RESH Zombies(Capítulo final: Desenlace)

[Ele Alzerav]

Jejeje


Y ahora estamos en la academia zombie con el profesor Beltrán xD
es como cuando en los juegos de pokémon te lo explica todo al principio el profesor Oak xDD

Ojalá fueran así todas las clases

[Hipocondriaco]

Nada mal compadre mantenga el ritmo y puede terminar en un excelente puerto. Una cosa falta: Sexo en cantidades descomunales. Esperando el siguiente capítulo!

[Crowper Stark]

El fic se está poniendo interesentasisimo.

Continualo pronto, señorito :3

[Eder]

Capítulo 5: Historias cruzadas, parte 2

La alarma sonó exactamente a las 3 y media de la mañana. Era sábado. Jotha siempre se despertaba a las 3 y media de la mañana los sábados.

Justo al levantarse tomó el vaso de bebida preparada que dejó anoche junto a su cama. Esa bebida hacía mejor efecto al tiempo. Se levantó de la cama, e inmediatamente se echó al suelo. 50 lagartijas. Cuando terminó, se puso de cuclillas. 50 sentadillas. Cuando terminó, volvió a mirar el reloj. 3:35 de la mañana.

Bajó al primer piso de su casa, encendió su reproductor y puso su CD de música calmada. Inició una complicada sesión de yoga que a estas alturas se sabía de memoria. Le tomó media hora. Eran prácticamente las 4 de la mañana cuando Jotha, aun sin lavarse los dientes, bañarse o arreglarse, bajó al sótano.

Se quitó el pijama que traía puesto, y tomó una bata de artes marciales que estaba colgando al final de las escaleras.

El sótano de Jotha había sido remodelado en los últimos meses. Había puesto un piso especial y cubierto las paredes de decorativos japoneses. En su opinión, daba una buena ambientación. Se dirigió entonces a un armario que estaba al fondo de la habitación, y tomó lo que en el último tiempo se había vuelto su posesión más preciada.

Era una katana. Una hermosa, magistralmente construida y adornada katana. Un regalo de cumpleaños de Valentina, al principio nunca le había llamado la atención. En el mundo actual, ¿qué hacía a una katana más poderosa y útil que una pistola con mira láser o un confiable rifle de asalto?

Sin embargo, después de más o menos un mes, Jotha la encontró en el fondo de un baúl en donde guardaba cosas inservibles, mientras buscaba un viejo videocasete de Blade Runner. Al encontrarla, se dijo “¿Por qué no?”. Tomó unas cuantas piezas de leña que tenía en reserva para su chimenea, las llevó al sótano, y después de ponerlas sobre una mesa, las empezó a cortar. Jotha sintió algo. Algo que nunca había sentido. Había disparado a dianas antes, pero no se comparaba al sentimiento de blandir la katana. Había algo especial, algo que no te hacía sentir que usabas un instrumento de muerte, sino una vara con la que dirigías una orquesta. Una muy peculiar orquesta.

Después de ese día, Jotha había practicado al menos 7 horas a la semana. Y eso era si estaba ocupado. Una vez se pasó la mitad del día practicando en ese sótano, solo parando para subir a comer. Lo que a algunos les habría parecido una práctica exagerada y cansada, a él le resultaba una actividad bella, relajante y placentera.

Sin embargo, ese sábado, a las 4:30 de la mañana, su paz interior fue perturbada por un sonido de vidrios rompiéndose en el piso de arriba. Jotha se quedó quieto. ¿Eran esas… las ventanas? Entonces escuchó el sonido de sus lámparas cayendo, y después un objeto más grande. Su televisión, tenía que ser.

Jotha sabía que la entrada forzada a los hogares estaba contra la ley. Y tenía todo el derecho de arremeter contra ellos si podía…

Miró a su katana. ¿En serio podría usarla en contra de una persona? Después de todo, era un arma.

“Solo los asustaré”, pensó. Subió por las escaleras con la katana lista para lo que fuera. Cuando terminó de subir las escaleras, confirmó efectivamente lo que ya sabía. Sus lámparas estaban en el suelo y su televisión estaba hecha añicos. La ira llenó su cuerpo, pero desapareció al instante cuando escuchó un gemido detrás de él. Se volteó, y lo vio. Un zombi completamente desnudo y con la piel descompuesta.

La realidad le cayó como balde de agua fría a Jotha. Allí estaba, en frente de él. La criatura que le causó pesadillas cuando niño, la que le provocó fanatismo cuando era adolescente, y a la que extrañaba ahora de adulto. Posiblemente su monstruo de ficción favorito. Y ahora estaba enfrente de él, caminando lentamente y queriendo devorarlo. El pánico lo consumió, cerró sus ojos y blandió la katana aleatoriamente.

