xDD y aquí seguimos!
Capítulo 3
Segundas oportunidades
La prisión de máxima seguridad era un complejo que ocupaba un gran terreno y se componía de varios edificios, incluido un sector subterráneo. Varias torres de vigilancia supervisaban constantemente los alrededores, y varios vallados limitaban un perímetro difícil de atravesar.
El personal no estaba al tanto de las movidas de RESH, con la excepción de algunos miembros clave. Uno de ellos era Jotha, quien fue a recibir a Elena a la puerta principal.
Llovía y corría viento, por lo que Elena se apresuró en ingresar junto a varios oficiales. Un camión celular había llegado con policías que iban a buscar algunos criminales para trasladar a otra prisión.
Jotha vestía un uniforme estándar pero tenía más permisos que nadie. Llevaba una barba prolija y el cabello corto.
Le ofreció un café a Elena, y comenzaron a caminar por un pasillo iluminado por tubos fluorescentes hasta el edificio donde albergaban a los más peligrosos. En el camino comentaron en voz baja de qué iba esa visita.
-¿Vienes a llevarte a algunos de estos infelices?-
-Sí, tengo una lista. Reshforce necesita un poco de fuerza bruta.-
-Así que hay una misión en curso...-
-Mañana. Dicen que hubo un incidente en el Sanatorio Meyers, ¿escuchaste algo?-
-No, aquí no llegan muchas noticias. Pero si Reshforce está en marcha, imagino que debe ser bastante secreto. Operaciones encubiertas.-
-Así es.-
Llegaron a un punto de control donde había dos guardias y un puñado de oficiales con pertrechos antidisturbios.
-Si llega a haber un problema, entramos.-Dijo uno de ellos exhibiendo un palo.
-No se preocupen, todo irá bien.-Los tranquilizó Jotha.
Las puertas se abrieron y pasaron al sector más evitado por el personal de la prisión.
Era un complejo repleto de celdas aisladas, donde se retenía lo peor de lo peor. Los pasillos eran laberínticos, y había cámaras de seguridad en cada punto. Asimismo tenían sistemas de seguridad en caso de que se provoque una fuga, y varios pelotones de antidisturbios monitoreando las celdas.
Elena sacó un papel de un bolsillo de su campera y lo extendió. Tenía un par de nombres.
Antes de salir de Langley había consultado algunos registros, buscando sujetos aptos para formar parte del escuadrón. Varios de los seleccionados cumplían las expectativas que ella tenía, pese a que eran peligrosos e impredecibles.
Jotha se acercó y señaló hacia las celdas.
-¿A quiénes buscas?-
-Veamos primero a Point Reflex.-Contestó Elena.
-Claro, por aquí.-
Caminaron entre celdas llenas de criminales, algunos enajenados golpeando las paredes, otros gritando. Unos pocos hablaban solos, mientras otros observaban en silencio.
Finalmente llegaron a la que buscaban. Una puerta de acero con una ventana les permitía observar el interior, donde Point Reflex descansaba sobre su cama.
Jotha dio unos golpes y el sujeto se levantó. Era calvo, no tenía barba ni cejas, y llevaba un parche sobre su ojo derecho.
-Aquí está Point. Por momentos parece cuerdo...-
El tipo se acercó velozmente a la puerta y de pronto parecía furioso.
-¡Ya les dije que no soy Point! ¡He dejado de serlo! ¡Soy la Furia!-Exclamó violentamente.
-Ya, cálmate.-Le espetó Jotha.
Elena hizo un gesto afirmativo.
-A este lo llevo. ¿Todavía tienen su equipo?-
-Emmm... sí. Un traje ignífugo, un casco de astronauta... el lanzallamas está confiscado.-
-Está bien, con eso bastará. Apúntalo.-Dijo Elena.
-Muy bien.-
Continuaron su camino. Elena le mostró la lista a Jotha, que asintió con la cabeza. Señaló una celda a lo lejos y se acercaron.
Allí observaron a un tipo delgado con varias cicatrices en el torso y una mirada tranquila. En las paredes había varios dibujos indrescriptibles pegados.
-Jig. Con un historial... interesante.-Dijo Jotha.
-Vigilante, pero con métodos propios de un asesino en serie. También lo llevo.-
-¿Segura?-
-Sí. Estos tipos parecen difíciles, pero no lo son tanto. ¿No tenía ningún equipo particular?-
-No. En su casa había herramientas, pero no creo que te sirvan.-Respondió Jotha.
-No hará falta. Sigamos.-
Avanzaron en aquel clima de locura hasta la siguiente celda, donde había un tipo con el cabello azul enrrollado en sus sábanas. No parecía prestarle atención a lo que pasaba fuera de la celda.
-Isra.-
-Sí. ¿Aún tienen su equipo?-
-La ropa y el guante con cuchillas. Tenía un rifle personalizado pero está confiscado.-
-¿Podrás gestionar que me lo liberen? Leí que lo empleó bastante bien.-
-Veré qué puedo hacer.-
-Gracias.-
-¿Qué viste en este sujeto?-Preguntó Jotha.
-Sabe combatir, pero se entusiasma demasiado. A su rifle le dio una mano de pintura, le puso accesorios, y nunca pudo despegarse de él. Cada puntito blanco sobre el arma es una baja confirmada.-Contestó Elena.
-Ya veo... bueno, continuemos por aquí.-
Siguieron caminando hasta una celda un poco más alejada. Allí había una chica de cabello corto negro y delgada, sentada en el suelo abrazándose las rodillas.
-Apuntaste su número de celda, porque en efecto nadie sabe su nombre. No hay registros, nada. Le dieron el apodo de “Sombra”.-Dijo Jotha.
-Interesante. Supongo que tendré que llamarla así.-
-Está en permanente estado de negación. Por lo que sabemos tenía una hermana llamada Raven. Trabajaban juntas en un comando de demoliciones, y bueno, una misión que salió mal y...-
-¿No fue un trabajo conjunto con los Hermanos Fuchs?-
-Sí. Claro que ellos se largaron cuando las cosas se torcieron. Desde entonces Sombra cree que Raven está viva, internada en el Hospital Central.-
-Hmmm... es bueno saberlo. También la quiero en el grupo.-
-Entre sus pertenencias tenía un par de herramientas y un llavero de panda. Puedes llevarlos.-Dijo Jotha.
Ese era el final de la lista. Mientras se encaminaban hacia la salida conversaron un poco más.
-Mándalos a todos a Langley con sus respectivas pertenencias. Y no olvides el rifle de Isra.-Solicitó Elena.
-Claro. Para esta tarde ya los tendrás ahí. ¿Los mando al edificio de informes?-
-Mejor al de interrogatorios. Prefiero tener un vidrio de por medio antes de pararme frente a ellos.-Dijo Ele guardándose la lista en un bolsillo.
-Bien. Espero que te sirvan... no sé cómo los harás seguir órdenes.-
-Por eso no te preocupes. Es mi especialidad.-
Salieron de aquel sector y regresaron a la recepción de la prisión. Allí se despidieron y Jotha procedió a preparar los traslados.
Mientras tanto Elena regresó a su coche, un Cadillac blanco, y partió hacia su próximo destino: la pieza final de su nuevo escuadrón. Necesitaba a alguien esencial en ese armado, pese a que no le gustaba nada la idea de ir a buscarlo.
La lluvia se intensificaba. A lo lejos, la ciudad se veía más gris que nunca.
¿Qué tal el elenco? xD y prepárense que hay más!
Espero que sea de su agrado. Hasta la próxima!