Alzerav
Todos recibieron a Eletrix y le dieron un lugar para sentarse entre ellos. Sextius ya llevaba tres platos vacíos junto a él. Petro jugaba con su plato de cerdo, al parecer no tenía hambre. Y Ambrosius y Gaius comían de su segundo plata a rebosar.
Gaius fue el primero en hablar.
-Estamos nerviosos, pero hay que comer para estar fuertes. Naevius, el nuevo Emperador, fue mecenas de Scato y quién sabe de quién mas del grupo ese. Opelius murió asesinando a Cassius... es todo raro. Él jamás haría algo así si no hay un plan. -pero de inmediato Sextius intervino.
-Opelius asesinó a Cassius por odio. Después de todo fue Cassius quién ordenó la muerte de Scato contra los leones... -Gaius quedó pensativo, eso no sonaba tan raro. Pero fue Ambrosius quien habló esta vez.
-Opelius no era tonto. Bien sabido era la hermandad que tenía con Scato, pero eso no le daba derecho a suicidarse de esa manera. Cassius no era un mal Emperador, mucho peor es el que está al mando ahora. Estoy seguro que buscará alguna forma de vengarse de mí, pues es bien sabido el odio que me tenía por ser el Campeón, ofuscando a Scato, quién jamás luchó con todas sus fuerzas... aún no logro comprender el por qué. -todos se quedaron en silencio, sacando sus propias conclusiones. Petro levantó la vista y habló por primera vez.
-Jamás he podido entender las reacciones de Scato; sabemos que pierde el control con facilidad y estoy seguro que hubiera matado a cualquiera que lo molestase. ¿Pero atacar a Pictor aquí abajo? lo dudo, el mecenas de Píctor es camarada de Naevius, el ex mecenas de Scato. Scato jamás actuaría en contra de los deseos de su mecenas... Esto fue una muerte desde arriba...–
Todos asintieron en silencio, dejaron que un guardia patrullara y cuando se fue, volvieron a hablar, esta vez Ambrosius.
-Iulian desapareció y se mostró relajado cuando lo acusaron a Scato. Él debe haber estado maquinado en ello. ¿Lo estarán protegiendo?
Pero entonces se callaron. Escucharon gritos y pisadas, muchos gritos y órdenes. ¿Qué sucedía?
Mataformigues y Alzerav
Zaín, sin moverse de su posición, le mostró un pedazo de tela rota con una mano sangrante dibujada. La mano tenía los dedos separados.
-Esto es por lo que murió Scato. El plan. -se quedó en silencio, asegurándose de que Alethia no escuchara; la mujer estaba concentrada en romper el muñeco, por lo que continuó.
-Scato era el líder del movimiento de liberación, pero no sé que sucedió, algo salió mal la noche en que lo culparon. Murió para llevarse el secreto a la tumba y así poder darnos a nosotros una oportunidad de escapar. Con Opelius anoche, antes de la pelea, hablamos sobre el plan. Aún seguía en pie... lo que pasaba a continuación era generar caos e incertidumbre, la necesaria para darnos el tiempo a escapar. La flecha tenía que matar a Caelus, el consejero del Emperador... pero la suerte no está de nuestro lado. Pero de igual forma sirvió para el propósito, mantenerlos ocupados para ya definir los preparativos. Pero Scato muerto, Iulian desaparecido... todo se irá al demonio. Se supone que debíamos de informar a Ambrosius y al resto sobre esto, pedir colaboración, pero quedé solo. Naevius investigará, querrá saber el motivo de la muerte del Emperador. Es cuestión de tiempo para...
Hubo más conmoción dentro del subterráneo, algo importante estaba a punto de suceder. Se podría decir que una legión entraba por la rampa principal, buscaban a todos los gladiadores y en desventaja de cinco contra uno, los sometieron brutalmente. Alethia, que combatía contra el muñeco, pudo enfrentar batalla, y asesinó a un centurión, clavando la espada de madera en la yugular. La sometieron a golpes. Como el día en el que aún eran esclavos del Coliseo, les colocaron un collar de hierro, ninguno se salvó de esta tortura.