Al abrir los ojos, pudo ver las piernas y el torso separados por la mitad. Los órganos estaban esparcidos por el suelo… y sin embargo, el zombi seguía moviéndose hacia Jotha.

Él no dijo nada. Se le quedó viendo un rato, para después clavarle la espada en la cabeza. Unas lágrimas resbalaron en su cara. Después, bajó al sótano, tomó la ropa que había dejado antes, y se la puso. Subió, se lavó los dientes, se llevó algunas provisiones que puso en su mochila, tomó la katana, y salió a la calle.




-¡Maldito cabrón! ¡Hijo de puta! ¡Abre la jodida puerta! – Gritó Jmf.

Estaba escéptico. Después de ayudarlo, de apoyarlo… ¿lo dejó sin más?

Se volteó y enfrentó la realidad. Los zombis aún lo perseguían. Era un grupo grande, como de diez. No podía terminar así. No en ese momento, no ahora. Se acurrucó en el suelo y cerró los ojos.

-¡Ey! ¡Idiotas! – Gritó una persona. Jmf abrió los ojos y vio que los zombies se voltearon hacia atrás. Había una persona parada allí.

Los siguientes 20 segundos pasaron tan rápido que Jmf no lo pudo creer. Haciendo uso de habilidades físicas impresionantes, la persona, usando lo que parecía ser un sable, decapitó a todos y cada uno de los zombis. Al terminar, éste se acercó a Jmf y le tendió la mano.

-Joder… ¿quién eres tú? – Le preguntó Jmf, después de que la persona lo ayudara a pararse.

-Gray Fox… puedes decirme Jotha – Dijo.

-Gray… Fox. Bueno, le haces honor a tu nombre – Dijo Jmf después de mirar su sable lleno de sangre, el cual estaba ahora limpiando con un pañuelo.

Jotha se había acostumbrado tanto a su apodo que hasta ahora no había notado el paralelismo con su nick.

-Y… ¿hacia donde te dirigías? – Preguntó Jmf.

-Tomé un atajo al edificio de administración – Respondió Jotha. No se le notaba muy amigable, pero tampoco era antipático.

-Si, nosotros igual. Es por esta puerta. Pero mi compañero… bueno, entró y me dejó atrás. La cerró con llave. Supongo que creyó que le daría algo de tiempo antes de que los zombis destruyeran la puerta. Creo que no hay más remedio que romper… - Dijo Jmf, pero a medio de la frase Jotha arremetió contra la puerta, rompiéndola en pedazos.

-Vamos – Le dijo. Jmf le siguió asombrado.

Caminaron entre varios edificios, y al salir a la calle siempre fueron sorprendidos por un zombi o dos, pero nada era rival para el filo de la katana de Jotha. Finalmente, llegaron al edificio de administración. En la puerta había una persona tratando de entrar.

-¡Abrid, joder! – Gritaba

Jmf lo reconoció de inmediato.

-JuanDos… - Dijo.

J2 se volteó. No podía creer lo que veía. Ese cabrón había logrado sobrevivir.

-Joder… - Dijo J2 - ¡No se muevan!

Levantó una pistola y apuntó a Jmf y a Jotha.

-Las reservas… la comida… ¡Son para mi! ¿Escucharon? ¡Para mí!

Jmf podía ver en los ojos de J2 que éste no dudaba en jalar el gatillo.

-¡Abajo! – Gritó Jotha.

Jmf apenas reaccionó a tiempo y se tiró al suelo. En menos de un segundo Jotha había desenfundado la katana, había rodado por el suelo, y le había cortado la mano a J2.

-¡JODEEER! ¡HIJO DE PUTA, TE MATARÉ! – Empezó a gritar J2 mientras se tiraba al suelo, lleno de dolor.- Mierda, ¡MIERDA! ¡ME ESTOY DESANGRANDO! ¡VOY A MORIR!

-Gray Fox, uh… bastante interesante – Dijo Jmf.

-Ahora que lo mencionas, lo es – Dijo Jotha, igualmente sorprendido. En verdad le hacía honor a su nombre.

-Pero, ¿por qué no lo mataste? – Preguntó Jotha.

-Hoy vi algo… algo especial. Me he prometido que nunca tomaré la vida de una persona… una persona viva, quiero decir… Venga, ayúdame a llevarlo adentro.



Anny Wesker nunca había estado tan asustada en su vida. Desde que encontró a un zombi en su patio, desde que salió a la calle y vio los edificios en llamas, hasta que tuvo que quitarle el arma a un despedazado cadáver de un policía y tomar balas de otro… había sido la experiencia más horrible de su vida. Y todo había pasado en media hora.

“El edificio de administración… Beltrán”, pensó. Si había un lugar seguro en RESH, era ese. Solo esperaba que los demás lo pensaran también…

Sin embargo, justo en ese momento, a la pistola le quedaban dos balas, aun estaba a medio camino y no había visto a una sola persona viva en todo el trayecto.

