Ingredientes:
-Ocio
-Múltiples canciones
-Cerveza
Prólogo: Los Cuatro Bastardos.
Theme: https://www.youtube.com/watch?v=NslWB3glglU
Oculto:
Un pequeño complejo militar con un depósito de tamaño considerable y un cuartel se encontraba parcialmente oculto en las montañas, con su perímetro fuertemente vigilado. El suelo estaba mojado por una lluvia de aquella tarde, y reflejaba las luces de los reflectores. La noche apenas comenzaba.
Se abrieron los portones e ingresó un camión escoltado por un jeep. Los tipos que iban a bordo claramente eran afganos, armados con fusiles Kalashnikov y sus inconfundibles miradas furiosas.
Los guardias del complejo tenían pertrechos tácticos, armas largas y algunas modificaciones cibernéticas. Uno de ellos, que tenía ojos rojos, le hizo una seña al camión para que se detenga.
El chofer hizo caso y se bajó. Lo mismo hicieron los ocupantes del jeep, incluido un sujeto que no portaba arma y se identificó como el líder. A él lo hicieron pasar al cuartel mientras los demás aguardaban afuera.
Fue llevado hasta una sala donde había una mesa con varios mapas, algunos monitores en las paredes y otras personas. Un tipo con una gorra de las SS hizo un gesto y la sala quedó prácticamente vacía… excepto por él mismo, el afgano y un tipo que llevaba un crucifijo invertido al cuello y lucía varios tatuajes satánicos en sus brazos.
Flauros se quitó su gorra y la dejó sobre la mesa, junto a los mapas de RESH. Era el líder de la facción nazi-cibernética dueña de ese complejo militar. Se pasó una mano por su rubio cabello y luego se apoyó sobre la mesa.
-Bien, ¿cuánto más vamos a esperar?-Preguntó con ansiedad.
-Hay que tomarse las cosas con calma. Ustedes me necesitan, pero yo no soy la voz cantante aquí.-Dijo Nekro el satanista.
-مردان من آماده هستند. من می خواهم پول من است.-Manifestó el líder afgano.
-Recuerde que ésta es una alianza muy frágil, Herr Nekro.-Masculló Flauros en tono amenazante.
-Y yo soy un miembro clave en esta operación. Tengo acceso a RESH, y mis mercenarios de Tah Rin Gah son implacables. Sólo responden a mí.-Replicó Nekro.
-Lo sé. Es sólo que desearía que Visor esté vivo…-
-Desde que él ya no está sus fuerzas se dispersaron. Los rusos se fueron, y el Ejército Shur no regresará jamás a RESH. No después de ver la cabeza de su líder en una pica…-Dijo Nekro.
-¡Vengaremos a Visor!-Exclamó el afgano.
-Sí, pero tenemos otra misión. Sólo espero que esta mujer sepa lo que hace…-Dijo Flauros como pensando en voz alta mientras dirigía sus azules ojos al techo.
-No te preocupes, confío en ella.-
Y como quien dice “hablando de Roma”, una mujer esbelta de cabello castaño ingresó en la sala. Llevaba un uniforme negro escotado que resaltaba su pálida piel. Detrás de ella iban dos sujetos bastante particulares: Un tipo que vestía muy elegante y con gafas oscuras (de noche), y otro que era morocho, tenía un peinado afro y una camiseta de la selección de Brasil.
-Esperen afuera.-Ordenó ella con tono imperativo.
-Naturalmente.-Dijo el tipo del afro.
-Por supuesto, milady.-Respondió el otro haciendo un gesto afirmativo.
Ambos salieron. Los tres presentes la saludaron y ella se acercó hasta la mesa para ver los mapas.
-¡Sí! Ya casi estamos ahí, ¡a las puertas del éxito!-Dijo ella, tomó la gorra de la mesa y se la puso.- ¿cómo me queda?-Preguntó a los demás.
El afgano intercambió una mirada con Nekro, pero ya se notaba que la situación le caía como el orto. Flauros simplemente levantó el pulgar.
-Calma, Calebita. Tendríamos que repasar el plan…-Dijo Nekro con tranquilidad, pero fue interrumpido.
-El plan se reduce a que yo mato a Caleb y a Rain Ocampo. Ustedes se encargarán del resto.-Intervino Calebita.
Flauros sacó un reloj de su bolsillo y miró la hora. Faltaban sesenta minutos para medianoche. Ante eso, llamó la atención de los demás.
-Bueno, creo que soy el único estratega de verdad aquí. Espero que ustedes sepan lo que hacen, no quisiera terminar suicidándome en este puto búnker. Así que repasemos esto.-
Hubo gestos afirmativos, así que se dispusieron a escucharlo.
-Sabemos que la entrada norte va a tener una seguridad muy relajada esta noche. Los camiones ingresarán por ahí. De acuerdo al caballero aquí presente, los objetivos estarán en la casa de Ele Alzerav.-
Nekro hizo un gesto afirmativo y tomó un mapa de la mesa. Allí podía verse señalada la ubicación, junto a unos planos del lugar.
-Esa casa es una fortaleza. La idea es asediarla con todo lo que tenemos. Ahora bien… hay algunas cosillas que apuntar.-
-Dime.-A Calebita no le gustaban las condiciones.
-Mi objetivo personal es Beltrán. Y cuando lo derroque, construiré el IV Reich. Esto implica que no habrá lugar para afganos ni para algunos de ustedes.-
-¡Infiel! ¡Nazi de mierda!-Acusó el afgano y le dio un puñetazo a la mesa.
-No, no, caballero. RESH va a ser moldeado a mi gusto. Qué te has creído.-Contestó Calebita.
-A mí sólo me interesa una porción, pero no deberíamos estar discutiendo esto ahora…-Observó Nekro.
Flauros y Calebita no se quitaban la mirada, mientras el afgano seguía protestando y maldiciendo. Nekro pateó la mesa y atrajo la atención de todos.
-¡Paren con esta mierda! ¡Hagamos primero lo primero y después veamos quién se queda con RESH!-Exclamó, harto de tantas tonterías.
-Me parece bien. Derrotarlos en una lucha limpia.-Dijo Flauros.
-Coincido, pero no juego limpio.-Replicó Calebita sonriendo.
-Yo sólo quiero los restos de Genghis Troll y vengar a Visor.-Agregó el afgano.
-Muy bien. Tendrás lo tuyo.-Concedió Calebita.
-Escuchen, deberíamos ir alistándonos.-Flauros levantó su reloj y señaló la hora.
-Una última cosa: Todos ustedes están bajo mi mando. Su principal orden es no tocar a Caleb ni a Rain. Si alguno de ustedes, o alguno de sus hombres, mata o mutila a alguno de mis objetivos… les arrancaré las tripas con mis manos. ¡Y luego los castraré!-
Estuvieron de acuerdo con las condiciones. Ya era momento de salir.
Los líderes salieron del cuartel. Vieron un par de camiones preparándose, con varias tropas subiendo. El jeep de los afganos recogió a su líder y se unió a la caravana.
En eso un helicóptero descendió allí frente a ellos. La puerta corrediza se abrió y vieron varios soldados con uniformes grises, y con los rostros maquillados como animales. Nekro se acercó.
-¡Vamos a la guerra!-Exclamó mientras abordaba.
Los guardaespaldas de Calebita se acercaron a donde estaba ella junto a Flauros.
-Nosotros iremos en el Lamborghini. Toma tu gorra, querido.-Dijo Calebita y colocó la gorra sobre la cabeza de Flauros.
El líder de los nazis cibernéticos se sacudió las mangas y caminó hasta uno de los camiones. Se subió por el lado del acompañante y tomó una pequeña radio. La frecuencia era correcta, ya tenía comunicación con todas las unidades. Era momento de coordinar las fuerzas.
Se abrieron los portones e ingresó un camión escoltado por un jeep. Los tipos que iban a bordo claramente eran afganos, armados con fusiles Kalashnikov y sus inconfundibles miradas furiosas.
Los guardias del complejo tenían pertrechos tácticos, armas largas y algunas modificaciones cibernéticas. Uno de ellos, que tenía ojos rojos, le hizo una seña al camión para que se detenga.
El chofer hizo caso y se bajó. Lo mismo hicieron los ocupantes del jeep, incluido un sujeto que no portaba arma y se identificó como el líder. A él lo hicieron pasar al cuartel mientras los demás aguardaban afuera.
Fue llevado hasta una sala donde había una mesa con varios mapas, algunos monitores en las paredes y otras personas. Un tipo con una gorra de las SS hizo un gesto y la sala quedó prácticamente vacía… excepto por él mismo, el afgano y un tipo que llevaba un crucifijo invertido al cuello y lucía varios tatuajes satánicos en sus brazos.
Flauros se quitó su gorra y la dejó sobre la mesa, junto a los mapas de RESH. Era el líder de la facción nazi-cibernética dueña de ese complejo militar. Se pasó una mano por su rubio cabello y luego se apoyó sobre la mesa.
-Bien, ¿cuánto más vamos a esperar?-Preguntó con ansiedad.
-Hay que tomarse las cosas con calma. Ustedes me necesitan, pero yo no soy la voz cantante aquí.-Dijo Nekro el satanista.
-مردان من آماده هستند. من می خواهم پول من است.-Manifestó el líder afgano.
-Recuerde que ésta es una alianza muy frágil, Herr Nekro.-Masculló Flauros en tono amenazante.
-Y yo soy un miembro clave en esta operación. Tengo acceso a RESH, y mis mercenarios de Tah Rin Gah son implacables. Sólo responden a mí.-Replicó Nekro.
-Lo sé. Es sólo que desearía que Visor esté vivo…-
-Desde que él ya no está sus fuerzas se dispersaron. Los rusos se fueron, y el Ejército Shur no regresará jamás a RESH. No después de ver la cabeza de su líder en una pica…-Dijo Nekro.
-¡Vengaremos a Visor!-Exclamó el afgano.
-Sí, pero tenemos otra misión. Sólo espero que esta mujer sepa lo que hace…-Dijo Flauros como pensando en voz alta mientras dirigía sus azules ojos al techo.
-No te preocupes, confío en ella.-
Y como quien dice “hablando de Roma”, una mujer esbelta de cabello castaño ingresó en la sala. Llevaba un uniforme negro escotado que resaltaba su pálida piel. Detrás de ella iban dos sujetos bastante particulares: Un tipo que vestía muy elegante y con gafas oscuras (de noche), y otro que era morocho, tenía un peinado afro y una camiseta de la selección de Brasil.
-Esperen afuera.-Ordenó ella con tono imperativo.
-Naturalmente.-Dijo el tipo del afro.
-Por supuesto, milady.-Respondió el otro haciendo un gesto afirmativo.
Ambos salieron. Los tres presentes la saludaron y ella se acercó hasta la mesa para ver los mapas.
-¡Sí! Ya casi estamos ahí, ¡a las puertas del éxito!-Dijo ella, tomó la gorra de la mesa y se la puso.- ¿cómo me queda?-Preguntó a los demás.
El afgano intercambió una mirada con Nekro, pero ya se notaba que la situación le caía como el orto. Flauros simplemente levantó el pulgar.
-Calma, Calebita. Tendríamos que repasar el plan…-Dijo Nekro con tranquilidad, pero fue interrumpido.
-El plan se reduce a que yo mato a Caleb y a Rain Ocampo. Ustedes se encargarán del resto.-Intervino Calebita.
Flauros sacó un reloj de su bolsillo y miró la hora. Faltaban sesenta minutos para medianoche. Ante eso, llamó la atención de los demás.
-Bueno, creo que soy el único estratega de verdad aquí. Espero que ustedes sepan lo que hacen, no quisiera terminar suicidándome en este puto búnker. Así que repasemos esto.-
Hubo gestos afirmativos, así que se dispusieron a escucharlo.
-Sabemos que la entrada norte va a tener una seguridad muy relajada esta noche. Los camiones ingresarán por ahí. De acuerdo al caballero aquí presente, los objetivos estarán en la casa de Ele Alzerav.-
Nekro hizo un gesto afirmativo y tomó un mapa de la mesa. Allí podía verse señalada la ubicación, junto a unos planos del lugar.
-Esa casa es una fortaleza. La idea es asediarla con todo lo que tenemos. Ahora bien… hay algunas cosillas que apuntar.-
-Dime.-A Calebita no le gustaban las condiciones.
-Mi objetivo personal es Beltrán. Y cuando lo derroque, construiré el IV Reich. Esto implica que no habrá lugar para afganos ni para algunos de ustedes.-
-¡Infiel! ¡Nazi de mierda!-Acusó el afgano y le dio un puñetazo a la mesa.
-No, no, caballero. RESH va a ser moldeado a mi gusto. Qué te has creído.-Contestó Calebita.
-A mí sólo me interesa una porción, pero no deberíamos estar discutiendo esto ahora…-Observó Nekro.
Flauros y Calebita no se quitaban la mirada, mientras el afgano seguía protestando y maldiciendo. Nekro pateó la mesa y atrajo la atención de todos.
-¡Paren con esta mierda! ¡Hagamos primero lo primero y después veamos quién se queda con RESH!-Exclamó, harto de tantas tonterías.
-Me parece bien. Derrotarlos en una lucha limpia.-Dijo Flauros.
-Coincido, pero no juego limpio.-Replicó Calebita sonriendo.
-Yo sólo quiero los restos de Genghis Troll y vengar a Visor.-Agregó el afgano.
-Muy bien. Tendrás lo tuyo.-Concedió Calebita.
-Escuchen, deberíamos ir alistándonos.-Flauros levantó su reloj y señaló la hora.
-Una última cosa: Todos ustedes están bajo mi mando. Su principal orden es no tocar a Caleb ni a Rain. Si alguno de ustedes, o alguno de sus hombres, mata o mutila a alguno de mis objetivos… les arrancaré las tripas con mis manos. ¡Y luego los castraré!-
Estuvieron de acuerdo con las condiciones. Ya era momento de salir.
Los líderes salieron del cuartel. Vieron un par de camiones preparándose, con varias tropas subiendo. El jeep de los afganos recogió a su líder y se unió a la caravana.
En eso un helicóptero descendió allí frente a ellos. La puerta corrediza se abrió y vieron varios soldados con uniformes grises, y con los rostros maquillados como animales. Nekro se acercó.
-¡Vamos a la guerra!-Exclamó mientras abordaba.
Los guardaespaldas de Calebita se acercaron a donde estaba ella junto a Flauros.
-Nosotros iremos en el Lamborghini. Toma tu gorra, querido.-Dijo Calebita y colocó la gorra sobre la cabeza de Flauros.