—¿PODEMOS AL MENOS SABER LA RAZÓN DE ESTO?— Gritaba indignado Gaius
— Todos serán juzgados, Opelius, el asesino del antiguo Emperador Cassius...—
—Requiescant in pace— Repitieron al unísono los guardias y soldados interrumpiendo al legionario que hablaba con anterioridad
—... No pudo actuar solo, descubriremos quien más merece morir—
Todos fueron arrastrados a las celdas del subterráneo sin posibilidad de salir.
Seis guardias entraron a la celda; dos guardias sometieron a Alethia y la sacaron de la celda; otros dos tomaron a Zaín e hicieron lo mismo que con Alethia; por último tomaron a Aziel. Los demás Gladiadores permanecía encerrados.
–Por órdenes del Emperador, serán cuestionas para dictaminar sus sentencias; los demás permanecerán como esclavos del Coliseo, aún no se define si los juegos se retomarán próximamente. Mañana en la mañana serán trasladados a los aposentos de los esclavos donde se les indicarán sus nuevas funciones–
Los guardias salieron del lugar llevándose a los tres Gladiadores elegidos; serían llevados a la Arena Olimpia a considerar el valor de sus vidas...
Vitrion se acercó a Ambrosius consternado porque se habían llevada a Alethia
–¿Qué haremos ahora? Saber muy bien que yo dispuesto a pelear, a pesar de que pelea sea inútil–
Mataformigues
Los tres Gladiadotes fueron llevados a la Arena Olimpia, ahí en la Arena ya se encontraban dos personas encadenadas; pudieron reconocer mabos rostros; uno era el de Laenas, el más reciente organizador de combates en el Coliseo, mecenas de Opelius; y a un lado suyo estaba Tirania, ex mecenas de Alethia y Eletrix, se veía bastante demacrada.
En el Palco del Emperador no se encontraba nadie; en las gradas estaban los miembros del Senado y los mecenas del Coliseo junto con el consejero del Emperador.
Los guardias colocaron y encadenaro a los tres Gladiadores; Alethia; Zaín y Aziel; después de unos segundos en la Arena estaba caminando Naevius, sin ninguún soldado acompañándolo más que su firme espada en su cinturón; como siempre su mano estaba encima del pomo de la espada.
–Alethia; primera Gladiadora del Coliseo...– Dijo Naevius –
Has sido condenada por Titania, has hecho que su inversión en ti fuera desperdiciada; le he sugerido que sea tu verdugo en esta ejecución; pero no puede sostener ni una sola daga. Así que yo seré quien arranque tu vida– Desenfundó su espada; en verdad era una arma bastante fina y bien afilada, a pesar de ello podía notarse que había sido usada, aún tenía unos cuantos rayones en sus filos; pero no muy profundos para que afectaran el corte. Naevius era alguien que sabía pelear, era de esperarse que su vieja espada lo estuviera acompañando como única compañera
– Tu asesinaste a uno de mis hombres; un viejo soldado imperial que en sus momentos de servicio destacó por su fuerza y valentía; por ello no me impresionó que fueras nombrada Gladiador, pero después de esa acción no me has sorprendido– Hizo una seña a los guardias los cuales golpearon a Alethia en la parte de atrás de las rodillas para hacerlca caer; después la obligaron a inclinarse. Naevius levantó con ambas manos su espada y la bajó con gran velocidad para cruzar el delgado cuello de Alethia; su cabeza rodó en la Arena. El corte fue de un tajo, ni una guillotina pudo haber hecho mejor trabajo.
Esclavos aparecieron y se llevaron aquel cuerpo mientras Naevius limpiaba su espada con un paño.