Estaba sola, sola contra los muertos vivientes. ¿Cuántos cadáveres de policías más podría encontrar?

Se había escondido dentro de un contenedor de basura, tratando de hacer el menor ruido posible. ¿Y si se quedaba allí hasta que llegaran fuerzas especiales para salvarlos? No… solo había que mirar a los policías. Esta era una amenaza contra la que nunca se habían enfrentado. Nada garantizaba que algún equipo SWAT lo pudiera hacer mejor.

Abrió un poco el contenedor y vio alrededor. No había zombis a la vista. ¿Quizá habían sido atraídos a algo?

Salió con cuidado. Caminó un poco y vio hacia arriba. El enorme edificio de administración se veía a lo lejos.

Caminó por las calles por unos 5 minutos y después escuchó disparos. Parecían de una pistola normal y corriente. Escuchó cerca de diez y después pararon. Eso era a la derecha. “A la izquierda, supongo”. Tomó el camino hacia su izquierda y llegó a un edificio en construcción. Entró en él y lo atravesó. Estaba increíblemente oscuro, y solo se guiaba por la luz de la salida al otro lado. Al salir fue sorprendida por un joven de más o menos su misma edad, apuntándole.

-¡No dispares, estoy viva! – Le dijo.

-¡Agáchate! – Le gritó el chico.

Ella obedeció y volteó hacia atrás. Un zombi con ropa de obrero no estaba a más de un metro de ella. El joven le disparó y el muerto cayó.

-¿Quién eres? - Le dijo al chico.

-thenemesis… tu eres Anny Wesker, ¿no? – Dijo.

-Sí, ¿me conoces?

-Me gustan tus fics. Tu cara aparece en la contraportada.

-Gracias…

-¿A dónde vas?

-Al edificio de administración.

-Yo igual. Pero debemos buscar otro camino. Acabo de volver. Hay como 20 zombis más adelante. Y a mi me quedan pocas balas.

-A mi igual… pero escuché disparos desde atrás. Al parecer deberemos buscar otra ruta.

-Saltaremos las cercas de madera. Vamos.

Saltaron unas cuantas cercas que conectaban calles. A Anny le pareció que esto de hecho los iba a ayudar a cortar camino.

Llegaron a una valla que era demasiado alta para saltar, pero que tenía una puerta cerrada por el otro lado.

-Ayúdame a subir a tus hombros. Miraré al otro lado, y si no hay zombis saltaré y le dispararé al candado. Vamos. – Dijo Anny.

thenemesis la ayudó a subir. Cuando su cabeza se alzó sobre la valla, Anny no dijo una palabra.

-¿Anny? ¿Qué pasa?

-¡Wow…! ¡Eso fue genial!

-¿Qué pasó…? Mierda… - thenemesis había volteado hacia arriba. Anny llevaba una falda… se puso algo incómodo. Luego escuchó el sonido de algo rompiéndose, como madera.

-¡Vamos, ayúdame a cruzar! ¡Debemos alcanzarlos! – Dijo Anny.

-¿A quienes? – Preguntó thenemesis, mientras la ayudaba a saltar.

Pudo escuchar a Anny caer al otro lado y luego un disparo. La puerta se abrió. thenemesis entró.

-Mier… da… - Dijo.

En el suelo había un montón de zombis decapitados.

-¡Fue… wow! ¡Un tipo con una katana los mató a todos! ¡Fue genial! ¡Debiste ver cuando saltó encima de dos, dio una voltereta y les cortó la cabeza! ¡Y luego se deslizó por el suelo y…! ¡Ay, fue genial!

thenemesis se dio cuenta que Anny era bastante alegre y divertida cuando no estaba asustada. Eso le gustó bastante.

-¡Entró por esa puerta con otro tipo! ¡Vamos!

Ella corrió y entró por la puerta. thenemesis la siguió muy apenas. Era bastante rápida. Recorrieron algunas calles, siguiendo el rastro de cuerpos decapitados. Finalmente, llegaron al edificio de administración. Una mano con una pistola yacía en el suelo.

-Al parecer alguien les apuntó… - Dijo thenemesis.

-Sí, pero mira, hay un rastro de sangre que lleva hasta adentro del edificio… solo lo desarmó, no lo mató – Dijo Anny.

-Entremos.

Se pararon enfrente de la puerta y tocaron. Una voz salió de una pequeña bocina al lado de la puerta.

-¿Quiénes sois?

-Uh… somos thenemesis y Anny Wesker. – Respondió Anny.

La voz no respondió. Sin embargo, se escucharon ruidos de un mecanismo, y al final la puerta se abrió unos centímetros.

-Vamos – Dijo thenemesis.

-Espera – Le dijo Anny.- Gracias. Por salvarme hace rato.