El líder de los nazis cibernéticos se sacudió las mangas y caminó hasta uno de los camiones. Se subió por el lado del acompañante y tomó una pequeña radio. La frecuencia era correcta, ya tenía comunicación con todas las unidades. Era momento de coordinar las fuerzas.
Theme: https://www.youtube.com/watch?v=DLjBQA2R73A
Oculto:
El reloj marcó las doce de la noche. Era diecinueve de Enero, RESH acababa de cumplir quince años.
En varios puntos de la ciudad hubo fuegos artificiales y festejos. En esos momentos Alucard, que estaba a cargo del punto de control norte, sólo podía seguir algunos de esos festejos mediante la radio. DJ Spike estaba alegrando la jornada con música de Papa Roach.
-Qué buena rola, joder.-Comentó Alucard mientras subía el volumen. Era la canción “Not listening”.
Todo parecía estar muy tranquilo. Ele se encontraba en el puesto oeste, Samuel en el este y Jotha en el sur. La reducción de personal no había dejado a casi nadie en el cuartel. Beltrán estaba en su penthouse, y Rain se encontraba en la casa de Ele planificando el evento oficial del 15º Aniversario junto a algunos colaboradores.
En eso una camioneta Amarok negra se acercó al punto de control y se frenó a pocos metros de la barrera. Alucard echó una mirada rápida y vio además un par de camiones y quizás más vehículos, pero era de noche y no se apreciaba bien. También le pareció oír el zumbido de un helicóptero.
Se asomó por la ventana de la casilla y le hizo un gesto para que baje la ventanilla.
-¡Documentos!-
Las ventanillas se bajaron pero lo que vio fueron cañones de armas largas. En media fracción de segundo las armas escupieron decenas de balas contra la casilla que quedó como un colador. Alucard cayó al suelo completamente baleado y no pudo siquiera reportar el ataque.
Un tipo de uniforme táctico con una esvástica en la espalda se bajó de la camioneta y levantó la barrera. Los vehículos fueron pasando, hasta que el último se detuvo. Era el Lamborghini.
Calebita descendió por el lado del acompañante y se metió en la casilla del moderador. La computadora había sobrevivido al tiroteo, pero tuvo que limpiar un poco la sangre sobre el monitor.
Vio que estaba abierto un canal de comunicación con la central de moderación. Escribió “todo tranquilo en el puesto norte” y lo envió. Luego tomó la radio personal de Alucard y se la llevó.
Hecho esto, regresó al coche y la caravana siguió su curso.
Mientras tanto en el puesto oeste, Ele escuchaba la radio y mantenía la mirada fija en el monitor donde no pasaba nada interesante.
-¡Y no olviden seguir enviando sus respuestas a la pregunta de la noche! “¿Cuándo fue la mejor vez que fuiste al baño?”, la mejor respuesta se ganará una pizza!-Recitaba Spike, antes de mandar una canción de Warcry.
Ele hizo un gesto aprobando la canción, cuando un mensaje en el canal de moderación captó su atención.
“Alucard: todo tranquilo en el puesto norte.”
Ele comenzó a escribir una respuesta en ese momento.
“Ele: pues me alegro. Esto está muerto. Si quieres puedo pasar por allí, tengo cartas Magic”
“Jotha: jaja malditos vagos. ¡Que estamos de turno!”
“Ele: no seas vigilante J jaja”
“S: Chicos, sean serios.”
“Jotha: tranqui L, en serio esto está muy tranquilo. Me voy a echar una partida a Hotline Miami”
“Ill: no se olviden del Museo de Trofeos, yo también estoy de turno (cry)”
“Ele: bueno, en un ratito paso por el puesto norte. Después iré al sur!”
“Jotha: nah, cuando vuelvas al oeste iré yo, sino S va a decir que abandonas mucho tu puesto jaja”
La canción de Warcry terminaba y el programa seguía. Ele abrió un cajón de su escritorio y sacó sus cartas Magic. Iba a ponerse en marcha, puesto que ciertamente no tenía mucho que hacer.
La caravana avanzó por las calles, evitando algunas zonas donde los residentes festejaban al aire libre tirando pirotecnia y bebiendo cerveza.
Atravesaron buena parte de la ciudad hasta las cercanías de la casa de Ele. Era una vivienda bastante grande, con muros altos. A su lado tenía otra casa similar, donde otros reshianos hacían un asado.
Frente a esas viviendas había un par de edificios de apartamentos de lujo. Los camiones se estacionaron allí, bloqueando el acceso al estacionamiento subterráneo de esos edificios.
La camioneta Amarok junto al jeep se metieron por los callejones entre los edificios y apagaron las luces. El Lamborghini se ubicó detrás de los camiones.
-¿Procedemos?-Preguntó Flauros por intercomunicador.
-Sí. Todo el mundo a sus lugares.-Contestó Calebita.
El helicóptero de Nekro se posó en la terraza de una de las torres de apartamentos. Los soldados bajaron velozmente y aseguraron la zona. Nekro llevaba en sus manos una motosierra, y tenía una escopeta recortada enfundada en la cintura.
-Lince, en cinco minutos te toca hacer el reconocimiento.-Dijo Nekro al piloto que hizo un gesto afirmativo.
Por otra parte, los afganos del jeep y las tropas de los camiones empezaron a descender e invadir las torres. Algunos tomaron las plantas bajas, otros se dirigieron al estacionamiento subterráneo, y otros a los pisos superiores.
Calebita ingresó a la segunda torre, donde se había posado el helicóptero, y tomó un ascensor junto a sus guardaespaldas. El tipo elegante llevaba una caja bastante grande.
Flauros fue al estacionamiento subterráneo y supervisó lo que estaba pasando: sus tropas cavaban un acceso a la vivienda contigua a la casa de Ele. El trabajo de ellos iba a ser más largo, y debían continuar aún cuando el resto de la operación diera inicio.
Mientras tanto, el ascensor de la segunda torre llegó al último piso. Calebita y sus escoltas salieron al alfombrado pasillo pero continuaron hasta una escalera que llevaba a la terraza.
Allí se encontraban los soldados de Nekro en formación, cubriendo cada rincón. Nekro no estaba presente, quizás se había movido a otro punto del edificio.
El helicóptero Lince 1 estaba sobrevolando la casa de Ele. Desde el aire un soldado reportaba por radio todo lo que veía. No había guardias, ni antiaéreos ni nadie en los patios.
-Baltel, querido, creo que ya casi estamos.-Dijo Calebita.
-A la orden.-
Baltel abrió la caja que llevaba y empezó a ensamblar un lanzacohetes. El otro guardaespaldas observaba en silencio mientras sostenía su AR15 con firmeza.
Calebita observaba la casa de Ele desde el borde de la terraza. Tenía la radio personal de Alucard sujeta a su cinturón y activada. El helicóptero ya emprendía su regreso mientras informaban por radio que todo estaba listo.
En eso, Baltel le pasó a Calebita el lanzacohetes. El proyectil tenía forma de dildo. Calebita se lo puso al hombro y enfocó su ojo derecho en la casa allí abajo mediante la mirilla.
-Ahora van a ver, sabandijas…-Murmuró mientras sonreía.
Todo iba según lo planeado. Los afganos ya habían colocado cargas explosivas en los portones de la vivienda, y el tipo del detonador se encontraba a cubierto detrás de los camiones con la radio pegada al oído.
Calebita apuntó el arma hacia la vivienda y dejó su dedo sobre el gatillo.
-Hey, Baltel.-Dijo sin dejar de apuntar.
-¿Sí, milady?-
-Avísale al capitán chucrut que estamos por empezar. Que mande a todos a la carga.-
-A la orden.-Acató Baltel y tomó la radio.
Ele estacionó su Dodge Challenger setentero en las cercanías del puesto norte cuando notó algo que llamó su atención.
A medida que se acercaba caminando con su abrigo ondeando al viento nocturno, gracias a los reflectores vio en el suelo algo que indudablemente eran casquillos. Y a continuación se encontró con el puesto agujereado.
Ingresó y vio el cuerpo de Alucard en el suelo. Fue un instante de shock, pero rápidamente retrocedió y miró hacia todos lados. ¿Lo habrían matado después de que envió su mensaje? En ese momento activó su radio personal.
-Atención a todos, el puesto norte fue atacado. Alucard está muerto.-
Empezó a recibir respuestas de sus compañeros alarmados. Fue algo completamente inesperado que los tomó por sorpresa.
-Estén atentos a cualquier actividad sospechosa. Voy a mandar una unidad forense y regresaré a mi puesto.-Dijo Ele.
Dicho esto regresó a la cabina de Alucard. La computadora funcionaba, pero el monitor de las cámaras de seguridad había sido alcanzado por un disparo. Hizo un gesto de frustración, y luego inspeccionó el cuerpo de Alucard. Aún tenía su arma enfundada, pero su radio no estaba. Y entonces se dio cuenta que probablemente puso a los atacantes bajo aviso…
En el amplio comedor de la casa de Ele estaban reunidos Rain, Caleb, Fury, Arovi, Jig y Delka. La sala era muy bonita, con suelo y paneles de madera, una mesa grande con sillas cómodas y una gran lámpara oscilando en el techo.
Estaban discutiendo sobre los eventos para conmemorar el 15º aniversario de RESH, y propuestas como actos públicos, actividades para los ciudadanos y discursos. Cada uno tenía su taza de café, aunque Fury ya iba por la segunda.
Escucharon el zumbido de un helicóptero y la lámpara colgante tembló un poco. Pero no le prestaron atención, estaban más enfrascados en la charla y en la lista de cosas que Rain iba apuntando.
-Bueno, para la cena de gala hay una lista preliminar con varios famosos y residentes históricos. La mayoría responderá afirmativamente.-Repasó Rain.
-También tendríamos que incentivar las visitas guiadas al Museo de Trofeos. Los guardias ahí se aburren mucho.-Agregó Jig.
-¿Ill e Isra? Seguramente estarán de acuerdo. Pero Samuel sigue siendo el propietario.-Respondió Delka.
En ese momento el zumbido del helicóptero volvió a recorrer la sala. Esta vez como si hubiese cambiado de dirección. Fue el momento en el que Rain dejó su lápiz sobre la mesa y levantó la vista con una expresión de molestia.
-¿Qué mierda hace un helicóptero aquí?-Se preguntó en voz alta.
-Puede ser Eder con su compañía de cine, quizás están rodando un documental sobre el aniversario…-Arriesgó Fury.
-Tiene sentido.-Acompañó Caleb.
-Estará sobrevolando la ciudad, filmando a los que salieron a emborracharse y tirar pirotecnia en las calles.-Supuso Arovi.
Rain volvió su atención a la lista y continuaron el debate. Hasta que escuchó un pitido proveniente de su radio personal que estaba en una mesita a un lado, cerca de la puerta.
Se levantó mientras los demás seguían charlando, y escuchó la voz de Ele…
La luna llena recortaba su silueta apuntando el lanzacohetes. El helicóptero Lince 1 acababa de posarse en la terraza.
-… y regresaré a mi puesto.-Dijo la voz en la radio.
En ese momento Calebita oprimió el gatillo. Hubo un potente destello y el misil-dildo salió disparado a una velocidad infernal dejando una estela de humo a su paso.
Calebita dejó caer el lanzacohetes y observó con un entusiasmo demencial. El misil impactó en la zona frontal de la casa y provocó una explosión que se sintió hasta allí arriba. Era como si Satanás hubiese eructado la enchilada más picante de la historia.
Acto seguido estallaron las cargas sobre el portón, que también demolieron parte de la muralla, y el jeep de los afganos se metió a toda velocidad.
-Vamos. Es nuestro turno.-Indicó Calebita a sus guardaespaldas y regresaron al interior del edificio.
En varios puntos de la ciudad hubo fuegos artificiales y festejos. En esos momentos Alucard, que estaba a cargo del punto de control norte, sólo podía seguir algunos de esos festejos mediante la radio. DJ Spike estaba alegrando la jornada con música de Papa Roach.
-Qué buena rola, joder.-Comentó Alucard mientras subía el volumen. Era la canción “Not listening”.
Todo parecía estar muy tranquilo. Ele se encontraba en el puesto oeste, Samuel en el este y Jotha en el sur. La reducción de personal no había dejado a casi nadie en el cuartel. Beltrán estaba en su penthouse, y Rain se encontraba en la casa de Ele planificando el evento oficial del 15º Aniversario junto a algunos colaboradores.
En eso una camioneta Amarok negra se acercó al punto de control y se frenó a pocos metros de la barrera. Alucard echó una mirada rápida y vio además un par de camiones y quizás más vehículos, pero era de noche y no se apreciaba bien. También le pareció oír el zumbido de un helicóptero.
Se asomó por la ventana de la casilla y le hizo un gesto para que baje la ventanilla.
-¡Documentos!-
Las ventanillas se bajaron pero lo que vio fueron cañones de armas largas. En media fracción de segundo las armas escupieron decenas de balas contra la casilla que quedó como un colador. Alucard cayó al suelo completamente baleado y no pudo siquiera reportar el ataque.
Un tipo de uniforme táctico con una esvástica en la espalda se bajó de la camioneta y levantó la barrera. Los vehículos fueron pasando, hasta que el último se detuvo. Era el Lamborghini.
Calebita descendió por el lado del acompañante y se metió en la casilla del moderador. La computadora había sobrevivido al tiroteo, pero tuvo que limpiar un poco la sangre sobre el monitor.
Vio que estaba abierto un canal de comunicación con la central de moderación. Escribió “todo tranquilo en el puesto norte” y lo envió. Luego tomó la radio personal de Alucard y se la llevó.
Hecho esto, regresó al coche y la caravana siguió su curso.
Mientras tanto en el puesto oeste, Ele escuchaba la radio y mantenía la mirada fija en el monitor donde no pasaba nada interesante.
-¡Y no olviden seguir enviando sus respuestas a la pregunta de la noche! “¿Cuándo fue la mejor vez que fuiste al baño?”, la mejor respuesta se ganará una pizza!-Recitaba Spike, antes de mandar una canción de Warcry.
Ele hizo un gesto aprobando la canción, cuando un mensaje en el canal de moderación captó su atención.
“Alucard: todo tranquilo en el puesto norte.”
Ele comenzó a escribir una respuesta en ese momento.
“Ele: pues me alegro. Esto está muerto. Si quieres puedo pasar por allí, tengo cartas Magic”
“Jotha: jaja malditos vagos. ¡Que estamos de turno!”
“Ele: no seas vigilante J jaja”
“S: Chicos, sean serios.”
