brazo izquierdo.
El ataque cesó, pero tenía una enorme herida recorriéndome el brazo entero. La sangre goteaba lentamente, y se perdía entre la oscuridad que envolvía lo que debería ser la tierra. Este golpe totalmente imprevisto había conseguido hacerme daño de verdad. Beltran bajó hasta colocarse a mi altura, con los brazos cruzados, y una sonrisa de orgullo en su cara.
Inmediatamente después, extendió sus brazos para lanzarme otro enorme ataque eléctrico. Pero la ráfaga eléctrica que salió de sus manos se estrelló contra una esfera de viento que creé para servirme como escudo.
Beltran: ¡Vaya! Un movimiento inteligente…
Korvy: Pues esto no acaba aquí.
La esfera de viento que me servía como escudo empezó a crecer poco a poco. Concentré todo mi poder y empecé a emitir un aura rojiza. Si era el momento de jugarse el todo por el todo, estaba dispuesto a hacerlo. La esfera se expandió más rápidamente, golpeando con violencia a Beltran, que salió repelido. Pero aún había más, y conseguí recubrir la esfera de electricidad. Expandí más y más la esfera, provocando el retroceso del jefazo.
Beltran se cansó de este imaginativo ataque, y decidió cortarlo de raíz. Elevó su mano derecha al cielo, extendiendo su brazo lo máximo que pudo, y con la palma de la mano mirando hacia arriba.
Entonces, una especie de disco de viento apareció sobre su mano. Si era lo que creía que era, iba a tener serios problemas. Beltran lanzó el disco contra mi barrera, y, aunque el impacto duró unos segundos que se hicieron eternos, la barrera se desintegró, y el disco se dividió en numerosos discos más pequeños que se lanzaron contra mí. Conseguí esquivarlos todos, sabiendo que si uno de ellos impactaba contra alguna parte de mi cuerpo, esa parte quedaría cerciorada.
Tras esquivar todos y cada uno de los discos, miré fijamente a Beltran. El administrador había vuelto a levantar el brazo en señal de invocar otro disco de viento. Efectivamente, el disco apareció y me lo lanzó. Aunque este tenía el tamaño original, conseguí esquivarlo sin ningún problema. Lo curioso fue ver como Beltran echaba el brazo hacia atrás y seguía sonriendo, sin invocar un nuevo disco.
Miré a mi espalda, y vi como el disco cambiaba de rumbo y se dirigía una vez más hacia mi. Lo esquivé una vez más, esta vez por poco, causándome un pequeño rasguño en la rodilla, y se repitió la operación.
Tras pasar un rato jugando al gato y al ratón, decidí cambiar de táctica, aunque seguramente, Beltran sabría lo que iba a hacer. Esquivé el disco por enésima vez, y me lancé rápidamente hacia el lugar donde se encontraba Beltran. La táctica era simple, acercarme con el disco persiguiéndome, ponerme a escasos centímetros del jefazo, y esquivar en el último instante, contraatacándole con su propia técnica.
Evidentemente, el jefazo estaba esperando que hiciera eso, y convocó un segundo disco. Me lo lanzó según me acercaba, y, aunque en un principio me causó impresión, esquivé ese segundo disco y seguí con mi camino. El resto del plan lo llevé a cabo perfectamente, pero no dio resultado. El big boss se esperaba eso, y estaba preparado para lanzar el disco contra mi una vez desaparecí. Le costó un poco encontrarme, porque había conseguido desaparecer, pero cuando me encontró, me lo lanzó de nuevo a una velocidad asombrosa.
Esta vez estaba siendo muy difícil esquivar el maldito disco, pero cuando estaba cerrando los ojos, ante la inminente llegada de mi fin, escuché la voz de Beltran algo apresurada.
Beltran: ¡Cambio!
Todo lo que pude ver, es que el segundo disco del que nos habíamos olvidado, se encontraba a escasos milímetros de Beltran antes de que nos tele transportásemos a un nuevo lugar.

[Ill]

En serio, ¿cuándo vais a lanzar una bola Genki?

[Lykos]

En serio, ¿cuándo vais a lanzar una bola Genki?

Ahora con el fuego xDDD

Pero lo de la esfera de aire a la que beltran le lanza el disco... se parece mucho ¿eh? xD

[Ele Alzerav]

Hombre si la leyenda sigue viva xDD

La batalla del aire me ha dado frío
a ver si se arregla con la siguiente xD

venga que ya queda menos para rematar

[Korvy]

http://www.youtube.com/watch?v=OONqel6f_8M

Capítulo 27. La rabia de Beltran. La batalla de fuego.