Le dio un beso en la mejilla. Por alguna razón, esto había hecho muy feliz a thenemesis. Éste le sonrió, y ambos entraron en el edificio.

Continuará...

[Crowper Stark]

Buen capítulo, ya viene el amorsh xD

Sigue Eder, que las cosas se ponen interesantes :3

[Rain Ocampo]

Muy bien, sigue este ritmo Eder, vas bien.

Y a ver que pasa pronto y como ya se siguen entrelazando los personajes y sus historias.

[Ele Alzerav]

Muy bien Eder
Va todo bastante rápido pero queda muy bien, así no se hace monótono y se ve todo más vertiginoso, se supone que en estas situaciones todo pasa muy deprisa xD

Veo que hay amor por todas partes en el fic

Y has puesto a Jota muy cordero , como debe ser xDD

Next

[Eder]

Llega el fin de semana, así que creo que podré escribir por lo menos un par de capítulos más seguido. Que los disfruten :3


Capítulo 6: Enemigo Interno

Eder estaba apoyado sobre la enorme pared de cristal del tercer piso, el cual estaba destinado a los cuartos. Desde la gran ventana, se podía ver hacia la calle que se extendía desde la entrada frontal del edificio hasta la plaza principal de RESH City. Lo que en su tiempo seguramente habría sido una vista bastante placentera, ahora había dado un giro de 180 grados y se había vuelto un paisaje horrendo. Eran las 19:00 y el sol se había metido ya, lo cual hacía las cosas peor. La poca luz que iluminaba las calles era de edificios en llamas. Zombis caminaban por las calles, algunos deteniéndose para echarse al suelo sobre un cadáver y alimentarse. Contrario a lo que había pasado hace unas horas mientras estaban caminando sobre los edificios, ahora no se veía a ninguna persona viva huyendo, al menos no desde el panorama que se daba desde la ventana. Eder se deprimió tan solo con pensar que RESH se había reducido a 14 personas vs. Un foro entero de muertos vivientes.

-¿Cómo lo llevas? – Escuchó que le preguntaba una voz de mujer detrás de él.

Se volteó y vio a Anny, sonriéndole.

-¿Qué? – Preguntó Eder.

Anny se rió y señaló su brazo.

-Ah, esto… - Eder recordó su brazo roto cubierto en yeso. En las últimas horas se había acostumbrado a él y ya no le molestaba.- Bien, creo. Spike dice que tardará un tiempo en sanar completamente. El hueso se rompió en tres partes.

-Horrible, ¿no crees? – Le preguntó Anny mientras se recargaba contra el vidrio, al lado de Eder.

-Ni tanto, solo me dolió por un par de horas, pero el yeso de Spike está funcionando bastante bien…

-No tu brazo – Le dijo Anny, riéndose. Era una risa agradable e inocente. A Eder le pareció lo más lindo que escuchó en mucho tiempo.- Me refiero a… esto – Aclaró, señalando a la ventana, y adoptando un tono de voz más pesimista pero igualmente encantador.

Eder volteó a la ventana de nuevo y la comodidad se transformó de nuevo en tristeza.

-Sí… -Dijo Eder.- Espero que no seamos los únicos. Que los demás se hayan reunido en alguna otra parte de la ciudad, no sé… Pero es imposible que seamos nosotros y solo nosotros.

-Solo han pasado unas horas – Le dijo Anny.- Quizá en este momento solo se están abriendo paso hacia acá. Créeme, todo va a salir bien.

El optimismo de Anny sorprendió a Eder. Incluso pensó que algunos cables se le habían cruzado dentro de la cabeza.

-Después de todo lo que has visto hoy, y de lo que nos contó Beltran… no lo entiendo, ¿cómo puedes estar tan despreocupada? – Le preguntó.

-Lloraré cuando tres monstruos estén encima de mí y se estén comiendo mis entrañas. Mientras tanto, y viendo el panorama de mierda en que nos encontramos, creo que el optimismo es lo último que tiene que morir.

Eder le sonrió y ella le devolvió la sonrisa.

-Por cierto, Beltran me dijo que te toca la habitación A2. Ahora mismo debería estar diciéndole qué habitación le toca a cada quién. Iré a buscar a Ill, le toca la habitación junto al baño. Pobre tipo – Anny se volteó, caminó un poco y entró en el elevador. Poco antes de que las puertas se cerraran por completo, le dijo.- ¡Ánimo, Eder!

Éste se volteó otra vez a la ventana. “El optimismo es lo último que tiene que morir”. Eder sabía que Anny le atraía, y mucho. Pero después, atreves de la ventana, pudo ver a un zombi con un intestino en su boca. “Este no es momento de pensar en relaciones sentimentales”, pensó Eder. Aparte que hace unos minutos pudo ver a Anny y a thenemesis bastante unidos. Quizá algo pasaba entre ellos. Mejor era no entrometerse.