“Jotha: tranqui L, en serio esto está muy tranquilo. Me voy a echar una partida a Hotline Miami”
“Ill: no se olviden del Museo de Trofeos, yo también estoy de turno (cry)”
“Ele: bueno, en un ratito paso por el puesto norte. Después iré al sur!”
“Jotha: nah, cuando vuelvas al oeste iré yo, sino S va a decir que abandonas mucho tu puesto jaja”
La canción de Warcry terminaba y el programa seguía. Ele abrió un cajón de su escritorio y sacó sus cartas Magic. Iba a ponerse en marcha, puesto que ciertamente no tenía mucho que hacer.
La caravana avanzó por las calles, evitando algunas zonas donde los residentes festejaban al aire libre tirando pirotecnia y bebiendo cerveza.
Atravesaron buena parte de la ciudad hasta las cercanías de la casa de Ele. Era una vivienda bastante grande, con muros altos. A su lado tenía otra casa similar, donde otros reshianos hacían un asado.
Frente a esas viviendas había un par de edificios de apartamentos de lujo. Los camiones se estacionaron allí, bloqueando el acceso al estacionamiento subterráneo de esos edificios.
La camioneta Amarok junto al jeep se metieron por los callejones entre los edificios y apagaron las luces. El Lamborghini se ubicó detrás de los camiones.
-¿Procedemos?-Preguntó Flauros por intercomunicador.
-Sí. Todo el mundo a sus lugares.-Contestó Calebita.
El helicóptero de Nekro se posó en la terraza de una de las torres de apartamentos. Los soldados bajaron velozmente y aseguraron la zona. Nekro llevaba en sus manos una motosierra, y tenía una escopeta recortada enfundada en la cintura.
-Lince, en cinco minutos te toca hacer el reconocimiento.-Dijo Nekro al piloto que hizo un gesto afirmativo.
Por otra parte, los afganos del jeep y las tropas de los camiones empezaron a descender e invadir las torres. Algunos tomaron las plantas bajas, otros se dirigieron al estacionamiento subterráneo, y otros a los pisos superiores.
Calebita ingresó a la segunda torre, donde se había posado el helicóptero, y tomó un ascensor junto a sus guardaespaldas. El tipo elegante llevaba una caja bastante grande.
Flauros fue al estacionamiento subterráneo y supervisó lo que estaba pasando: sus tropas cavaban un acceso a la vivienda contigua a la casa de Ele. El trabajo de ellos iba a ser más largo, y debían continuar aún cuando el resto de la operación diera inicio.
Mientras tanto, el ascensor de la segunda torre llegó al último piso. Calebita y sus escoltas salieron al alfombrado pasillo pero continuaron hasta una escalera que llevaba a la terraza.
Allí se encontraban los soldados de Nekro en formación, cubriendo cada rincón. Nekro no estaba presente, quizás se había movido a otro punto del edificio.
El helicóptero Lince 1 estaba sobrevolando la casa de Ele. Desde el aire un soldado reportaba por radio todo lo que veía. No había guardias, ni antiaéreos ni nadie en los patios.
-Baltel, querido, creo que ya casi estamos.-Dijo Calebita.
-A la orden.-
Baltel abrió la caja que llevaba y empezó a ensamblar un lanzacohetes. El otro guardaespaldas observaba en silencio mientras sostenía su AR15 con firmeza.
Calebita observaba la casa de Ele desde el borde de la terraza. Tenía la radio personal de Alucard sujeta a su cinturón y activada. El helicóptero ya emprendía su regreso mientras informaban por radio que todo estaba listo.
En eso, Baltel le pasó a Calebita el lanzacohetes. El proyectil tenía forma de dildo. Calebita se lo puso al hombro y enfocó su ojo derecho en la casa allí abajo mediante la mirilla.
-Ahora van a ver, sabandijas…-Murmuró mientras sonreía.
Todo iba según lo planeado. Los afganos ya habían colocado cargas explosivas en los portones de la vivienda, y el tipo del detonador se encontraba a cubierto detrás de los camiones con la radio pegada al oído.
Calebita apuntó el arma hacia la vivienda y dejó su dedo sobre el gatillo.
-Hey, Baltel.-Dijo sin dejar de apuntar.
-¿Sí, milady?-
-Avísale al capitán chucrut que estamos por empezar. Que mande a todos a la carga.-
-A la orden.-Acató Baltel y tomó la radio.
Ele estacionó su Dodge Challenger setentero en las cercanías del puesto norte cuando notó algo que llamó su atención.
A medida que se acercaba caminando con su abrigo ondeando al viento nocturno, gracias a los reflectores vio en el suelo algo que indudablemente eran casquillos. Y a continuación se encontró con el puesto agujereado.
Ingresó y vio el cuerpo de Alucard en el suelo. Fue un instante de shock, pero rápidamente retrocedió y miró hacia todos lados. ¿Lo habrían matado después de que envió su mensaje? En ese momento activó su radio personal.
-Atención a todos, el puesto norte fue atacado. Alucard está muerto.-
Empezó a recibir respuestas de sus compañeros alarmados. Fue algo completamente inesperado que los tomó por sorpresa.
-Estén atentos a cualquier actividad sospechosa. Voy a mandar una unidad forense y regresaré a mi puesto.-Dijo Ele.
Dicho esto regresó a la cabina de Alucard. La computadora funcionaba, pero el monitor de las cámaras de seguridad había sido alcanzado por un disparo. Hizo un gesto de frustración, y luego inspeccionó el cuerpo de Alucard. Aún tenía su arma enfundada, pero su radio no estaba. Y entonces se dio cuenta que probablemente puso a los atacantes bajo aviso…
En el amplio comedor de la casa de Ele estaban reunidos Rain, Caleb, Fury, Arovi, Jig y Delka. La sala era muy bonita, con suelo y paneles de madera, una mesa grande con sillas cómodas y una gran lámpara oscilando en el techo.
Estaban discutiendo sobre los eventos para conmemorar el 15º aniversario de RESH, y propuestas como actos públicos, actividades para los ciudadanos y discursos. Cada uno tenía su taza de café, aunque Fury ya iba por la segunda.
Escucharon el zumbido de un helicóptero y la lámpara colgante tembló un poco. Pero no le prestaron atención, estaban más enfrascados en la charla y en la lista de cosas que Rain iba apuntando.
-Bueno, para la cena de gala hay una lista preliminar con varios famosos y residentes históricos. La mayoría responderá afirmativamente.-Repasó Rain.
-También tendríamos que incentivar las visitas guiadas al Museo de Trofeos. Los guardias ahí se aburren mucho.-Agregó Jig.
-¿Ill e Isra? Seguramente estarán de acuerdo. Pero Samuel sigue siendo el propietario.-Respondió Delka.
En ese momento el zumbido del helicóptero volvió a recorrer la sala. Esta vez como si hubiese cambiado de dirección. Fue el momento en el que Rain dejó su lápiz sobre la mesa y levantó la vista con una expresión de molestia.
-¿Qué mierda hace un helicóptero aquí?-Se preguntó en voz alta.
-Puede ser Eder con su compañía de cine, quizás están rodando un documental sobre el aniversario…-Arriesgó Fury.
-Tiene sentido.-Acompañó Caleb.
-Estará sobrevolando la ciudad, filmando a los que salieron a emborracharse y tirar pirotecnia en las calles.-Supuso Arovi.
Rain volvió su atención a la lista y continuaron el debate. Hasta que escuchó un pitido proveniente de su radio personal que estaba en una mesita a un lado, cerca de la puerta.
Se levantó mientras los demás seguían charlando, y escuchó la voz de Ele…
La luna llena recortaba su silueta apuntando el lanzacohetes. El helicóptero Lince 1 acababa de posarse en la terraza.
-… y regresaré a mi puesto.-Dijo la voz en la radio.
En ese momento Calebita oprimió el gatillo. Hubo un potente destello y el misil-dildo salió disparado a una velocidad infernal dejando una estela de humo a su paso.
Calebita dejó caer el lanzacohetes y observó con un entusiasmo demencial. El misil impactó en la zona frontal de la casa y provocó una explosión que se sintió hasta allí arriba. Era como si Satanás hubiese eructado la enchilada más picante de la historia.
Acto seguido estallaron las cargas sobre el portón, que también demolieron parte de la muralla, y el jeep de los afganos se metió a toda velocidad.
-Vamos. Es nuestro turno.-Indicó Calebita a sus guardaespaldas y regresaron al interior del edificio.
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Oculto:
Todo se había vuelto jodidamente confuso. Rain se levantó, cubierta de polvo y con algunos pequeños cortes producto de los cristales de la lámpara que salieron disparados como esquirlas cuando cayó por la explosión.
Aún había mucho polvo en el ambiente. Los demás presentes se fueron incorporando, aunque estaban igual de confundidos.
En eso la puerta del comedor, que pendía de una bisagra, cayó de una patada y dos afganos armados con rifles de asalto ingresaron disparando frenéticamente. Los disparos alcanzaron a Delka y Arovi, pero los demás se cubrieron a tiempo tirándose al suelo o detrás de la mesa. Sin embargo Rain desenfundó el cuchillo personal que llevaba en su cinturón y se lo lanzó al primer afgano, acertándole en la cabeza.
Luego se tiró contra el segundo que no llegó a reaccionar y su arma se fue al suelo. Quedó sobre el tipo al que le molió la cabeza a puñetazos. Pero no había tiempo que perder, más afganos estaban ingresando en la casa, cuyo frente era un montón de fuego y escombros.
Rain inspeccionó rápidamente los cuerpos, le pasó una pistola a Fury y otra a Caleb. Luego tomó el Kalashnikov del primer afgano y retrocedió haciéndole un gesto a los otros para que la sigan.
-Tendremos que ir hacia atrás, a las habitaciones. Allí está la armería de Ele, y el acceso al garaje.-
-Te seguimos.-Dijo Fury.
En ese momento entraron unos afganos pero Rain fue más veloz y los repelió con una ráfaga de disparos que mataron a uno e hirieron a dos. Hecho esto el grupo se fue hacia las habitaciones.
Mientras tanto afuera, un par de afganos salieron de la casa gritando que les dispararon y había bajas. El líder se mostró furioso y ordenó dar caza a los sobrevivientes.
Los nazis cibernéticos ya estaban ingresando en el patio y traían armamento más pesado.
Ele estaba conduciendo cuando le llegó una llamada de Jotha. Se reportaban violentas explosiones en la zona de su casa, y ella comprendió rápidamente lo que estaría pasando.
-Van a por Rain. Alguien de adentro organizó esto.-Concluyó Ele.
-Así es. Vamos a converger todos allá.-Respondió Jotha.
Inmediatamente Samuel e Ill también se alistaron. El joven Ill llamó a su colega Isra para que preste apoyo.
Desde diferentes puntos de la ciudad empezaron a dirigirse a la zona. Y cuanto más se acercaban, más fuertes se escuchaban los disparos…
Rain y los sobrevivientes llegaron a la habitación de huéspedes que detrás del ropero ocultaba el pequeño arsenal de Ele. Un nazi había intentado meterse por la ventana pero fue acribillado por Fury y Caleb.
-Tomen todo lo que puedan.-Dijo Rain mientras descartaba el Kalashnikov y agarraba un Steyr AUG.
Todos se armaron con rifles de asalto y pistolas. Jig fue el único que tomó una escopeta.
Tuvieron que ponerse a cubierto cuando los nazis comenzaron a disparar sus ametralladoras desde el exterior. La ventana estalló en pedazos y las balas dieron en el ropero, en la cama y cuanto mueble había allí, haciendo que vuelen astillas en todas las direcciones.
Fury y Rain devolvieron fuego, haciendo que algunos nazis caigan en el patio. Pero rápidamente salieron de allí para volver al pasillo y buscar el camino al garaje.
Sin embargo en el pasillo se encontraron con que algunos nazis habían entrado a la casa. Varios llevaban ametralladoras futuristas, pero otros se apegaban a sus nostálgicas MP40.
Hubo un feroz intercambio de disparos, varios nazis cayeron pero Jig también fue alcanzado por las balas y no pudo continuar. Desde el suelo desenfundó su pistola y siguió cubriendo a sus compañeros.
Finalmente, Rain empujó la última puerta y se encontraron en el garaje. Allí había una motocicleta en reparación, pero también vieron el DeLorean. Ele no dejaba que nadie lo conduzca, pero aquella vez era una excepción.
-El portón automático no funcionará, la explosión cortó la energía eléctrica.-Observó Caleb.
-Tendremos que atravesarlo.-Dijo Rain poniéndose al volante.
-¿Lo lograremos?-Preguntó Fury.
-Seee.-Respondió Rain justo cuando lograba puentear el vehículo.
Al activarse se encendió la radio que ya tenía la frecuencia de Spike conectada, por lo que empezaron a escucharlo.
-¡Atención! ¡Parece que ésta es una noche de fuego, estimados reshianos! Pero no se preocupen, nuestros moderadores podrán con este desmán. Así que enciérrense en sus casas y esperen que todo pase.-Dicho esto, comenzó a sonar “We are the road crew”.
Rain hizo rugir el motor del DeLorean. Caleb se mandó a la parte trasera y Fury se ubicó como acompañante. Ni bien estuvieron dentro del coche, Rain pisó el acelerador y el coche se llevó puesto el portón, arrancándolo y provocando que se abolle la parte frontal.
Maniobró por el patio dejando los restos del portón a un lado mientras se hacían un panorama: Disparos desde todos lados, incluidas las torres de lujo. Aparentemente había tipos disparando desde la terraza.
-¡Dales, Fury!-Exclamó Rain.
El coche dio una vuelta y se dirigió hacia la salida que los afganos habían volado. Fury tenía un M4 con lanzagranadas, así que cargó el tubo y se asomó por la ventanilla. Le tiró un granadazo al primer camión que vio sobre la entrada del estacionamiento subterráneo y lo hizo estallar.
Vieron varios coches en la zona pero no se detuvieron, Rain continuó.
Calebita y sus guardaespaldas estaban en el hall de la segunda torre cuando estalló el camión. Vieron el DeLorean e inmediatamente se dirigieron al Lamborghini que tenían detrás del segundo camión.
-Tú quédate y supervisa que las torres no caigan.-Le dijo Calebita a Baltel.
-Sí, milady.-
Baltel extrajo un FAMAS del coche y regresó a la zona de combate. Mientras tanto, Calebita le ordenó al otro, Willian, que se ponga al volante.
-A por ellos.-Ordenó Calebita.
-Eles estão fodidos.-Dijo Willian poniendo el coche en marcha.
La Amarok y el Lamborghini salieron a la persecución del DeLorean por las calles de RESH.