Todo lo que pude ver, es que el segundo disco del que nos habíamos olvidado, se encontraba a escasos milímetros de Beltran antes de que nos tele transportásemos a un nuevo lugar. El nuevo escenario nos situaba en un paraje que se me asemejaba al mismísimo infierno. Un pequeño sendero de tierra entre mares de lava, y un calor sofocante. El calor era sofocante, contrastando con el frío que representó el inicio de esta tremenda batalla. La furia en los ojos de Beltran se avivaba cada vez más.
Beltran: Casi consigues que muramos los dos.
Korvy: Lo cual sería una pena. Con matarte a ti es suficiente.
Beltran: ¡¡¡Basta ya de impertinencias!!!
La lava se agitó con más fuerza, obligándonos a dar un salto para evitar ser sepultados por la inmensa ola de magma que se levantó. Beltran se giró y salió corriendo por el sendero. Le seguí hasta que llegamos a una gran circulo de tierra que permitía más maniobras. Estábamos rodeados en un círculo que se podía asemejar ligeramente a la arena de un coliseo romano, rodeados por todos los usuarios de RESH protegidos por sus barreras, y por el sendero por el que habíamos llegado.
Una vez entré en ese círculo, Beltran lanzó una llamarada con su mano que logré esquivar por poco. Contraataqué con una bola de fuego que el administrador esquivó y acabó estrellándose contra la barrera que protegía a Lykos, sin mayores consecuencias.
El jefazo volvió a emitir el aura rojiza, ésta vez con forma de llamas, y yo seguí su ejemplo haciendo lo propio. La lava volvió a elevarse, lanzándose hacia mí en forma de una inmensa ola. Aunque a los usuarios que estaban a mi derecha no les afectó en absoluto al estar protegidos por las barreras, yo tuve que retroceder hacia el sendero para evitar morir achicharrado. En ese momento, Beltran aprovechó para lanzarme tres bolas de fuego que tuve que esquivar dando un gran salto.
Beltran: ¡Ya eres mío!
El administrador lanzó otra bola de fuego hacia mí. Era la misma táctica que Tavo había utilizado para derrotarme en la “Papelera”, pero no iba a volver a caer en esa trampa. Recubrí mi pierna con fuego, y cacé la bola de Beltran en pleno aire con una bolea que firmaría el mismísimo Cristiano Ronaldo para estamparla contra el suelo a pocos centímetros del jefazo.
Korvy: ¿Cómo puedes pensar que siempre voy a caer en la misma trampa?
Beltran, a punto de entrar en cólera, empezó a lanzar llamaradas a diestro y siniestro, evitando que saliera del sendero, para rematar la jugada magistralmente lanzando una línea de fuego que atravesó el sendero al completo. Con un triple salto mortal, conseguí esquivar su ataque para plantarme de nuevo en el terreno de juego circular y contraataqué lanzando unas cuantas bolas de fuego que no alcanzaron su objetivo.
En nuestro siguiente movimiento, lanzamos llamaradas que chocaron por todas partes. Ninguno de los dos llevábamos el control en esta nueva contienda, aunque bien es cierto que los ataques de fuego eran los más dañinos de todos.
Entonces, mi brazo izquierdo, aún afectado por el rayo del combate anterior, me falló al intentar lanzar una llamarada, y una de las mismas de Beltran me pasó rozando el hombro. Aunque el ataque sólo me había rozado, el daño acumulado en el mismo punto hizo que gritara de dolor.
Evil Korvy: Si no eres capaz de sobreponerte al dolor, prepárate a morir.
Aunque no me hacían gracia que mi alter-ego me diera consejos, traté de eliminar mis sentimientos de dolor para poder seguir con la contienda. Me quedé un rato inmóvil, esperando el siguiente movimiento de mi rival. Aunque lo que hizo el jefazo fue acercarse lentamente. Me mantuve igual, con la mano derecha permanentemente sobre el hombro izquierdo, trazando un nuevo plan mientras fingía que el brazo seguía doliéndome gravemente.
Cuando Beltran se acercó lo suficiente para darme el golpe definitivo, aproveché su exceso de confianza y con los ojos le lancé un nuevo ataque. Unas pequeñas llamas brotaron por todo el cuerpo del jefe. Aunque no era un ataque demasiado poderoso, conseguí distraerle durante bastante tiempo mientras terminaba de recuperarme del daño recibido. Cuando por fin logró apagar todo el fuego, me lancé con una embestida contra su torso, haciendo que chocara contra la barrera tras la que se refugiaba Wex Payne.