–Laenas... tu traicionaste a mi Gladiador; preferiste cuidar las heridas de tu gladiador antes que salir a ayudarlo contra los leones. Scato estaba destinado a ser el mejor...– Naevius decía esto sin gritar o perder el control; su rostro seguía impávido. Volteó rápidamente hacia Laenas
–Desde ese momento supe que tu no estabas de mi lado; si hubiera sido así hubieras obligado al único buen arquero del Coliseo, a defender a mi mejor Gladiador, de esta manera Scato podía haber sobrevivido y haber vencido a Ambrosius, el estaba listo– Detuvo su discurso un momento, luego prosiguió
-Y lo que sucedió en los últimos combates me demostraron tu más fuerte traición; mandar a tu Gladiador a intentar asesinar al Emperador; mi familia–
–Pero Naevius yo...– Naevius no dejó que Laenas hablara, su espada ya se había deslizado con delicadeza por su tráquea, haciendo que Laenas se desangrara lentamente. Se convulsionó un par de minutos en el suelo sin poder hablar, hasta que por fin su mirada era vacía. Laenas no había cometido ninguno de estos actos por los que se le acusaron; se había mantenido fiel con Naevius por temor a su poder, aún así sus Gladiadores parecían tener las riendas de esa sociedad, pues jamás le permitieron tener la razón, jamás siguieron sus palabras y Laenas sólo lo dejaba pasar. Había muerto por no saber disciplinar a sus Gladiadores. Si no había muerto por traidor, al menos moría por debilidad; algo que tampoco soportaba el nuevo Emperador.
–Zaín; tu fuiste el único que entabló conversación amistosa con Opelius, por lo que escuché de los guardias del subterráneo. Es por ello que quiero que respondas honestamente; si lo haces te daré el honor de pelear por tu vida...– Comenzó a limpiar nuevamente la hoja de su espada
– Dime ¿Sabías lo que Opelius planeaba hacer?–
–Si, sabía lo que el planeaba hacer– Dijo Zaín, Naevius apretó firmemente el mango de su espada mientras guardaba el paño con sangre
–Pero Opelius no quería apuntar al Emperador Cassius, el quería asesinar a Caelus, el consejero– Naevius relajó su mano
–La muerte del Emperador fue un accidente...– Se murmuró en las gradas. Caelus al escuchar esto sólo afirmó lo que ya sospechaba y respiró profundamente.
–Aziel...– Naevius se acercó a el con sus espada recién limpiada –
El día de la muerte de mi hermano Cassius, le insultaste con palabras vacías sobre un Dios muerto y hereje. Tu falta de respeto te costará parte de tu cuerpo. -le arrancó la playera sucia y con un delicado corte, le arrancó el pezón derecho; la sangre comenzó a brotar.
-Iulian me ha pedido perdonar tu vida por ejecución; en cambio, mañana lucharás con él a muerte. No tomaré represálias si tu resultas vencedor– Guardó su espada en su funda
– Zaín, mañana tu pelearás uno a uno con un Centurión, la pelea será a muerte; tampoco tomaré represálias si tu resultas vencedor– miró hacia Tirania–
Y tú, también pelearás; ya no sirves como noble en la corte, por lo que deberás demostrar que al menos sirves en el combate. Tu oponente será un soldado imperial; ve mentalizándote pues yo sé que tu morirás...– Naevius caminó por la Arena para retirarse; pero Caelus interrumpió su salida
–Ellos merecen morir Emperador, lo han desafiado...– Naevius lo miró con odio por atreverse a hablarle de ese modo
–La única manera de sobrevivir es por medio de la fuerza; el fuerte sobrevive y el débil merece la muerte; ellos demostrarán su fuerza, si son superiores vivirán, si no es así morirán. Así que apártate de mi vista o al igual que Tirania tendrás que pelear con un soldado para demostrar que aaún sirves de algo...–
Caelus se apartó y se inclinó para despedirlo y así evitar su mirada. Naevius se retiró de la Arena y lentamente los demás mecenas lo hicieron.
Los guardias llevaron a los dos de regreso al subterráneo: Zaín y Aziel. El cuerpo de Alethia lo arrastraron.
Opciones para Alzerav y Mataformigues
1) Hablar con el resto de gladiadores (Ambrosius, Petro, Sextius, Vitrion, Tertius, Gaius)
2) O simplemente rolear individualmente. (Recordar que están encerrados en una celda, como la del principio del rol)