Aún había mucho polvo en el ambiente. Los demás presentes se fueron incorporando, aunque estaban igual de confundidos.
En eso la puerta del comedor, que pendía de una bisagra, cayó de una patada y dos afganos armados con rifles de asalto ingresaron disparando frenéticamente. Los disparos alcanzaron a Delka y Arovi, pero los demás se cubrieron a tiempo tirándose al suelo o detrás de la mesa. Sin embargo Rain desenfundó el cuchillo personal que llevaba en su cinturón y se lo lanzó al primer afgano, acertándole en la cabeza.
Luego se tiró contra el segundo que no llegó a reaccionar y su arma se fue al suelo. Quedó sobre el tipo al que le molió la cabeza a puñetazos. Pero no había tiempo que perder, más afganos estaban ingresando en la casa, cuyo frente era un montón de fuego y escombros.
Rain inspeccionó rápidamente los cuerpos, le pasó una pistola a Fury y otra a Caleb. Luego tomó el Kalashnikov del primer afgano y retrocedió haciéndole un gesto a los otros para que la sigan.
-Tendremos que ir hacia atrás, a las habitaciones. Allí está la armería de Ele, y el acceso al garaje.-
-Te seguimos.-Dijo Fury.
En ese momento entraron unos afganos pero Rain fue más veloz y los repelió con una ráfaga de disparos que mataron a uno e hirieron a dos. Hecho esto el grupo se fue hacia las habitaciones.
Mientras tanto afuera, un par de afganos salieron de la casa gritando que les dispararon y había bajas. El líder se mostró furioso y ordenó dar caza a los sobrevivientes.
Los nazis cibernéticos ya estaban ingresando en el patio y traían armamento más pesado.
Ele estaba conduciendo cuando le llegó una llamada de Jotha. Se reportaban violentas explosiones en la zona de su casa, y ella comprendió rápidamente lo que estaría pasando.
-Van a por Rain. Alguien de adentro organizó esto.-Concluyó Ele.
-Así es. Vamos a converger todos allá.-Respondió Jotha.
Inmediatamente Samuel e Ill también se alistaron. El joven Ill llamó a su colega Isra para que preste apoyo.
Desde diferentes puntos de la ciudad empezaron a dirigirse a la zona. Y cuanto más se acercaban, más fuertes se escuchaban los disparos…
Rain y los sobrevivientes llegaron a la habitación de huéspedes que detrás del ropero ocultaba el pequeño arsenal de Ele. Un nazi había intentado meterse por la ventana pero fue acribillado por Fury y Caleb.
-Tomen todo lo que puedan.-Dijo Rain mientras descartaba el Kalashnikov y agarraba un Steyr AUG.
Todos se armaron con rifles de asalto y pistolas. Jig fue el único que tomó una escopeta.
Tuvieron que ponerse a cubierto cuando los nazis comenzaron a disparar sus ametralladoras desde el exterior. La ventana estalló en pedazos y las balas dieron en el ropero, en la cama y cuanto mueble había allí, haciendo que vuelen astillas en todas las direcciones.
Fury y Rain devolvieron fuego, haciendo que algunos nazis caigan en el patio. Pero rápidamente salieron de allí para volver al pasillo y buscar el camino al garaje.
Sin embargo en el pasillo se encontraron con que algunos nazis habían entrado a la casa. Varios llevaban ametralladoras futuristas, pero otros se apegaban a sus nostálgicas MP40.
Hubo un feroz intercambio de disparos, varios nazis cayeron pero Jig también fue alcanzado por las balas y no pudo continuar. Desde el suelo desenfundó su pistola y siguió cubriendo a sus compañeros.
Finalmente, Rain empujó la última puerta y se encontraron en el garaje. Allí había una motocicleta en reparación, pero también vieron el DeLorean. Ele no dejaba que nadie lo conduzca, pero aquella vez era una excepción.
-El portón automático no funcionará, la explosión cortó la energía eléctrica.-Observó Caleb.
-Tendremos que atravesarlo.-Dijo Rain poniéndose al volante.
-¿Lo lograremos?-Preguntó Fury.
-Seee.-Respondió Rain justo cuando lograba puentear el vehículo.
Al activarse se encendió la radio que ya tenía la frecuencia de Spike conectada, por lo que empezaron a escucharlo.
-¡Atención! ¡Parece que ésta es una noche de fuego, estimados reshianos! Pero no se preocupen, nuestros moderadores podrán con este desmán. Así que enciérrense en sus casas y esperen que todo pase.-Dicho esto, comenzó a sonar “We are the road crew”.
Rain hizo rugir el motor del DeLorean. Caleb se mandó a la parte trasera y Fury se ubicó como acompañante. Ni bien estuvieron dentro del coche, Rain pisó el acelerador y el coche se llevó puesto el portón, arrancándolo y provocando que se abolle la parte frontal.
Maniobró por el patio dejando los restos del portón a un lado mientras se hacían un panorama: Disparos desde todos lados, incluidas las torres de lujo. Aparentemente había tipos disparando desde la terraza.
-¡Dales, Fury!-Exclamó Rain.
El coche dio una vuelta y se dirigió hacia la salida que los afganos habían volado. Fury tenía un M4 con lanzagranadas, así que cargó el tubo y se asomó por la ventanilla. Le tiró un granadazo al primer camión que vio sobre la entrada del estacionamiento subterráneo y lo hizo estallar.
Vieron varios coches en la zona pero no se detuvieron, Rain continuó.
Calebita y sus guardaespaldas estaban en el hall de la segunda torre cuando estalló el camión. Vieron el DeLorean e inmediatamente se dirigieron al Lamborghini que tenían detrás del segundo camión.
-Tú quédate y supervisa que las torres no caigan.-Le dijo Calebita a Baltel.
-Sí, milady.-
Baltel extrajo un FAMAS del coche y regresó a la zona de combate. Mientras tanto, Calebita le ordenó al otro, Willian, que se ponga al volante.
-A por ellos.-Ordenó Calebita.
-Eles estão fodidos.-Dijo Willian poniendo el coche en marcha.
La Amarok y el Lamborghini salieron a la persecución del DeLorean por las calles de RESH.
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Oculto:
El Dodge de Ele se detuvo a metros de la balacera que caía sobre su casa. Los coches de Jotha y Samuel también llegaron y se ubicaron cerca.
-Joder, hay que detenerlos. ¡Vamos!-Dijo Jotha.
Aceleró su coche y se metió de lleno en el hall de la primera torre. Esto llamó la atención de los afganos que empezaron a dispararle. Ele se dio cuenta y los atropelló con su Dodge.
Hecho esto se lanzó del coche cuando las balas reventaron el parabrisas. Samuel llegó a pie a su lado con una escopeta y la cubrió.
-¡Vamos!-
Ele desenfundó su pistola y abrió fuego contra los nazis que corrían en la calle, y varios murieron.
Fueron corriendo hasta donde estaba Jotha en el hall de la primera torre. Justo se bajaba de su coche armado con una Uzi y acomodándose el cabello.
-La situación se ve jodida, no vamos a poder llegar a la casa de forma directa. Literalmente la están cosiendo a tiros.-
-Mierda.-Dijo Ele.
-Vamos a limpiar las torres…-
-¡No, joder! Yo iré por la mansión de al lado.-Manifestó Ele, y sin esperar respuesta se dio vuelta y volvió al exterior.
Jotha y Samuel se miraron. Era esencial eliminar a los tiradores de la segunda torre, sino matarían a Ele en los patios y a cualquiera que se exponga.
-Vamos, compañero, es hora de patear culos.-
-Estilo Alabama.-Dijo Samuel con acento texano.
Al momento de acercarse a las escaleras vieron un cartel con la información que necesitaban: era el plano de emergencia que enseñaba por dónde escapar en caso de ser necesario. Allí se indicaba que las torres estaban conectadas por un puente en el piso veinte.
Decidieron alejarse de las escaleras y tomaron un ascensor. El piso veinte era su destino. Por fortuna los atacantes en esos momentos estaban distraídos, pero necesitaban captar su atención cuanto antes.
El viaje en el ascensor fue rápido. Allí Jotha se preparó con su Uzi, y Samuel hizo lo propio con su escopeta. Las puertas se abrieron y salieron velozmente, acribillando a cuanto nazi vieron ahí.
-Despejado.-Dijo Jotha.
-Sigamos.-
Iban velozmente hasta las puertas de vidrio que daban al puente. No alcanzaron a notar una silueta del otro lado que apuntaba a la puerta…
Un disparo de escopeta hizo estallar los vidrios que saltaron hacia ellos. Unos perdigones dieron en la pierna derecha de Samuel que cayó al suelo. Tanto él como Jotha recibieron vidrios en la cara y los brazos, pero aún sin ser letales eran un coñazo.
-Hail to the King, baby!-Exclamó la voz del tirador.
-¡Samuel, por aquí!-Exclamó Jotha, tomó a su compañero, rompió una puerta y lo lanzó dentro de un departamento. Justo a tiempo cuando el segundo disparo hacía saltar trozos de la pared.
-Es Nekro, joder…-Dijo Jotha.
-Debe estar con ellos, el desgraciado.-Murmuró Samuel.
-¡Vamos, no se escondan!-Lanzó Nekro desde el pasillo.
-Definitivamente.-Le dijo Jotha a Samuel.
Ambos estaban a cubierto detrás de un sillón. Sabían que no iban a poder estar ahí mucho tiempo.
Nekro apareció en el umbral con su escopeta en alto. Jotha se lanzó por un costado y disparó su Uzi, pero Nekro consiguió echarse atrás y ponerse a cubierto.
-¡Fallaste! ¡Jajajaja!-
Jotha sabía que estaba expuesto. Se levantó velozmente y corrió hasta el otro lado de la habitación que daba a la cocina, separada por una barra. Justo cuando tocó el suelo, el escopetazo hizo estallar las copas que estaban ahí.
Samuel se incorporó desde su lugar y disparó un escopetazo, que fue medio errado pero unos perdigones dieron en la pierna izquierda de Nekro. Samuel se cubrió cuando Nekro respondió, y su disparo voló un pedazo del sillón.
En ese momento Jotha se expuso y abrió fuego contra Nekro. Algunas balas dieron en la pared y otras en el hombro izquierdo del sujeto en cuestión, pero la Uzi se quedó sin munición.
Justo cuando Samuel se incorporó para disparar, Nekro le lanzó su escopeta y le dio en la cabeza. El moderador cayó de espaldas, semiaturdido y con un hilo de sangre bajándole por la frente.
Entonces Nekro pasó a sus manos la motosierra que llevaba colgando de su espalda. La encendió y empezó a rugir como una bestia.
-Groovy, papá.-Dijo Nekro.
Jotha lanzó su Uzi a un lado cuando se movió para esquivar a su atacante, que siguió de largo y arrasó un mueble con su motosierra.
La situación se había complicado. Nekro se giró y levantó la motosierra antes de ir a por Jotha otra vez, que saltó la barra de la cocina y cayó al suelo. Se incorporó velozmente y tomó una botella que había en la encimera.
Nekro se acercaba cortando la barra como si fuera manteca, cuando un disparo por la espalda lo inmovilizó. Samuel estaba apuntando hacia él desde el suelo con su escopeta.
La motosierra, aún encendida, cayó al suelo. Jotha se acercó a Nekro y le dio un golpe con la botella. Hecho esto lo arrastró hasta la ventana que daba a la calle.
-Hail to the King, culiao.-Le espetó antes de lanzarlo a través del cristal.
Nekro cayó varios metros y dio sobre el techo del primer camión.
Tras esto, Jotha ayudó a Samuel a levantarse. Tenía una pierna herida, pero parecía que aún podía continuar. Era urgente seguir adelante, así que salieron de ese apartamento para volver al pasillo y de ahí al puente.
No parecía estar protegido, pero seguían escuchándose los estruendos de los disparos. Hasta que una fuerte explosión les llamó la atención, era como si uno de los camiones hubiese estallado.
-Se están dando con todo allí abajo…-Comentó Jotha.
-Ya lo creo.-Agregó Samuel.
Una vez atravesado el puente, tuvieron que eliminar un par de nazis más y de allí tomar un ascensor hasta el último piso.
Subía velozmente y en un santiamén se encontraron en donde debían estar. De allí siguieron el elegante pasillo hasta el acceso a la terraza, donde fueron recibidos por los mercenarios de Nekro.
-¡Mátenlos!-Exclamó uno de los soldados.
Jotha y Samuel se echaron hacia atrás a tiempo, cuando una oleada de balas despedazó la puerta y provocó una lluvia de astillas. Cuando cesaron los tiros, uno de los mercenarios ingresó y fue recibido por un escopetazo de Samuel.
Por su parte, Jotha aprovechó para tomar el rifle del caído y usarlo contra los demás. Ambos aparecieron por el hueco de la puerta disparando frenéticamente.
Los mercenarios caían, aunque algunos rodaban por el suelo para ponerse a cubierto. Unas balas perdidas dieron en el helicóptero y mataron al piloto antes de que pudiera levantar vuelo.
-¡Hey! ¡Estamos bajo ataque!-Exclamó uno de los mercenarios por su radio.
En los subsuelos, Flauros había recibido la misma información de parte de algunos de sus muchachos. Se temía lo peor, así que decidió regresar al complejo militar.
Mientras tanto en la terraza, casi todos los mercenarios habían caído. Sólo unos pocos se rindieron y entregaron sus armas, llevándose las manos a la nuca.
Jotha se asomó por el borde y le pareció detectar menos tiros. Sin embargo, parecía que la acción ahora se trasladaba a las calles.
-¿Escuchas eso?-Preguntó a Samuel.
Se oían disparos lejanos, más allá de la zona donde estaban.
-Tenemos que detenerlos, pero no sé cuánto más podré continuar.-Dijo Samuel aplicándose presión sobre la herida.
Tras salir de la primera torre, Ele corrió por la calle y se lanzó detrás de su coche para ponerse a cubierto. Desde su posición disparó contra la cerradura del portón del vecino, esperando que se abriera. Y afortunadamente así fue.
Se levantó y empujó el portón, para luego cerrarlo a sus espaldas. Allí se encontró en el patio frontal donde vio a Yaun, Mataformigues, Chris Redfield, Oddro y Roxan.
-¿Qué mierdas está pasando?-Preguntó Oddro asustado.
-¿Y qué hacen aquí afuera? ¡Vayan a la casa! Esto es demasiado peligroso.-Les ordenó Ele.
Oddro era el dueño, así que abrió la puerta principal y todos ingresaron. Tan sólo esperaban que los de afuera no dirigieran su atención allí.