-Ey, Eder – Escuchó que le decían.

Eder se volteó, y pudo ver a Jotha.

-Sígueme, necesito hablar contigo – Le dijo.

Eder lo siguió. Jotha y él tenían una buena relación antes de ese día. No es que fueran grandes amigos ni nada por el estilo, pero siempre se saludaban cuando se veían en el trabajo o se ponían a hablar y beber juntos cuando se encontraban por casualidad en un bar. Eder confiaba en él.

Jotha lo llevó a su habitación, que era la A4. Estaba vacía. Jotha se sentó en la cama y encendió un cigarrillo.

-Vigila a J2 – Dijo.

-¿Cómo? – Preguntó Eder, confundido.

Jotha fumó un poco y continuó.

-No sé si has notado que no ha dicho una palabra desde que llegó. Y que tiene su brazo vendado, como tú.

-Pues, noté lo del brazo. ¿Se lo rompió?

-No, le corté la mano con mi katana.

Eder se rió.

-No, en serio –Dijo. Jotha se le quedó mirando a los ojos con una expresión bastante seria. Eder comprendió que no estaba bromeando, todo lo contrario.- Joder… ¿por qué harías algo así?

-Porque nos apuntó con un arma a Jmf y a mi – Dijo Jotha, sin inmutarse.

-Y… ¿por qué los apuntó con un arma a Jmf y a ti? – Preguntó Eder, aun algo escéptico.

Jotha le contó su historia. El cómo J2 dejó atrás a Jmf para ganar tiempo, cuando salvó a este último y alcanzaron a J2, solo para ser casi asesinados, y el cómo se vio obligado a actuar.

-El caso es que cuando nos apuntó a Jmf y a mi, dijo algo – Continuó Jotha.- Algo sobre las reservas de comida. El como eran “todas para él”. Verás Eder, lo estamos dejando vivir porque nadie se quiere hacer cargo de él, y yo me incluyo en eso. No, no te obligaremos a nada – Aclaró, cuando Eder estaba apunto de decir algo.- Solo, cuida tu espalda. J2 perdió la cabeza allá afuera, y nada nos asegura que no tratará de hacer algo aquí adentro.

-Yo… entiendo – Dijo Eder.

-Bien, eso era todo lo que tenía que decirte. Te recomiendo que vayas a ver tu habitación, creo que te tocó una con televisión, suertudo. – Dijo Jotha, sonriendo.

-Dudo que haya algo disponible que ver – Le recordó Eder.

-Mierda, es verdad. Como sea, no olvides lo que te he dicho. Ah, la cena es a las 22:00. thenemesis dice que sabe cocinar bastante bien. – Le informó Jotha.- Cuídate, Eder.

-Igual tu… aunque dudo que lo necesites – Respondió, señalando a la katana que descansaba junto a la pared. Jotha sonrió, y Eder salió de la habitación.

Se dirigió al cuarto A2. Sin embargo, al hacerlo, Eder no pudo evitar sentir miedo y voltear hacia atrás algunas veces. Dado a los sucesos de esa mañana, no pensó que ese mismo día sentiría terror hacia una persona viva. Finalmente, llegó a la habitación.

Al entrar, pudo confirmar lo que Jotha le había dicho: Había una televisión. Pero lamentablemente, también era verdad lo que él mismo había dicho, que no habría nada disponible que ver. Todos los canales reproducían estática. Eder no se deprimió, puesto que junto a la televisión había una gran estantería de libros. Para el agrado de Eder, no eran libros científicos ni de aprendizaje, sino libros de aventura, romance, fantasía y terror. “Me he ganado la lotería”, pensó feliz Eder, y recordó a Anny. Efectivamente, al parecer había razones para ser optimista.

Después de echar un vistazo a los títulos, su vista se detuvo al último de la estantería, puesto que estaban ordenados en orden alfabético. Se agachó, lo tomó, y leyó su título en voz alta.

-“Zombi, guía de supervivencia”, de Max Brooks…

Eder se recostó en su cama, abrió el libro y se sumergió en la lectura.



“debo obtener la comida a toda costa no puedo dejar que estos cabrones terminen con ella NO ellos te perdonaron la vida debo ser bueno con ellos PERO SI SE ACABA LA COMIDA ESTOY JODIDO no puede pasar solo el mas fuerte va a sobrevivir yo soy el mas apto estoy seguro beltran lo sabe y me apoyara debo acabar con ellos SERE UN ASESINO UN MALDITO ASESINO NO PUEDO SER UN PUTO ASESINO el mas fuerte j2 el mas fuerte solo el mas fuerte puede salir vencedor sabes que tienes que hacerlo hazlo matalos hazlo rapido para que nadie se de cuenta solo deja vivo a beltran y ambos saldrán adelante ASESINO ASESINO ASESINO ASESINO ASESINO”

J2 estaba acostado en posición fetal en su cama. Estaba sollozando, perdido en el caos que antes había sido un cerebro bastante estable y respetado. Él necesitaba la comida, él. Él y Beltrán. Nadie más. Nadie. NADIE.

