(Posteo esto tras habérseme perdido toda la maldita introducción después de tirarme media hora escribiéndola. Así que he tenido que volver a hacerla. Porque mi ordenador me odia y no tengo más mala suerte porque no me entreno. Me cago en todo).
— ¿No piensas decirme a dónde vamos?
—No. Ya sabes, por el factor sorpresa.
Roxanne arrugó el entrecejo. Él se rió por lo bajo, dándole unas palmaditas en el hombro.
Llevaban en la carretera alrededor de dos horas y media, y seguía sin tener la más mínima pista de su destino. Jason, que había cumplido los dieciocho un par de semanas atrás y terminó de sacarse el carnet de conducir días después, le hizo salir de su cama aquella mañana, a una hora demasiado temprana para su gusto, diciéndole que harían una excursión difícil de olvidar.
Aún seguía sin comprender cómo accedió a ser arrastrada a aquello. Jason era el sobrino de su vecino, que vivía con él y era su tutor legal, su mejor amigo-el único- y confiaba en él. Pero había algo raro que todavía no encajaba.
Roxan tenía dieciséis años. Era todo lo contrario al muchacho. Callada, muy tranquila, reservada y tímida. Si no fuese porque él dio el paso en su momento, probablemente en aquel instante no se dirigirían la palabra más allá de la cortesía, y mucho menos habría aceptado subirse al coche con él para ir a vete-tú-a-saber-dónde.
Esa era una de las primeras cosas que le chocaron cuando se paró a pensarlo. Jason siempre mostró mucho interés por conocerla y trabar amistad con ella, cuando Roxanne solía portarse distante y hasta borde con él. ¿Qué le motivaba entonces?
Además, últimamente tenía la sensación de que se traía algo entre manos. Sí, era un tanto macarra, pero no le hacía mala persona y no era un criminal.
Encontraba dibujos y escritos en lenguas de lo más extrañas. Por las noches, le veía salir por las escaleras exteriores del apartamento, con una bandolera al hombro, y se reunía con algunos sujetos misteriosos. Le hacía preguntas confusas sin venir a qué. O comentarios fuera de lugar.
Fuese lo que fuese, no parecía algo bueno. Mentiría si dijese que no estaba un poco asustada.
—Me parece que nos estamos quedando sin gasolina—comentó él tras un rato, en suspiro. Se apartó el cabello negro de la frente y la miró furtivamente.
—Vaya. ¿Algún sitio dónde repostar?
—Sí. Está cerca de aquí, y además serviría de atajo.
—Genial…
Continuó conduciendo. Para cuando Roxanne alzó la vista, se topó con una espesa niebla al otro lado del cristal delantero. No se veía más allá, y cualquier cosa que hubiese dentro de ella, se convertía en una mancha difusa. Lo único que fue capaz de vislumbrar fue lo que parecía ser un cartel a un lado de la carretera.
— ¿Qué pone ahí, princesa?
Roxan procedió a leerlo, no sin antes fulminar con la mirada a Jason.
—Bienvenidos a… —frunció el ceño. Entrecerró los ojos para intentar ver mejor y prosiguió: —Silent Hill.
Jason esbozó una mueca siniestra.
Roxan procesó la información con más lentitud de lo que le hubiese gustado. Ató cabos. Palideció.
—Jay. Para el coche.
Él se rió. Redujo la velocidad, giró la mitad del cuerpo hacia ella y le acarició el pelo, descendió por la mejilla y posó la mano en su mentón.
—Oh, no tengas miedo, Rox. No sucederá nada mientras hagas lo que te digo. En caso de que nos encontremos con alguien más, cosa que dudo, déjame hablar a mí. Si quiero que hables, te apretaré la mano. Grita, o di la más mínima palabra sin mi consentimiento y tendré que tomar medidas. Cosa que no quiero. Eres mi amiga. No intentes correr o hacer tonterías. Eres una chica lista. Aunque correr no es lo tuyo. Así que no te separes ni un centímetro de mí.
— ¿Por qué haces todo esto?
—Hmm. Es una buena pregunta. La responderé cuando llegue el momento. Pero ahora… Baja del coche. Nuestra excursión por Silent Hill va a empezar.
Conforme se vayan sucediendo los días/noches iré explicando más sobre todo el lío que he montado ahí arriba. Cuando tengo golpes de inspiración no puedo resistirme a ellos (lol, lo siento Ele por complicarte casi siempre más el trabajo xD). Y bueno, como siempre, el único personaje que manejo es uno, el otro es como un acompañante que añade un trasfondo y es una extensión del otro en sí mismo. Si muere uno, el otro también. O se queda vagando por ahí, como Ele decida (pobre de mi Reynald, no corrió esa suerte
).
Por cierto, tengo una duda: ¿la partida se va a ambientar en Silent Hill 1 solamente o se van a entrelazar varios de los juegos?[/b][/color]