-¿Qué pasó exactamente?-Preguntó Ele.
-Estábamos ahí, comiendo asado… cuando hubo una explosión muy bestia que nos tiró al piso, como un pedo del diablo. Después hubo otra, y de ahí se empezaron a escuchar disparos.-Contestó Yaun.
-Bueno… necesito que ustedes se queden aquí a cubierto. Yo voy a pasar al patio de mi casa.-
Ni bien dijo eso, una pequeña explosión en el comedor hizo saltar la mesa y las sillas por todos lados. Se veía un pozo en el suelo, del que se asomó un ingeniero nazi cibernético.
-Verdammt!-
Ele le pegó un tiro y el cuerpo cayó por el pozo. Les hizo un gesto a los demás para que se alejen.
En ese momento emergió un nazi con blindaje y una ametralladora. Ele se escabulló por un pasillo cuando los disparos hicieron pedazos la pared de madera.
A paso lento se movió el soldado buscando a su objetivo. Ele estaba en una salita contigua detrás de un mueble. Sabía que no le quedaba mucha más munición a su pistola, así que tenía que hacer que cada bala cuente.
Se asomó y disparó hacia las piernas del nazi. Dos balas dieron en el blindaje, pero otras tres consiguieron hacer blanco en zonas desprotegidas. El soldado gruñó y su ametralladora empezó a escupir balas.
Ele se tiró al suelo mientras el mueble que usó de cobertura se partía al medio por los impactos. Una lluvia de astillas y vidrios cayó sobre ella.
Desde donde estaba apuntó su arma y disparó al soldado. Las balas dieron en sus brazos, pero la más certera fue una que golpeó en su rostro, rompiéndole parte de los implementos cibernéticos.
El nazi dejó de disparar para dejar caer su arma y llevarse las manos al rostro. Ele se puso de pie y corrió hacia él, dando un salto para pegarle una patada aérea y tirarlo al suelo. En ese momento llegó Yaun por un costado.
-¡Usa esto!-Exclamó lanzándole un atizador.
Ella lo vio como en cámara lenta, pero extendió su mano y atajó el atizador en el aire. Acto seguido lo usó para apuñalar al nazi en la cabeza. Saltaron chorros de sangre en todas las direcciones.
-Impecable…-Observó Yaun.
Ele se levantó, se limpió un poco la sangre del rostro y tomó la ametralladora. Con eso se dirigió al comedor donde estaba el acceso subterráneo de los nazis cibernéticos.
Yaun examinó un poco más el cuerpo del grandote y encontró un par de granadas. Agarró una y se encaminó al comedor.
Allí estaba Ele disparando contra unos soldados que habían salido del pozo. Las balas los atravesaban limpiamente mientras caían al suelo.
Yaun llegó a su lado y le mostró la granada. Ella le hizo un gesto afirmativo. El joven le quitó el seguro y la tiró por el pozo. Segundos después hubo una explosión que levantó algunas tablas del suelo, pero fue seguida por varios gritos que llegaban desde abajo.
-Hay una más.-Informó Yaun.
-Lánzala.-
El joven hizo lo mismo, volvió al cuerpo, recuperó la granada y la lanzó por el pozo. A continuación junto a Ele fueron a la cocina donde agarraron todas las botellas con alcohol que tenía Oddro y las tiraron en el acceso de los nazis, para luego echarle unos fósforos.
-Ustedes escapen de aquí. ¿Tienen sus coches?-
-Sí, están en el garaje.-Dijo Yaun.
-Salgan ahora mismo…-
Una explosión cercana le impidió continuar su frase. Ante eso Ele atravesó el resto de la casa hasta el patio trasero. Allí se trepó al muro y escaló hasta arriba, donde observó el estado de su casa.
Al mirar hacia la izquierda vio uno de los camiones en llamas. Tenía la esperanza de que Rain y los demás aún estuviesen vivos…
-Joder, hay que detenerlos. ¡Vamos!-Dijo Jotha.
Aceleró su coche y se metió de lleno en el hall de la primera torre. Esto llamó la atención de los afganos que empezaron a dispararle. Ele se dio cuenta y los atropelló con su Dodge.
Hecho esto se lanzó del coche cuando las balas reventaron el parabrisas. Samuel llegó a pie a su lado con una escopeta y la cubrió.
-¡Vamos!-
Ele desenfundó su pistola y abrió fuego contra los nazis que corrían en la calle, y varios murieron.
Fueron corriendo hasta donde estaba Jotha en el hall de la primera torre. Justo se bajaba de su coche armado con una Uzi y acomodándose el cabello.
-La situación se ve jodida, no vamos a poder llegar a la casa de forma directa. Literalmente la están cosiendo a tiros.-
-Mierda.-Dijo Ele.
-Vamos a limpiar las torres…-
-¡No, joder! Yo iré por la mansión de al lado.-Manifestó Ele, y sin esperar respuesta se dio vuelta y volvió al exterior.
Jotha y Samuel se miraron. Era esencial eliminar a los tiradores de la segunda torre, sino matarían a Ele en los patios y a cualquiera que se exponga.
-Vamos, compañero, es hora de patear culos.-
-Estilo Alabama.-Dijo Samuel con acento texano.
Al momento de acercarse a las escaleras vieron un cartel con la información que necesitaban: era el plano de emergencia que enseñaba por dónde escapar en caso de ser necesario. Allí se indicaba que las torres estaban conectadas por un puente en el piso veinte.
Decidieron alejarse de las escaleras y tomaron un ascensor. El piso veinte era su destino. Por fortuna los atacantes en esos momentos estaban distraídos, pero necesitaban captar su atención cuanto antes.
El viaje en el ascensor fue rápido. Allí Jotha se preparó con su Uzi, y Samuel hizo lo propio con su escopeta. Las puertas se abrieron y salieron velozmente, acribillando a cuanto nazi vieron ahí.
-Despejado.-Dijo Jotha.
-Sigamos.-
Iban velozmente hasta las puertas de vidrio que daban al puente. No alcanzaron a notar una silueta del otro lado que apuntaba a la puerta…
Un disparo de escopeta hizo estallar los vidrios que saltaron hacia ellos. Unos perdigones dieron en la pierna derecha de Samuel que cayó al suelo. Tanto él como Jotha recibieron vidrios en la cara y los brazos, pero aún sin ser letales eran un coñazo.
-Hail to the King, baby!-Exclamó la voz del tirador.
-¡Samuel, por aquí!-Exclamó Jotha, tomó a su compañero, rompió una puerta y lo lanzó dentro de un departamento. Justo a tiempo cuando el segundo disparo hacía saltar trozos de la pared.
-Es Nekro, joder…-Dijo Jotha.
-Debe estar con ellos, el desgraciado.-Murmuró Samuel.
-¡Vamos, no se escondan!-Lanzó Nekro desde el pasillo.
-Definitivamente.-Le dijo Jotha a Samuel.
Ambos estaban a cubierto detrás de un sillón. Sabían que no iban a poder estar ahí mucho tiempo.
Nekro apareció en el umbral con su escopeta en alto. Jotha se lanzó por un costado y disparó su Uzi, pero Nekro consiguió echarse atrás y ponerse a cubierto.
-¡Fallaste! ¡Jajajaja!-
Jotha sabía que estaba expuesto. Se levantó velozmente y corrió hasta el otro lado de la habitación que daba a la cocina, separada por una barra. Justo cuando tocó el suelo, el escopetazo hizo estallar las copas que estaban ahí.
Samuel se incorporó desde su lugar y disparó un escopetazo, que fue medio errado pero unos perdigones dieron en la pierna izquierda de Nekro. Samuel se cubrió cuando Nekro respondió, y su disparo voló un pedazo del sillón.
En ese momento Jotha se expuso y abrió fuego contra Nekro. Algunas balas dieron en la pared y otras en el hombro izquierdo del sujeto en cuestión, pero la Uzi se quedó sin munición.
Justo cuando Samuel se incorporó para disparar, Nekro le lanzó su escopeta y le dio en la cabeza. El moderador cayó de espaldas, semiaturdido y con un hilo de sangre bajándole por la frente.
Entonces Nekro pasó a sus manos la motosierra que llevaba colgando de su espalda. La encendió y empezó a rugir como una bestia.
-Groovy, papá.-Dijo Nekro.
Jotha lanzó su Uzi a un lado cuando se movió para esquivar a su atacante, que siguió de largo y arrasó un mueble con su motosierra.
La situación se había complicado. Nekro se giró y levantó la motosierra antes de ir a por Jotha otra vez, que saltó la barra de la cocina y cayó al suelo. Se incorporó velozmente y tomó una botella que había en la encimera.
Nekro se acercaba cortando la barra como si fuera manteca, cuando un disparo por la espalda lo inmovilizó. Samuel estaba apuntando hacia él desde el suelo con su escopeta.
La motosierra, aún encendida, cayó al suelo. Jotha se acercó a Nekro y le dio un golpe con la botella. Hecho esto lo arrastró hasta la ventana que daba a la calle.
-Hail to the King, culiao.-Le espetó antes de lanzarlo a través del cristal.
Nekro cayó varios metros y dio sobre el techo del primer camión.
Tras esto, Jotha ayudó a Samuel a levantarse. Tenía una pierna herida, pero parecía que aún podía continuar. Era urgente seguir adelante, así que salieron de ese apartamento para volver al pasillo y de ahí al puente.
No parecía estar protegido, pero seguían escuchándose los estruendos de los disparos. Hasta que una fuerte explosión les llamó la atención, era como si uno de los camiones hubiese estallado.
-Se están dando con todo allí abajo…-Comentó Jotha.
-Ya lo creo.-Agregó Samuel.
Una vez atravesado el puente, tuvieron que eliminar un par de nazis más y de allí tomar un ascensor hasta el último piso.
Subía velozmente y en un santiamén se encontraron en donde debían estar. De allí siguieron el elegante pasillo hasta el acceso a la terraza, donde fueron recibidos por los mercenarios de Nekro.
-¡Mátenlos!-Exclamó uno de los soldados.
Jotha y Samuel se echaron hacia atrás a tiempo, cuando una oleada de balas despedazó la puerta y provocó una lluvia de astillas. Cuando cesaron los tiros, uno de los mercenarios ingresó y fue recibido por un escopetazo de Samuel.
Por su parte, Jotha aprovechó para tomar el rifle del caído y usarlo contra los demás. Ambos aparecieron por el hueco de la puerta disparando frenéticamente.
Los mercenarios caían, aunque algunos rodaban por el suelo para ponerse a cubierto. Unas balas perdidas dieron en el helicóptero y mataron al piloto antes de que pudiera levantar vuelo.
-¡Hey! ¡Estamos bajo ataque!-Exclamó uno de los mercenarios por su radio.
En los subsuelos, Flauros había recibido la misma información de parte de algunos de sus muchachos. Se temía lo peor, así que decidió regresar al complejo militar.
Mientras tanto en la terraza, casi todos los mercenarios habían caído. Sólo unos pocos se rindieron y entregaron sus armas, llevándose las manos a la nuca.
Jotha se asomó por el borde y le pareció detectar menos tiros. Sin embargo, parecía que la acción ahora se trasladaba a las calles.
-¿Escuchas eso?-Preguntó a Samuel.
Se oían disparos lejanos, más allá de la zona donde estaban.
-Tenemos que detenerlos, pero no sé cuánto más podré continuar.-Dijo Samuel aplicándose presión sobre la herida.
Tras salir de la primera torre, Ele corrió por la calle y se lanzó detrás de su coche para ponerse a cubierto. Desde su posición disparó contra la cerradura del portón del vecino, esperando que se abriera. Y afortunadamente así fue.
Se levantó y empujó el portón, para luego cerrarlo a sus espaldas. Allí se encontró en el patio frontal donde vio a Yaun, Mataformigues, Chris Redfield, Oddro y Roxan.
-¿Qué mierdas está pasando?-Preguntó Oddro asustado.
-¿Y qué hacen aquí afuera? ¡Vayan a la casa! Esto es demasiado peligroso.-Les ordenó Ele.
Oddro era el dueño, así que abrió la puerta principal y todos ingresaron. Tan sólo esperaban que los de afuera no dirigieran su atención allí.
-¿Qué pasó exactamente?-Preguntó Ele.
-Estábamos ahí, comiendo asado… cuando hubo una explosión muy bestia que nos tiró al piso, como un pedo del diablo. Después hubo otra, y de ahí se empezaron a escuchar disparos.-Contestó Yaun.
-Bueno… necesito que ustedes se queden aquí a cubierto. Yo voy a pasar al patio de mi casa.-
Ni bien dijo eso, una pequeña explosión en el comedor hizo saltar la mesa y las sillas por todos lados. Se veía un pozo en el suelo, del que se asomó un ingeniero nazi cibernético.
-Verdammt!-
Ele le pegó un tiro y el cuerpo cayó por el pozo. Les hizo un gesto a los demás para que se alejen.
En ese momento emergió un nazi con blindaje y una ametralladora. Ele se escabulló por un pasillo cuando los disparos hicieron pedazos la pared de madera.
A paso lento se movió el soldado buscando a su objetivo. Ele estaba en una salita contigua detrás de un mueble. Sabía que no le quedaba mucha más munición a su pistola, así que tenía que hacer que cada bala cuente.
Se asomó y disparó hacia las piernas del nazi. Dos balas dieron en el blindaje, pero otras tres consiguieron hacer blanco en zonas desprotegidas. El soldado gruñó y su ametralladora empezó a escupir balas.
Ele se tiró al suelo mientras el mueble que usó de cobertura se partía al medio por los impactos. Una lluvia de astillas y vidrios cayó sobre ella.
Desde donde estaba apuntó su arma y disparó al soldado. Las balas dieron en sus brazos, pero la más certera fue una que golpeó en su rostro, rompiéndole parte de los implementos cibernéticos.
El nazi dejó de disparar para dejar caer su arma y llevarse las manos al rostro. Ele se puso de pie y corrió hacia él, dando un salto para pegarle una patada aérea y tirarlo al suelo. En ese momento llegó Yaun por un costado.
-¡Usa esto!-Exclamó lanzándole un atizador.
Ella lo vio como en cámara lenta, pero extendió su mano y atajó el atizador en el aire. Acto seguido lo usó para apuñalar al nazi en la cabeza. Saltaron chorros de sangre en todas las direcciones.
-Impecable…-Observó Yaun.
Ele se levantó, se limpió un poco la sangre del rostro y tomó la ametralladora. Con eso se dirigió al comedor donde estaba el acceso subterráneo de los nazis cibernéticos.
Yaun examinó un poco más el cuerpo del grandote y encontró un par de granadas. Agarró una y se encaminó al comedor.