Continuará...

[Ill]

Mañana espero capítulo a menos que quieras Dildo

[Ele Alzerav]

Buen capitulo de transición Eder, un poquito de calma para recolocar a los personajes.
Que algunos están bastante bien descritos xD

-“Zombi, guía de supervivencia”, de Max Brooks…

Muy buen guiño, imprescindible para poder sobrevivir xD

[Rain Ocampo]

Bieeen entrega nueva!!

Muy bien Eder, ya pasamos al punto en que una vez a salvo de los zombies, de lo que hay que preocuparse es de que aflora la naturaleza humana jejeje


También espero otro capítulo pronto

[Eder]

Capítulo 7: Locura y decisiones.

Jmf se había quedado dormido en su cuarto. El cansancio de ese día le ganó por completo. Al despertar, vio el reloj que estaba sobre la puerta. Eran las 21:45. “Justo a tiempo para cenar”, pensó.

Sin pensarlo dos veces, se levantó, y salió de la habitación. Se dirigió al ascensor y presionó el botón de bajar. Las puertas se abrieron, entró y presionó la tecla “1”.

Sintió cómo el ascensor se movió pero después de unos 5 segundos paró, como si alguien hubiera presionado el botón.

Las puertas se abrieron y pudo ver a JuanDos apuntándolo con una pistola. Cuando éste lo reconoció, sonrió. Al parecer, el hecho de que Jmf fuera el que estuviera en el ascensor fue aleatorio, y todo era una macabra coincidencia.

-Sal y sígueme. No intentes nada – Le dijo J2.

Jmf obedeció, no había alternativa. JuanDos se puso detrás de él y le apretó la pistola contra la espalda.

-Camina, te digo el camino. – Dijo.

El pulso de Jmf aceleró. En un solo día había sido amenazado por la misma persona dos veces, pero esta vez no había ningún héroe con katana para salvarlo.

-¿Sabes qué es este piso? – Preguntó J2

-No.

-La armería.

Acto seguido, J2 le indicó que abriera una puerta grandeque estaba enfrente de ellos, y entraron en un cuarto enorme que al parecer cubría todo el piso. Estaba lleno de estanterías con todo tipo de armas que se le imaginaban a Jmf. Por un momento olvidó el peligro en el que se encontraba y se quedó asombrado.

-Camina – Le dijo J2.

Caminaron entre un montón de estanterías y recorrieron todo el piso. Dentro de lo que cabía, parecía una especie de laberinto en el que era fácil perderse.

Finalmente, llegaron al extremo del cuarto más alejado de la puerta. Había una silla, que al parecer había sido previamente preparada por J2.

-Siéntate – Le ordenó a Jmf.

Éste pensó en todas las alternativas, pero era inútil. El tan solo intentar de tomar una de las armas a su alcance seguramente le costaría la vida. Y atacar a J2 de frente tampoco era una opción, puesto que el dedo de J2 ya estaba en el gatillo. No había escapatoria. Jmf se sentó.

Después, J2 golpeó a Jmf en la cabeza tan fuerte que se desmayó. Al despertar, estaba atado de los pies y los brazos a la silla. J2 lo miraba fijamente, sentado en otra silla enfrente de él. Jmf no dijo nada. Después de todo, ¿qué había que decir?

Después de un minuto de silencio completo, con esos ojos mirándolo fijamente sin parpadear, J2 se limitó a pronunciar 4 palabras, con una expresión completamente normal y un tono de voz tranquilo y casi cotidiano.

-Te voy a matar.



El reloj en el comedor marcaba las 21:55. Casi todos estaban sentados en una de las mesas, listos para cenar lo que thenemesis había preparado. Caleb podía oler carne y puré de patatas. Estaba sentado junto a Ill.

-¿Qué opinas? – Le preguntó.- ¿Crees que salgamos de esta?

-Hombre, ¿salir de esta? ¿De donde? Afuera como adentro, estamos jodidos en ambos lados. ¿No crees?

De repente, Anny Wesker entró corriendo al comedor.

-Tenemos un problema. Jmf y JuanDos no están en su habitación. Y por alguna razón, no puedo abrir la puerta a la armería. Están adentro.

Todos se levantaron de sus asientos.

-Caleb, Ill y Jotha, síganme – Dijo Beltrán.

-Quiero ir – Dijo Eder.

-No, Eder. Tu brazo – Dijo Anny, que lo detuvo cuando empezó a avanzar hacia Beltrán.

