Un día Edward se levantó... Ah, ¿les conté que no duerme? Bueno, amaneció más constipado que nunca. Y le cuadró la loca de que YOOO SOOOY MUY PELIGROOOSO PARA TÍIII YOOO NO TE QUIERO y se alejó cantando el opening de evangelion. Me volví emo, empecé a consumir drogas que me traía mi amigo, el indio.
Me pasé de drogas, y dije "¿Y SI ME EMPIEZO A PONER EN PELIGRO PA' QUE EN MI MENTE ME HABLE EL CONSTI--- EDWARD?!"
Estaba bastante bien drogada, porque la escuché. Me di un palo con la moto, me tiré por un acantilado, y demases cosas de mucha responsabilidad, y siempre escuchaba a Edward decir "Que vengan los bomberos que me estoy quemando" o bien "¡No, Bella, no!"
Mientras jugaba a un sudoku, el indio atendió el teléfono de mi casa. Me dijo que era Carlisle [el padre médico vampiro (eso carece de sentido.) del cons--- Edward], que preguntaba dónde estaba mi papá, que se había ido al velorio de no se quién, porque estaba mirando la novela de Thalía y no le di bola.
La cuestión es que... *esfuerzo* Edward también se había pasado de drogas, porque le cuadró que el velorio era mío y yo me había matado, porque claro, la friki de la hermana tiene visiones psicópatas (Se escapó del internado, y eso es en serio.) del futuro, y se ve que me vio a mí tirarme del acantilado y la muy botona le contó al ... al Eduardo.
La única forma de matar un vampiro es cortandolo en pedacitos y prendiéndolo fuego (Un tramontina, un magiclick, y chau constipación aguda y tránsito lento). Se fue a Italia, porque ahí estaba la mafia, y el padrino (Aro) no lo quiso matar porque lo vio muy lindo. Y como son algo así como la MREPV (Mafia Reguladora de Expresiones Públicas de Vampirismo), Edward decidió mandarse una cagada, a ver si lo fusilaban. Quiso salir al sol: Los vampiros (de Stephenie Meyer), al sol, brillan. No mueren. Brillan. Brillan. ¿Brillan?! Sálveme Dios... Al brillar en el medio de Italia, todos lo iban a ver y el padrino (Aro) lo iba a mandar a matar para que pareciera un accidente (de esos que pasan todos los días, en los que te cortan en pedacitos y te prenden fuego. Típico, típico)
Me fui hasta Italia, comí ensalada en el avión, me robé un porche con la heroinómana (Alice se llama) y nos fuimos en el rescate. Lo encontré, y volvimos a casa contentitos y felices.