Allí estaba Ele disparando contra unos soldados que habían salido del pozo. Las balas los atravesaban limpiamente mientras caían al suelo.
Yaun llegó a su lado y le mostró la granada. Ella le hizo un gesto afirmativo. El joven le quitó el seguro y la tiró por el pozo. Segundos después hubo una explosión que levantó algunas tablas del suelo, pero fue seguida por varios gritos que llegaban desde abajo.
-Hay una más.-Informó Yaun.
-Lánzala.-
El joven hizo lo mismo, volvió al cuerpo, recuperó la granada y la lanzó por el pozo. A continuación junto a Ele fueron a la cocina donde agarraron todas las botellas con alcohol que tenía Oddro y las tiraron en el acceso de los nazis, para luego echarle unos fósforos.
-Ustedes escapen de aquí. ¿Tienen sus coches?-
-Sí, están en el garaje.-Dijo Yaun.
-Salgan ahora mismo…-
Una explosión cercana le impidió continuar su frase. Ante eso Ele atravesó el resto de la casa hasta el patio trasero. Allí se trepó al muro y escaló hasta arriba, donde observó el estado de su casa.
Al mirar hacia la izquierda vio uno de los camiones en llamas. Tenía la esperanza de que Rain y los demás aún estuviesen vivos…
Theme: https://www.youtube.com/watch?v=hjRMHQxXUrE
Oculto:
Baltel ingresó al hall con su arma en mano y se dirigió a donde estaban los últimos afganos, es decir el líder y sus guardaespaldas.
-¿Qué cojones está sucediendo? ¡Queremos vengar a Genghis Troll!-Exclamó el líder.
-Mon ami, ustedes fallaron miserablemente y le están costando mucho dinero a Lady Calebita.-
Apuntó el FAMAS y lo descargó contra los afganos. Todos los cuerpos acribillados quedaron ahí tirados, ilustrando la grotesca escena como la ejecución brutal que fue.
Baltel recargó su arma y salió al umbral. Ya no estaban recibiendo apoyo de las alturas, por lo que sospechaba que los mercenarios de Nekro habían caído. Se quitó las gafas y las guardó en el bolsillo interior de su saco.
Los nazis se habían replegado de la calle, pero varios de ellos aún se encontraban en los patios de la casa de Ele. En cambio los demás retrocedieron hasta el estacionamiento subterráneo para reagruparse con Flauros. Claramente no esperaban encontrar la resistencia con la que chocaron.
Ill estaba al volante de un Smart Fortwo con Isra en el lugar del acompañante. Ambos tenían sus pistolas registradas para uso en el Museo de Trofeos, era el mayor calibre que tenían permitido: 9mm.
A lo lejos vio un coche que giraba a gran velocidad y era perseguido por una camioneta.
-¿Deberíamos unirnos a la persecución?-Preguntó Ill.
-Pozí, no veo por qué no.-Contestó Isra.
Pero en eso un Lamborghini apareció por la calle lateral a toda velocidad, haciendo que Ill volantee desesperadamente y casi estrelle el coche.
-Joder, con esto no vamos a hacer mucho…-
-Vamos a la casa de Ele, se supone que todos están ahí.-Dijo Isra.
El coche ingresó en la calle y fue recibido a tiros. Los ocupantes se lanzaron del mismo y corrieron hasta un pequeño contenedor de basura que había en el borde de la acera para ponerse a cubierto.
-Mierda, ¿desde dónde nos tiraron?-Preguntó Isra.
-No lo sé, sólo veo fuego y humo.-
En eso varios coches empezaron a salir de la vivienda que había al lado de la casa de Ele. Todos iban en la dirección contraria, excepto uno que se desvió y se metió de lleno en donde la zona estaba calentita.
Baltel lo vio desde el umbral y efectuó unos disparos. Las balas dieron en el chofer, Mataformigues, y el coche perdió el rumbo. Chris iba de acompañante y trató de volantear lo mejor que pudo pero el coche se estrelló contra la entrada a la casa de Ele.
Ill se asomó con su pistola y disparó contra Baltel, pero todos los disparos fallaron. Baltel se dio cuenta y devolvió fuego, haciendo temblar el contenedor.
-Joder Ill, llamaste su atención.-
Hubo más disparos mientras ellos usaban sus pistolas pero no tenían mucha efectividad.
En eso, Jotha y Samuel llegaron al hall de la segunda torre bajando por el ascensor. Miraron a un lado y vieron a los afganos ejecutados, por lo que salieron a la puerta principal justo para ver a Baltel disparando contra el contenedor.
Samuel no midió palabra y le dio un escopetazo por la espalda. El elegante guardaespaldas cayó al suelo, donde permaneció inmóvil.
-¡No disparen!-Exclamó Isra.
-Son ellos. Vamos a ayudarlos…-Dijo Jotha a Samuel.
Pero en ese momento comenzaron a salir unos cuantos nazis del estacionamiento subterráneo. Se desató un nuevo tiroteo en el que Samuel y Jotha debieron regresar al hall para ponerse a cubierto.
Cayeron algunos nazis, pero los demás directamente se dirigieron al segundo camión (que no había reventado) y se metieron en la parte trasera. Flauros se puso al volante y arrancó.
Desde el vehículo algunos soldados dispararon contra el hall de la segunda torre. Por su parte Flauros pisó el acelerador, el camión embistió al Smart y le pasó por encima, haciéndolo pedazos. Ill e Isra dieron un salto hacia la acera y se cubrieron como pudieron.
En ese momento ya no se oían más disparos en esa zona. Fueron hasta el centro de la calle en medio de fuego, cadáveres y restos de metal y cemento. Vieron a Ele atravesando el lugar donde antes estaba el portón de acceso a su casa, mientras cargaba a Chris.
-Está herido, hay que dar luz verde al hospital para que envíe unidades.-Dijo Ele.
Jotha y Samuel llegaron. Allí Samuel se dejó caer. También estaba herido.
-Escucha, tenemos que salir a dar caza a ese camión cuanto antes.-Expresó Jotha.
-Sí. Da aviso al hospital, usaremos nuestros coches.-Dijo Ele.
-Bueno, el mío no creo que vaya a ninguna parte…-Contestó Jotha. Pero Samuel le lanzó unas llaves.
-Usen el mío, y toma esto…-A continuación le alcanzó a Jotha la escopeta.
-Gracias…-
-Cuida a Kojima, la quiero de regreso cuando esto termine.-Le advirtió Samuel.
Isra pidió ir con Ele en el Dodge Challenger, mientras que Ill iría con Jotha en el coche de Samuel.
El Dodge tenía el parabrisas destruido, pero no le impedía funcionar. Los motores rugieron y los coches salieron disparados a seguir el rastro de Flauros. En ese momento llegaban ambulancias y vehículos de prensa al lugar.
-¿Qué cojones está sucediendo? ¡Queremos vengar a Genghis Troll!-Exclamó el líder.
-Mon ami, ustedes fallaron miserablemente y le están costando mucho dinero a Lady Calebita.-
Apuntó el FAMAS y lo descargó contra los afganos. Todos los cuerpos acribillados quedaron ahí tirados, ilustrando la grotesca escena como la ejecución brutal que fue.
Baltel recargó su arma y salió al umbral. Ya no estaban recibiendo apoyo de las alturas, por lo que sospechaba que los mercenarios de Nekro habían caído. Se quitó las gafas y las guardó en el bolsillo interior de su saco.
Los nazis se habían replegado de la calle, pero varios de ellos aún se encontraban en los patios de la casa de Ele. En cambio los demás retrocedieron hasta el estacionamiento subterráneo para reagruparse con Flauros. Claramente no esperaban encontrar la resistencia con la que chocaron.
Ill estaba al volante de un Smart Fortwo con Isra en el lugar del acompañante. Ambos tenían sus pistolas registradas para uso en el Museo de Trofeos, era el mayor calibre que tenían permitido: 9mm.
A lo lejos vio un coche que giraba a gran velocidad y era perseguido por una camioneta.
-¿Deberíamos unirnos a la persecución?-Preguntó Ill.
-Pozí, no veo por qué no.-Contestó Isra.
Pero en eso un Lamborghini apareció por la calle lateral a toda velocidad, haciendo que Ill volantee desesperadamente y casi estrelle el coche.
-Joder, con esto no vamos a hacer mucho…-
-Vamos a la casa de Ele, se supone que todos están ahí.-Dijo Isra.
El coche ingresó en la calle y fue recibido a tiros. Los ocupantes se lanzaron del mismo y corrieron hasta un pequeño contenedor de basura que había en el borde de la acera para ponerse a cubierto.
-Mierda, ¿desde dónde nos tiraron?-Preguntó Isra.
-No lo sé, sólo veo fuego y humo.-
En eso varios coches empezaron a salir de la vivienda que había al lado de la casa de Ele. Todos iban en la dirección contraria, excepto uno que se desvió y se metió de lleno en donde la zona estaba calentita.
Baltel lo vio desde el umbral y efectuó unos disparos. Las balas dieron en el chofer, Mataformigues, y el coche perdió el rumbo. Chris iba de acompañante y trató de volantear lo mejor que pudo pero el coche se estrelló contra la entrada a la casa de Ele.
Ill se asomó con su pistola y disparó contra Baltel, pero todos los disparos fallaron. Baltel se dio cuenta y devolvió fuego, haciendo temblar el contenedor.
-Joder Ill, llamaste su atención.-
Hubo más disparos mientras ellos usaban sus pistolas pero no tenían mucha efectividad.
En eso, Jotha y Samuel llegaron al hall de la segunda torre bajando por el ascensor. Miraron a un lado y vieron a los afganos ejecutados, por lo que salieron a la puerta principal justo para ver a Baltel disparando contra el contenedor.
Samuel no midió palabra y le dio un escopetazo por la espalda. El elegante guardaespaldas cayó al suelo, donde permaneció inmóvil.
-¡No disparen!-Exclamó Isra.
-Son ellos. Vamos a ayudarlos…-Dijo Jotha a Samuel.
Pero en ese momento comenzaron a salir unos cuantos nazis del estacionamiento subterráneo. Se desató un nuevo tiroteo en el que Samuel y Jotha debieron regresar al hall para ponerse a cubierto.
Cayeron algunos nazis, pero los demás directamente se dirigieron al segundo camión (que no había reventado) y se metieron en la parte trasera. Flauros se puso al volante y arrancó.
Desde el vehículo algunos soldados dispararon contra el hall de la segunda torre. Por su parte Flauros pisó el acelerador, el camión embistió al Smart y le pasó por encima, haciéndolo pedazos. Ill e Isra dieron un salto hacia la acera y se cubrieron como pudieron.
En ese momento ya no se oían más disparos en esa zona. Fueron hasta el centro de la calle en medio de fuego, cadáveres y restos de metal y cemento. Vieron a Ele atravesando el lugar donde antes estaba el portón de acceso a su casa, mientras cargaba a Chris.
-Está herido, hay que dar luz verde al hospital para que envíe unidades.-Dijo Ele.
Jotha y Samuel llegaron. Allí Samuel se dejó caer. También estaba herido.
-Escucha, tenemos que salir a dar caza a ese camión cuanto antes.-Expresó Jotha.
-Sí. Da aviso al hospital, usaremos nuestros coches.-Dijo Ele.
-Bueno, el mío no creo que vaya a ninguna parte…-Contestó Jotha. Pero Samuel le lanzó unas llaves.
-Usen el mío, y toma esto…-A continuación le alcanzó a Jotha la escopeta.
-Gracias…-
-Cuida a Kojima, la quiero de regreso cuando esto termine.-Le advirtió Samuel.
Isra pidió ir con Ele en el Dodge Challenger, mientras que Ill iría con Jotha en el coche de Samuel.
El Dodge tenía el parabrisas destruido, pero no le impedía funcionar. Los motores rugieron y los coches salieron disparados a seguir el rastro de Flauros. En ese momento llegaban ambulancias y vehículos de prensa al lugar.
Theme: https://www.youtube.com/watch?v=Vv9N1mLZa3U
Oculto:
Aún era de noche, aunque no faltaba mucho para el amanecer. El DeLorean había perdido sus luces frontales debido al choque contra el portón y tenía el frente abollado. Eso sin contar varios impactos de bala.
Iba a gran velocidad seguido de cerca por la Amarok negra que tenía una esvástica en la patente.
-Estos tipos no se van a despegar.-Comentó Fury.
-Mierda. Perdí mi radio.-Maldijo Rain.
Pero en la emisora que tenía configurada el coche Spike seguía relatando los brutales hechos de esa noche mientras pasaba canciones metaleras. Según lo que decía, cada vez había más reshianos escuchando el programa y mandando mensajes por Twitter para alentar a las fuerzas moderadoras.
Un disparo proveniente de la Amarok hizo saltar por los aires el espejo retrovisor derecho. Al voltear, Fury vio que detrás de la Amarok un Lamborghini se acercaba a toda velocidad.
-No vienen solos…-Dijo mientras preparaba su arma.
-Denles con todo.-Pidió Rain mientras aceleraba aún más.
Caleb y Fury se asomaron por las ventanillas y dispararon. Desde la camioneta contraatacaron, rompiendo las luces traseras y haciendo saltar algunos cristales a tiros.
Uno de los nazis iba en la caja, con su arma apoyada sobre el techo y disparando. Este fue alcanzado por las balas de Caleb y cayó al pavimento, destrozándose la cabeza.
Y otro que iba asomado por la parte trasera cayó bajo el fuego de Fury y quedó colgando por la ventanilla.
El Lamborghini se mantenía detrás de la Amarok, usándola como escudo. Willian conducía con una mano y con la otra sostenía su vaso de caipiriña, mientras Calebita cargaba una Thompson 1921.
-Dame un poco de espacio.-Solicitó Calebita mientras bajaba el vidrio de su ventanilla.
El DeLorean zigzagueaba seguido por la Amarok, a lo que el Lamborghini se empezó a hacer a un lado. Calebita sacó primero el arma y luego el resto del cuerpo, casi sentándose en la ventanilla. Desde allí apuntó, para segundos después empezar a disparar la “Chicago typewriter” contra sus perseguidos.
Algunas balas dieron en el DeLorean que ya bastante daño estaba soportando. Fury se asomó para disparar contra la Amarok cuyo blindaje era demasiado resistente. Iban a hacer falta más tiros para que el parabrisas cediera.
Rain alzó la vista hacia el espejo retrovisor y aunque tenía más cerca a esos dos coches perseguidores, distinguió a lo lejos un camión acercándose.
-Chicos, esto se va a poner peor. Hagan algo, rápido.-Dijo Rain.