-Tiene razón, Eder. No creo que puedas hacer esto. Vámonos, gente.

Beltran y los tres encargados lo siguieron, saliendo del comedor. Todos se miraron entre sí (Eder no pudo evitar mirar a Anny ahora que estaba junto a ella… sus ojos eran hermosos).

thenemesis salió de la cocina con un plato de puré de papas en la mano. Todos se quedaron mirándolo.

-Uh… ¿me perdí de algo? – Preguntó.


Beltran había llevado a los tres al centro de computadoras. Beltrán trató de ver por las pantallas, pero solo había estática.

-Mierda… el hijo de puta es listo.

-¿A qué te refieres? - Preguntó Ill.

-Disparó a las cámaras. Pero al parecer no sabe que yo controlo las puertas de todo el edificio. Esperen… - Empezó a teclear en el computador principal.- Listo. La puerta a la armería está cerrada. Si no ha salido de allí, no podrá hacerlo ahora.

-Y… ¿cómo vamos a entrar allí? – Preguntó Caleb.

-Yo me quedaré aquí. Debo operar la puerta para dejarlos salir, aparte que dudo que yo sea capaz de hacer lo que tengo planeado. – Dijo Beltrán.

-¿Y eso es? – Preguntó Jotha.

-Subirán al tercer piso. Después, con mucho cuidado y haciendo el menor ruido posible, quitarán la tapa de ventilación y usarán cuerdas para bajar. El cuarto es grande y las estanterías son altas, si lo hacen bien y J2 no está debajo de ustedes, dudo que pueda verlos.

Beltran se dirigió a un armario que estaba al otro lado del cuarto.

-Supongo que conoces Metal Gear, Jotha. Entonces sabrás lo que es esto – Les enseñó un aparato diminuto, Jotha sabía lo que era.- Es una bocina especial. Se ajusta a la forma del oído humano, así que sólo ustedes podrán oírlo. Tiene integrado un micrófono también. Sólo necesitan apretar el pequeño botón que tiene y podrán usarlo.

Cada uno tomó un ejemplar.

-Y creo que necesitarán esto.

Sacó del armario tres pistolas con silenciador. Caleb e Ill tomaron una, pero Jotha la rechazó.

-Mi katana es más silenciosa que cualquier arma.

-Lo sé, pero es por precaución. Nunca sabes cuando la puedes necesitar. Solo tómala y déjala en tu pantalón, si quieres.

Jotha finalmente aceptó y la tomó.

-Vayan pues, si necesitan alguna indicación, solo llámenme. Aquí están un destornillador y la cuerda que usarán. Amárrenla a algo fuera del agujero de ventilación y úsenla para bajar. Apagaré los ventiladores. ¡Ahora vayan, no tenemos mucho tiempo!

Los tres se dirigieron al tercer piso y siguieron las indicaciones de Beltrán. Abrieron el agujero de ventilación, sujetaron la cuerda de un pilar de las escaleras, y entraron. Finalmente, llegaron justo encima de la armería. Caleb, que era el que estaba enfrente de los tres, usó el destornillador para quitar la ventanilla, teniendo mucho cuidado de no producir ruido. Cuando la quitó y la dejó hacia un lado, miró hacia abajo. No había rastro de J2.

-Pásenme la cuerda – Susurró.

Los otros dos le hicieron caso y se la dieron. La bajó todo lo posible, y finalmente se deslizó por ella. Los demás lo siguieron.

-Beltrán, estamos adentro – Susurró Jotha.

-“Bien, pero ahora viene lo difícil. Deben encontrar a J2” – Les dijo Beltrán.- “Recuerden, ese sitio es enorme, quizá es el cuarto más grande de todo el edificio. Tengan cuidado y nunca desprotejan su espalda”.

Jotha desenfundó su katana, mientras Caleb e Ill sacaban su pistola y apuntaban hacia el frente.

-Ill, ve a la derecha. Caleb, a la izquierda. Yo seguiré hacia el frente. Cada dos minutos debemos confirmar nuestro estado. ¿Entendieron?

-Sí – Contestaron ambos.

-Bien… adelante.

Jotha avanzó, dejando a los otros dos seguir su camino. Efectivamente, el lugar era bastante grande. Avanzó entre los estrechos pasillos que se formaban gracias a las grandes estanterías llenas de armas por algunos minutos. Cada dos minutos los tres confirmaban su estado. “Seguimos vivos”, pensó Jotha.

-“Chicos” – Dijo Caleb.

-“¿Sí?” – Preguntó Ill.

-“Encontré a Jmf” – Dijo Caleb.

-¿Vivo? – Preguntó Jotha.