Beltran: Nunca te cansarás de dar un último coletazo de supervivencia.
Korvy: Lo siento, pero no me gusta el olor de la muerte.
Beltran se enfureció aún más. Con una velocidad endiablada se dirigió hacia mí dejando tras de si un rastro de fuego. Pude esquivarle en primera instancia, pero el segundo envite me golpeó en la espalda de lleno. Caí al suelo, pero cuando se volvió a acercar a por mí, lancé otro de mis coletazos que tanto odiaba el big boss, y una llamarada le impactó de lleno en el cuerpo.
Las quemaduras en el cuerpo de Beltran eran cada vez más grandes. Era obvio que mis ataques estaban haciendo un efecto aún más grande del que me imaginaba, pero también era algo más o menos lógico teniendo en cuenta que ya llevábamos un buen rato luchando. Los primeros síntomas de cansancio fueron visibles también en mi rival, aunque yo no estaba mucho más fresco.
Beltran: Ya es suficiente. Voy a acabar con todo esto de una vez por todas.
Beltran se dirigió hacia el sendero con velocidad. No sabía qué pretendía poniéndose como un blanco tan fácil, pero me daba la sensación de que no iba a ser nada bueno para mis intereses. Su actitud fue aún más sorprendente cuando, ejecutando a la perfección un salto de ángel, se sumergió en el mar de lava. ¿Se había suicidado? Al igual que yo, ninguno de los usuarios entendía nada. Pero algo en mi interior me decía que esto no había acabado aún.
Y, efectivamente, la repentina desaparición del sendero hundiéndose en el mar de lava confirmaba mis sospechas. Lo que nunca pude haberme imaginado es que emergería un Hunter de fuego gigante de ese mar.
Beltran: Ahora no puedes acabar conmigo.
Korvy: Vaya, eso sí que es sorprendente. Pero aún así, hay algo más poderoso que tú. ¡Un genio! ¿Alguien puede pasarme el número de teléfono de Aladdín?
Mi falta de seriedad con este asunto sólo consiguió enfadar aún más a Beltran, o lo que quiera que fuera en lo que se había convertido. Evidentemente, trató de atacarme con sus nuevas garras ígneas. Conseguí esquivar su primer intento, pero el segundo me alcanzó de lleno estampándome contra la barrera de Valentine.
Con una voltereta conseguí evitar que me agarrara, pero el golpe me había hecho mucho daño. No me veía capaz de esquivar otro envite. Cuando el Hunter preparó un nuevo puñetazo, que sería el definitivo, cerré los ojos con fuerza, tratando de evitar ver el golpe de mi muerte definitiva.
Pero un estallido de luz hizo que volviera a abrirlos justo después. El brazo de Beltran estaba recubierto de electricidad, y para mi sorpresa, vi a Valentine a mi lado. La rubia había conseguido escapar de su “prisión”, seguramente a consecuencia del terrible impacto de hacía pocos segundos, y estaba dispuesta a ayudarme en el tramo final de mi lucha.
Valentine: Déjame ayudarte, Korvy.
Beltran: ¡Aparta, insecto!
El Hunter lanzó un nuevo puñetazo, esta vez dirigido hacia Valentine, pero la chica emuló mi técnica de la batalla anterior, y creó un escudo de viento que ni siquiera el Hunter gigante pudo atravesar.
Valentine: ¡No tengas miedo! ¡Ya no puede herirte, ya no puede tocarte!
Los intentos de Beltran de romper el escudo parecían inútiles, pero pude observar a la joven sufriendo mientras trataba de mantener intacta la barrera. El jefazo lanzó un grito de desesperación que por poco me dejaba sordo, provocado por la impotencia de no poder romper esa barrera que tan bien mantenía mi vieja amiga.
Evil Korvy: ¡Ahora, ataca a su boca!
Una vez más hice caso a mi alter-ego. Con un gesto le señalé a Valentine que abriera la barrera, para, acto seguido, saltar lo más alto que pude.
Korvy: ¡Kame-Hame-Ha!
Ni siquiera era capaz de mantenerme serio para dar el golpe definitivo. Emulando la técnica de Son Goku, lancé una llamarada directamente hacia la garganta de aquel monstruoso ser.
Tras recibir el ataque, el Hunter gigante cayó al mar de lava derrotado.
Beltran: Ca…Cambio…
Pero, sorprendentemente, nos transportamos a un nuevo lugar. ¿Qué ocurriría ahora que no quedaban más poderes con los que luchar?

[_Raven_]

Eso, eso. Qué ocurre ahora?

Salu2.