Caleb se asomó y disparó contra el parabrisas de la Amarok, hacia el lugar del conductor. No fue suficiente para perforarlo pero sí para hacer que pierda un poco el control.
Aprovechando esa desviación, Fury hizo un disparo al Lamborghini que atravesó el parabrisas y reventó el vaso de Willian.
-¡Filho da puta!-Exclamó el guardaespaldas que casi pierde control del coche.
El sacudón hizo que Calebita perdiera su Tommy que cayó al pavimento y se perdió. Eso la enfureció y puteó a Willian.
Mientras Fury recargaba su arma, la Amarok regresó al camino a toda velocidad, casi embistiendo al DeLorean. Caleb y Fury concentraron sus disparos en la Amarok, pero los nazis seguían devolviendo fuego. Sin embargo al exponerse esto hizo que dos más murieran.
Calebita sacó una pistola Calico M950 y disparó al DeLorean, intentando acertarle a Fury. De hecho una bala terminó dándole en el hombro.
Hubo un salpicón de sangre dentro del coche, Rain intentó evadir los siguientes disparos pero no fue fácil. Para ese momento las armas de Caleb y Fury ya estaban vacías.
Así que Caleb tomó el rifle de Rain y lo usó para seguir disparando a la Amarok, hasta que finalmente el parabrisas cedió y varios cristales estallaron en la cara del conductor. El tipo perdió el control y la camioneta se salió a un costado.
Justo estaban en las afueras de RESH, acercándose al punto de control norte. La camioneta se salió del camino, volcó y se estrelló contra un poste de luz. Nadie salió de allí…
A continuación Caleb iba a acribillar el Lamborghini pero cuando apretó el gatillo no salió ninguna bala.
-¡Mierda! ¿No hay más cargadores?-Preguntó desesperado.
-Deben haberse agotado. Aún tengo mi pistola.-Dijo Rain y se la pasó.
Pero el Lamborghini se acercaba peligrosamente y embistió al DeLorean por detrás. Calebita siguió disparando hasta que agotó el cargador.
Para ese entonces el coche de Rain atravesó el puesto norte, llevándose por delante la barrera. El vehículo perseguidor iba detrás, muy cerca.
Caleb disparó hacia el parabrisas, resquebrajándolo. Willian tuvo que esquivarlo como pudo, pero rápidamente se ubicó cerca del DeLorean otra vez. Empezó a acelerar hasta ubicarse al costado, del lado de Fury.
-Mierda…-Murmuró Fury.
El Lamborghini se giró contra el DeLorean y empezó a intentar quitarlo del camino. Rain hacía lo posible por mantenerlo firme, pero tras una segunda embestida el coche despistó y volcó en el costado de la carretera.
Tras dar varios tumbos quedó inmóvil. El Lamborghini se estacionó detrás y Willian fue el primero en acercarse.
Calebita llegó a su lado. En el camino encontró una pistola que había salido despedida del DeLorean. Era el arma de Rain.
-Vamos, afuera.-Dijo Calebita.
Willian sacó a Caleb y Rain que aún estaban con vida, mientras que Fury yacía muerto.
Mientras Willian les amarraba las manos con precintos, Calebita se paseaba frente a ellos.
-No puedo creer que finalmente los tengo. ¡Esto viene saliendo mejor de lo que esperaba!-
Justo en ese momento el camión de los nazis se frenó a unos metros. Flauros se asomó por la ventanilla e hizo un gesto.
-¡Hey! ¡Hay que salir de aquí! ¡Creo que nos están siguiendo!-
Willian llevó a los rehenes hasta la parte trasera. Pero mientras Calebita pasaba al lado del camión, Flauros le expresó su enojo.
-¡Todo salió como el orto! ¡Tú y yo vamos a tener que hablar!-
-¡Después, Flauros! Ahora mueve este puto camión.-
-Joder…-Masculló el nazi.
Una vez que todos estuvieron a bordo, el camión arrancó y siguió su camino. Ya estaba amaneciendo.
Iba a gran velocidad seguido de cerca por la Amarok negra que tenía una esvástica en la patente.
-Estos tipos no se van a despegar.-Comentó Fury.
-Mierda. Perdí mi radio.-Maldijo Rain.
Pero en la emisora que tenía configurada el coche Spike seguía relatando los brutales hechos de esa noche mientras pasaba canciones metaleras. Según lo que decía, cada vez había más reshianos escuchando el programa y mandando mensajes por Twitter para alentar a las fuerzas moderadoras.
Un disparo proveniente de la Amarok hizo saltar por los aires el espejo retrovisor derecho. Al voltear, Fury vio que detrás de la Amarok un Lamborghini se acercaba a toda velocidad.
-No vienen solos…-Dijo mientras preparaba su arma.
-Denles con todo.-Pidió Rain mientras aceleraba aún más.
Caleb y Fury se asomaron por las ventanillas y dispararon. Desde la camioneta contraatacaron, rompiendo las luces traseras y haciendo saltar algunos cristales a tiros.
Uno de los nazis iba en la caja, con su arma apoyada sobre el techo y disparando. Este fue alcanzado por las balas de Caleb y cayó al pavimento, destrozándose la cabeza.
Y otro que iba asomado por la parte trasera cayó bajo el fuego de Fury y quedó colgando por la ventanilla.
El Lamborghini se mantenía detrás de la Amarok, usándola como escudo. Willian conducía con una mano y con la otra sostenía su vaso de caipiriña, mientras Calebita cargaba una Thompson 1921.
-Dame un poco de espacio.-Solicitó Calebita mientras bajaba el vidrio de su ventanilla.
El DeLorean zigzagueaba seguido por la Amarok, a lo que el Lamborghini se empezó a hacer a un lado. Calebita sacó primero el arma y luego el resto del cuerpo, casi sentándose en la ventanilla. Desde allí apuntó, para segundos después empezar a disparar la “Chicago typewriter” contra sus perseguidos.
Algunas balas dieron en el DeLorean que ya bastante daño estaba soportando. Fury se asomó para disparar contra la Amarok cuyo blindaje era demasiado resistente. Iban a hacer falta más tiros para que el parabrisas cediera.
Rain alzó la vista hacia el espejo retrovisor y aunque tenía más cerca a esos dos coches perseguidores, distinguió a lo lejos un camión acercándose.
-Chicos, esto se va a poner peor. Hagan algo, rápido.-Dijo Rain.
Caleb se asomó y disparó contra el parabrisas de la Amarok, hacia el lugar del conductor. No fue suficiente para perforarlo pero sí para hacer que pierda un poco el control.
Aprovechando esa desviación, Fury hizo un disparo al Lamborghini que atravesó el parabrisas y reventó el vaso de Willian.
-¡Filho da puta!-Exclamó el guardaespaldas que casi pierde control del coche.
El sacudón hizo que Calebita perdiera su Tommy que cayó al pavimento y se perdió. Eso la enfureció y puteó a Willian.
Mientras Fury recargaba su arma, la Amarok regresó al camino a toda velocidad, casi embistiendo al DeLorean. Caleb y Fury concentraron sus disparos en la Amarok, pero los nazis seguían devolviendo fuego. Sin embargo al exponerse esto hizo que dos más murieran.
Calebita sacó una pistola Calico M950 y disparó al DeLorean, intentando acertarle a Fury. De hecho una bala terminó dándole en el hombro.
Hubo un salpicón de sangre dentro del coche, Rain intentó evadir los siguientes disparos pero no fue fácil. Para ese momento las armas de Caleb y Fury ya estaban vacías.
Así que Caleb tomó el rifle de Rain y lo usó para seguir disparando a la Amarok, hasta que finalmente el parabrisas cedió y varios cristales estallaron en la cara del conductor. El tipo perdió el control y la camioneta se salió a un costado.
Justo estaban en las afueras de RESH, acercándose al punto de control norte. La camioneta se salió del camino, volcó y se estrelló contra un poste de luz. Nadie salió de allí…
A continuación Caleb iba a acribillar el Lamborghini pero cuando apretó el gatillo no salió ninguna bala.
-¡Mierda! ¿No hay más cargadores?-Preguntó desesperado.
-Deben haberse agotado. Aún tengo mi pistola.-Dijo Rain y se la pasó.
Pero el Lamborghini se acercaba peligrosamente y embistió al DeLorean por detrás. Calebita siguió disparando hasta que agotó el cargador.
Para ese entonces el coche de Rain atravesó el puesto norte, llevándose por delante la barrera. El vehículo perseguidor iba detrás, muy cerca.
Caleb disparó hacia el parabrisas, resquebrajándolo. Willian tuvo que esquivarlo como pudo, pero rápidamente se ubicó cerca del DeLorean otra vez. Empezó a acelerar hasta ubicarse al costado, del lado de Fury.
-Mierda…-Murmuró Fury.
El Lamborghini se giró contra el DeLorean y empezó a intentar quitarlo del camino. Rain hacía lo posible por mantenerlo firme, pero tras una segunda embestida el coche despistó y volcó en el costado de la carretera.
Tras dar varios tumbos quedó inmóvil. El Lamborghini se estacionó detrás y Willian fue el primero en acercarse.
Calebita llegó a su lado. En el camino encontró una pistola que había salido despedida del DeLorean. Era el arma de Rain.
-Vamos, afuera.-Dijo Calebita.
Willian sacó a Caleb y Rain que aún estaban con vida, mientras que Fury yacía muerto.
Mientras Willian les amarraba las manos con precintos, Calebita se paseaba frente a ellos.
-No puedo creer que finalmente los tengo. ¡Esto viene saliendo mejor de lo que esperaba!-
Justo en ese momento el camión de los nazis se frenó a unos metros. Flauros se asomó por la ventanilla e hizo un gesto.
-¡Hey! ¡Hay que salir de aquí! ¡Creo que nos están siguiendo!-
Willian llevó a los rehenes hasta la parte trasera. Pero mientras Calebita pasaba al lado del camión, Flauros le expresó su enojo.
-¡Todo salió como el orto! ¡Tú y yo vamos a tener que hablar!-
-¡Después, Flauros! Ahora mueve este puto camión.-
-Joder…-Masculló el nazi.
Una vez que todos estuvieron a bordo, el camión arrancó y siguió su camino. Ya estaba amaneciendo.
Theme: https://www.youtube.com/watch?v=HhsXy-f2Q0U
Oculto:
Rain despertó cuando recibió un baldazo de agua. Estaba amarrada a una silla de madera y a su lado se encontraba Caleb también amarrado.
Estaban en el cuarto de planificación del cuartel de Flauros. Del otro lado de la mesa vieron al propio Flauros, a Calebita con una sonrisa triunfante y a Willian alejándose con un balde en sus manos.
Calebita caminó hasta sentarse sobre la mesa y en ningún momento borró esa desagradable sonrisa de su rostro.
-Debí sospecharlo… sabía que algún día ibas a intentarlo.-Le dijo Rain a Calebita.
-No es mi culpa…-Dijo Caleb.
-Los trabajos del Dr. William fueron como el manual de cómo clonar. Sus notas cayeron en manos de gente como el Ejército Shur, y ya vieron lo que pasó. En cambio yo creo que puedo perfeccionarlo.-Manifestó Calebita.
-Joder, esto es como cuando el monstruo se reveló contra el Dr. Frankenstein, en serio esto no lo tenía pensado.-Expresó Caleb.
-Caleb, me sorprende que no cuestiones tus orígenes. ¿Acaso crees que eres pariente del Dr. William?-Preguntó Calebita.
-¡Yo soy el Dr. William!-Exclamó Caleb.
-No estés tan seguro.-Replicó la clónica Calebita.
-Momento, ¿qué mierda está pasando?-Intervino Rain, que ahora se sentía confundida.
-Voy a acaparar toda la investigación del Dr. William… y luego moldearé RESH a mi imagen y semejanza.-Declaró Calebita entre risas.
Esto hizo que Flauros diera un paso adelante.
-No es lo que acordamos.-Dijo el nazi.
-Nunca acordé nada contigo. Piérdete.-Le espetó Calebita.
Willian empezó a acercarse a Flauros, pero éste se llevó la mano a la cintura donde tenía su Luger.
En ese preciso momento una explosión en el perímetro los alertó. Calebita bajó de la mesa de un salto y se acercó a la ventana. Flauros y Willian hicieron lo mismo.
Tras la detonación, un Dodge Challenger ingresó a toda velocidad arrollando a un par de nazis mientras disparaban desde el interior. Detrás ingresó otro coche y el tiroteo se hizo más intenso.
-Son ellos…-Dijo Flauros.
Dicho esto salió corriendo para unirse a la batalla. Willian miró a Calebita como esperando órdenes y ella le hizo un gesto para que lo siguiera al líder nazi.
Esta distracción fue aprovechada por Rain que se incorporó aún con la silla a cuestas y se lanzó contra Calebita. Ambas cayeron al suelo mientras se repartían algunas patadas, hasta que Rain consiguió romper la silla y liberarse.
-¡No te preocupes por mí! ¡Termina con ella!-Exclamó Caleb.
Calebita intentó asestarle un golpe a Rain pero ella se lo bloqueó, y contraatacó con eficacia. Esto hizo que Calebita retrocediera, para luego lanzar una patada que Rain esquivó a tiempo, pero Caleb no pudo.
Cayó de espaldas con la nariz partida y quedó inmóvil en el suelo, aún amarrado a la silla.
Mientras tanto afuera seguían matándose, los nazis caían uno a uno. Ill disparaba a lo akimbo contra todo lo que se movía, mientras Jotha hacía justicia con la escopeta de Samuel.
Willian se enfrascó en un brutal tiroteo con Isra, que tuvo que ponerse a cubierto tras recibir un disparo en su pierna izquierda. El joven se arrastró detrás del camión que estaba estacionado allí. Ill llegó a su lado para prestarle apoyo contra Willian.
-¡Porra, porra!-Gritaba Willian mientras disparaba con una TEC9. En su cintura llevaba la Calico de Calebita.
Ele aprovechó la confusión para escabullirse e ingresar al cuartel. Allí se tiroteó con algunos nazis y continuó hasta las escaleras que llevaban a los pisos superiores.
Ingresó en una sala donde vio una mesa con varios objetos, entre ellos la pistola de Rain. Decidió agarrarla y llevarla consigo.
Esa sala tenía a su vez una puerta por la que pasó y se encontró en el cuarto de planificación, donde Calebita tenía a Rain contra la pared presionándole el cuello con su brazo.
Ele se acercó velozmente y le propinó a Calebita una patada de 360º que la lanzó a través de la ventana. Hecho esto ayudó a Rain a levantarse y le dio un fuerte abrazo.