-“No” – Respondió.- “Está muerto, y bien muerto. Tiene una herida de bala en la cabeza, pero hay varios cuchillos tirados aquí. Le cortó… dios… le cortó las manos y los pies. No me sorprendería que hubiera muerto desangrado por esto. También… joder, lo mutiló en los genitales. Y también tiene un ojo colgando. Chicos, este es posiblemente uno de los peores crímenes que he visto en mi historia como moderador. Estamos tratando con un verdadero psicópata”

-Caleb, aléjate de allí, puede que no se haya alejado demasia… - Jotha no terminó su frase.

Escuchó un ruido extremadamente fuerte detrás de él. Se volteó.
-No me jodas… - Dijo Jotha.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! – Gritó JuanDos. Estaba desnudo, y traía una motosierra encendida en las manos. Corrió hacia Jotha y lo atacó. Jotha golpeó la motosierra con la katana. Mientras que la motosierra se regresó, la katana salió volando.

Jotha estaba desarmado, frente a un JuanDos enloquecido y armado con un arma increíblemente letal.

Lo atacó con su motosierra varias veces, pero gracias a su entrenamiento de yoga, Jotha pudo esquivar los ataques, aunque algunos por cosa de milímetros. Su pantalón se llegó a rasgar unas cuantas veces. Sin embargo, en uno de sus esquives, Jotha perdió el equilibrio y cayó al suelo. JuanDos se puso enfrente de él y levantó la motosierra.

-¡ES MÍA! – Gritó. Sin embargo, antes de que bajara el arma y acabara con la vida de Jotha, sus dos rodillas reventaron. Ill, que había aparecido detrás de ellos, le había disparado en las piernas. J2 cayó al suelo. La motosierra también cayó, pero se apagó al instante por el golpe. Ill se acercó a JuanDos, el cuál estaba chillando como un cerdo por el dolor.

-Beltrán… - Dijo Jotha jadeando, sosteniendo el botón en su oído.- Jmf está muerto. Tenemos a J2.

-“¿Mataron a Juan?” – Preguntó Beltrán.

-¿Ahora estás llorando, hijo de puta? ¿Eh? – Preguntó Ill a J2 después de acercarse.- ¿¡Eh!? – Le apuntó a la cabeza con la pistola.

-¡No! – Gritó Jotha, que se echó sobre Ill, cayendo los dos al suelo.

-¿¡Qué coño te pasa!?

-¡No matamos a los vivos!

-Jotha, ¡éste hijo de puta es un psicópata! ¡No podemos dejarlo estar entre nosotros! – Dijo Caleb, que hace poco había aparecido en la escena.

-¡No! ¡Debe haber otra forma! ¡No lo mataremos, no lo permitiré! – Gritó Jotha, enfurecido.

JuanDos se seguía retorciendo de dolor en el suelo.

-¿Y qué sugieres, Gandhi? – Preguntó Ill a Jotha.

-Hay… una forma – Dijo alguien.

Todos los del grupo de la cocina, junto a Beltrán, habían aparecido en la armería. El que habló fue thenemesis.

-Después de escuchar la historia de Jotha… se me ocurrió una forma.

-¿Cuál? – Preguntó Caleb.


Anny conducía el autobús. Dentro de él iban thenemesis, Ill, Caleb, Jotha y JuanDos. Éste último estaba encadenado de las manos y pies con esposas. Tenía una venda en sus ojos y estaba amordazado. En todo el camino gritó cosas indescifrables. El viaje duró unos 20 minutos… 25 con los golpes provocados por los zombis siendo arrollados.

Cuando el autobús paró, estaban en el punto de la ciudad más alejado del edificio de administración. Caleb abrió la puerta trasera. Jotha y Caleb tomaron a JuanDos por los brazos y lo tiraron del autobús. thenemesis lo golpeó en la cabeza con un bat de beisbol, haciendo que sus gritos pararan y cayera al suelo.

Jotha entonces se acercó a la puerta trasera. En su mano tenía un revolver con una bala dentro. “No matamos… a los vivos.” Al llegar a la puerta, pudo ver el cuerpo de JuanDos en el suelo. No sintió lástima por él.

Tiró el arma a su lado, junto a las llaves de las esposas. Vio su cuerpo una última vez, antes de cerrar la puerta. El autobús arrancó y volvió al edificio. JuanDos estaba como había empezado su recorrido: Solo.

Continuará...

[Anny Wesker]

OMG casi muero mientras leía la historia, te diré que me gusta mi participación, como me describiste y sobre todo porque me dejaste ir al volante y conducir

Por otro lado, pobre Juan XD

Muy Buena Historia!!!!!!!!!!
Grande Eder!!!

[JuanDos]

JuanDos estaba como había empezado su recorrido: Solo.

Nunca jamás había leído tan grande verdad sobre mí en este foro.

'deu

[thenemesis]

Esta muy buena la historia me gusta mi participación y el final bastante bueno con lo del autobus muy bueno Eder sigue así