-Desata a Caleb, yo iré a terminar esto.-Le dijo Rain.
Ele asintió y le devolvió su pistola. Rain comprobó que estaba cargada y emprendió el camino hacia la salida.
En el exterior, la mayoría de los nazis habían muerto mientras otros se rendían. Isra e Ill ya no tenían municiones, y Jotha gastó su último escopetazo en Willian.
Calebita había caído sobre unos contenedores. Se bajó como pudo, aún aturdida y limpiándose la sangre de la boca. En ese momento Willian le llamó la atención para lanzarle la Calico.
Flauros apareció desde el depósito armado con su Luger y disparó hacia Calebita, pero la bala dio en el suelo. Calebita atajó la Calico en el aire y disparó contra Jotha, que cayó herido en el hombro.
Willian murió, y Calebita se quedó donde estaba apuntando a Flauros. Eran los únicos en pie y armados en el centro del complejo. En ese momento se abrió la puerta del cuartel y Rain apareció con su pistola en mano.
Calebita apuntó a Rain, Rain a Calebita y Flauros oscilaba su pistola. Sus ojos se movían frenéticamente de un lado a otro.
-¡Apúntale a ella! ¡Te ha traicionado!-Le lanzó Rain a Flauros.
-¡¿Cómo piensas armar tu IV Reich con la administradora viva?!-Exclamó Calebita.
Flauros apuntó a Rain.
-¡No creas que saldrás de ésta, Calebita!-Dijo Flauros.
-¡¿Qué?!-
-¡Primero ella, luego tú!-Sentenció Flauros.
Calebita movió su Calico hacia Flauros. Rain seguía apuntando a Calebita pero con la mirada fija en Flauros.
Desde el suelo Jotha empezó a reírse. La tensión había escalado tan alto que se reía por nerviosismo.
Ill e Isra seguían la situación desde su escondite detrás del camión.
-Vaya, un duelo mexicano.-Observó Isra.
-Esto se ve muy jodido. No puede terminar así…-Expresó Ill.
Una brisa recorrió el complejo. Ele salió del cuartel junto a Caleb y se detuvieron en el umbral, observando la situación.
Desde el otro lado, los nazis que se habían rendido también miraban y en voz baja apoyaban a Flauros. Todos los ojos estaban puestos en esos tres que se apuntaban mutuamente.
-No van a ir muy lejos, esta pistola es rápida.-Dijo Calebita.
-Tu pistola será rápida, pero yo soy la mejor tiradora de la región.-Replicó Rain.
-No me intimidan.-Flauros mantuvo su Luger apuntando a Rain.
Las miradas se cruzaron. Fueron unos segundos eternos, hasta que Flauros oprimió el gatillo.
Fue la luz verde a que las otras armas también se dispararan. La bala de la Luger dio en el hombro derecho de Rain, que la desestabilizó y la hizo caer mientras apretaba el gatillo. Su disparo dio en el abdomen de Calebita que ya había accionado su Calico, acertando de lleno en el pecho de Flauros que cayó de espaldas.
Los tres se desplomaron en el suelo, desde donde Calebita apuntó a Rain pero la administradora fue más rápida y su segundo disparo dio en el brazo de su atacante.
Finalmente Calebita se rindió, y se quedó inmóvil. Tenía la mirada perdida en el cielo, como si recordara cosas.
-Todos esos momentos se perderán como lágrimas en la lluvia…-Susurró.
Ele se acercó corriendo a Rain mientras Ill e Isra socorrían a Jotha. Todo había terminado…
Estaban en el cuarto de planificación del cuartel de Flauros. Del otro lado de la mesa vieron al propio Flauros, a Calebita con una sonrisa triunfante y a Willian alejándose con un balde en sus manos.
Calebita caminó hasta sentarse sobre la mesa y en ningún momento borró esa desagradable sonrisa de su rostro.
-Debí sospecharlo… sabía que algún día ibas a intentarlo.-Le dijo Rain a Calebita.
-No es mi culpa…-Dijo Caleb.
-Los trabajos del Dr. William fueron como el manual de cómo clonar. Sus notas cayeron en manos de gente como el Ejército Shur, y ya vieron lo que pasó. En cambio yo creo que puedo perfeccionarlo.-Manifestó Calebita.
-Joder, esto es como cuando el monstruo se reveló contra el Dr. Frankenstein, en serio esto no lo tenía pensado.-Expresó Caleb.
-Caleb, me sorprende que no cuestiones tus orígenes. ¿Acaso crees que eres pariente del Dr. William?-Preguntó Calebita.
-¡Yo soy el Dr. William!-Exclamó Caleb.
-No estés tan seguro.-Replicó la clónica Calebita.
-Momento, ¿qué mierda está pasando?-Intervino Rain, que ahora se sentía confundida.
-Voy a acaparar toda la investigación del Dr. William… y luego moldearé RESH a mi imagen y semejanza.-Declaró Calebita entre risas.
Esto hizo que Flauros diera un paso adelante.
-No es lo que acordamos.-Dijo el nazi.
-Nunca acordé nada contigo. Piérdete.-Le espetó Calebita.
Willian empezó a acercarse a Flauros, pero éste se llevó la mano a la cintura donde tenía su Luger.
En ese preciso momento una explosión en el perímetro los alertó. Calebita bajó de la mesa de un salto y se acercó a la ventana. Flauros y Willian hicieron lo mismo.
Tras la detonación, un Dodge Challenger ingresó a toda velocidad arrollando a un par de nazis mientras disparaban desde el interior. Detrás ingresó otro coche y el tiroteo se hizo más intenso.
-Son ellos…-Dijo Flauros.
Dicho esto salió corriendo para unirse a la batalla. Willian miró a Calebita como esperando órdenes y ella le hizo un gesto para que lo siguiera al líder nazi.
Esta distracción fue aprovechada por Rain que se incorporó aún con la silla a cuestas y se lanzó contra Calebita. Ambas cayeron al suelo mientras se repartían algunas patadas, hasta que Rain consiguió romper la silla y liberarse.
-¡No te preocupes por mí! ¡Termina con ella!-Exclamó Caleb.
Calebita intentó asestarle un golpe a Rain pero ella se lo bloqueó, y contraatacó con eficacia. Esto hizo que Calebita retrocediera, para luego lanzar una patada que Rain esquivó a tiempo, pero Caleb no pudo.
Cayó de espaldas con la nariz partida y quedó inmóvil en el suelo, aún amarrado a la silla.
Mientras tanto afuera seguían matándose, los nazis caían uno a uno. Ill disparaba a lo akimbo contra todo lo que se movía, mientras Jotha hacía justicia con la escopeta de Samuel.
Willian se enfrascó en un brutal tiroteo con Isra, que tuvo que ponerse a cubierto tras recibir un disparo en su pierna izquierda. El joven se arrastró detrás del camión que estaba estacionado allí. Ill llegó a su lado para prestarle apoyo contra Willian.
-¡Porra, porra!-Gritaba Willian mientras disparaba con una TEC9. En su cintura llevaba la Calico de Calebita.
Ele aprovechó la confusión para escabullirse e ingresar al cuartel. Allí se tiroteó con algunos nazis y continuó hasta las escaleras que llevaban a los pisos superiores.
Ingresó en una sala donde vio una mesa con varios objetos, entre ellos la pistola de Rain. Decidió agarrarla y llevarla consigo.
Esa sala tenía a su vez una puerta por la que pasó y se encontró en el cuarto de planificación, donde Calebita tenía a Rain contra la pared presionándole el cuello con su brazo.
Ele se acercó velozmente y le propinó a Calebita una patada de 360º que la lanzó a través de la ventana. Hecho esto ayudó a Rain a levantarse y le dio un fuerte abrazo.
-Desata a Caleb, yo iré a terminar esto.-Le dijo Rain.
Ele asintió y le devolvió su pistola. Rain comprobó que estaba cargada y emprendió el camino hacia la salida.
En el exterior, la mayoría de los nazis habían muerto mientras otros se rendían. Isra e Ill ya no tenían municiones, y Jotha gastó su último escopetazo en Willian.
Calebita había caído sobre unos contenedores. Se bajó como pudo, aún aturdida y limpiándose la sangre de la boca. En ese momento Willian le llamó la atención para lanzarle la Calico.
Flauros apareció desde el depósito armado con su Luger y disparó hacia Calebita, pero la bala dio en el suelo. Calebita atajó la Calico en el aire y disparó contra Jotha, que cayó herido en el hombro.
Willian murió, y Calebita se quedó donde estaba apuntando a Flauros. Eran los únicos en pie y armados en el centro del complejo. En ese momento se abrió la puerta del cuartel y Rain apareció con su pistola en mano.
Calebita apuntó a Rain, Rain a Calebita y Flauros oscilaba su pistola. Sus ojos se movían frenéticamente de un lado a otro.
-¡Apúntale a ella! ¡Te ha traicionado!-Le lanzó Rain a Flauros.
-¡¿Cómo piensas armar tu IV Reich con la administradora viva?!-Exclamó Calebita.
Flauros apuntó a Rain.
-¡No creas que saldrás de ésta, Calebita!-Dijo Flauros.
-¡¿Qué?!-
-¡Primero ella, luego tú!-Sentenció Flauros.
Calebita movió su Calico hacia Flauros. Rain seguía apuntando a Calebita pero con la mirada fija en Flauros.
Desde el suelo Jotha empezó a reírse. La tensión había escalado tan alto que se reía por nerviosismo.
Ill e Isra seguían la situación desde su escondite detrás del camión.
-Vaya, un duelo mexicano.-Observó Isra.
-Esto se ve muy jodido. No puede terminar así…-Expresó Ill.
Una brisa recorrió el complejo. Ele salió del cuartel junto a Caleb y se detuvieron en el umbral, observando la situación.
Desde el otro lado, los nazis que se habían rendido también miraban y en voz baja apoyaban a Flauros. Todos los ojos estaban puestos en esos tres que se apuntaban mutuamente.
-No van a ir muy lejos, esta pistola es rápida.-Dijo Calebita.
-Tu pistola será rápida, pero yo soy la mejor tiradora de la región.-Replicó Rain.
-No me intimidan.-Flauros mantuvo su Luger apuntando a Rain.
Las miradas se cruzaron. Fueron unos segundos eternos, hasta que Flauros oprimió el gatillo.
Fue la luz verde a que las otras armas también se dispararan. La bala de la Luger dio en el hombro derecho de Rain, que la desestabilizó y la hizo caer mientras apretaba el gatillo. Su disparo dio en el abdomen de Calebita que ya había accionado su Calico, acertando de lleno en el pecho de Flauros que cayó de espaldas.
Los tres se desplomaron en el suelo, desde donde Calebita apuntó a Rain pero la administradora fue más rápida y su segundo disparo dio en el brazo de su atacante.
Finalmente Calebita se rindió, y se quedó inmóvil. Tenía la mirada perdida en el cielo, como si recordara cosas.
-Todos esos momentos se perderán como lágrimas en la lluvia…-Susurró.
Ele se acercó corriendo a Rain mientras Ill e Isra socorrían a Jotha. Todo había terminado…
Theme: https://www.youtube.com/watch?v=XcNXq5DUZnk
Oculto:
Los mercenarios de Nekro y nazis sobrevivientes fueron encarcelados. Calebita había sobrevivido, y ahora andaba esposada, inmovilizada y con bozal para que no abra la puta boca.
Hubo celebraciones por el 15º Aniversario, y Beltrán personalmente entregó medallas de honor a los involucrados en la lucha contra los atacantes. Esto incluyó a Yaun por haber prestado ayuda.
Así también se rindieron homenajes a todos los caídos.
El día pasó, hasta que llegó el atardecer. En la terraza del edificio de las galas se encontraban Caleb, Rain, Ele, Isra e Ill. Ya casi todos se habían ido, así que ellos se quedaron para las últimas copas.
-Isra, necesito que vengas. Hay un tema que Beltrán quería mencionarte.-Le dijo Ele.
-¡Espero que sea un aumento!-
Los dos se retiraron. Ill se quedó pensativo. El que rompió el silencio fue Caleb.
-Lo que pasó en esa oficina… me sembró la duda. ¿Cómo puedo saber si soy un replicante?-
-¿Qué…?-Preguntó Ill.
-Creo que ella sólo quería manipularte.-Apuntó Rain.
-Es posible. Algún día bajaré a ese calabozo para hacerle unas preguntas.-Contestó Caleb.
-No mires demasiado tiempo al abismo.-Dijo Rain en clave de consejo.
-Hey, lo importante es que todo ha terminado. Creo que pasará un tiempo hasta la próxima amenaza.-Acotó Ill dándole el último trago a su copa.
-Pues sí. Todo ha terminado.-Coincidió Caleb.
Un incierto futuro tenían por delante, pero seguros de que todos estarían allí para hacerle frente.
Hubo celebraciones por el 15º Aniversario, y Beltrán personalmente entregó medallas de honor a los involucrados en la lucha contra los atacantes. Esto incluyó a Yaun por haber prestado ayuda.
Así también se rindieron homenajes a todos los caídos.
El día pasó, hasta que llegó el atardecer. En la terraza del edificio de las galas se encontraban Caleb, Rain, Ele, Isra e Ill. Ya casi todos se habían ido, así que ellos se quedaron para las últimas copas.
-Isra, necesito que vengas. Hay un tema que Beltrán quería mencionarte.-Le dijo Ele.
-¡Espero que sea un aumento!-
Los dos se retiraron. Ill se quedó pensativo. El que rompió el silencio fue Caleb.
-Lo que pasó en esa oficina… me sembró la duda. ¿Cómo puedo saber si soy un replicante?-
-¿Qué…?-Preguntó Ill.
-Creo que ella sólo quería manipularte.-Apuntó Rain.
-Es posible. Algún día bajaré a ese calabozo para hacerle unas preguntas.-Contestó Caleb.
-No mires demasiado tiempo al abismo.-Dijo Rain en clave de consejo.
-Hey, lo importante es que todo ha terminado. Creo que pasará un tiempo hasta la próxima amenaza.-Acotó Ill dándole el último trago a su copa.
-Pues sí. Todo ha terminado.-Coincidió Caleb.
Un incierto futuro tenían por delante, pero seguros de que todos estarían allí para hacerle frente.
Esto es spam y off topic como una catedral, y no dices ni siquiera nada sobre lo que acaba de poner Caleb. Esto no es un chat, si quieres preguntale por mp o en el tema del otro fic, pero no aquí desviando el objeto del topic.
, el toque extra de la musica hacia la narración todavia mas epica, y le venia genial con cada situación que pasaba
