El camión se detuvo y Francis y Alex se lanzaron en la parte trasera y éste volvió a ponerse en marcha justo antes de que la horda de con ellos.
Una vez allí, el joven enfermero tuvo tiempo para suspirar y tratar de procesar todo lo que vio.
Francis por su parte recuperaba el aliento mientras veía con atención su enorme escopeta. Sabía que estaban en el camión de un ejército y supo de inmediato que era mejor estar con ellos.
De pronto su radio comenzó a sonar, con interferencia.
-…Sh…Walsh…las fuerzas…por f…ondan………-
Francis agarró la radio de su cintura y la sintonizó.
Francis: Aquí el oficial Francis de la fuerza de choque. Las unidades se replegaron y me encuentro con un civil dentro de un camión militar. Responda.
Estática.
Francis: Responda operador, cambio.
Nada. Silencio.
Alex: No sé mucho de tecnología, pero quizá haya muchas frecuencias sintonizadas a la vez y eso impida que escuchemos con claridad…
Francis: No lo sé, chico.
El policía guardó nuevamente la radio en el cinturón y aguardo. Si alguien había logrado contactar desde la comisaría eso quería decir que todavía había oficiales. Su mente apuntó de inmediato en la armería, necesitaría algo mucho más pesado que una simple escopeta.
En la parte delantera del camión, Yuri iba con sus manos aferradas al volante siguiendo las indicaciones de Roxan para llegar al muelle. La mujer era desconfiada pero se sentía mucho más a gusto con alguien que compartiera su mismo uniforme, a pesar de que el hombre no hablaba y mantenía una cara de témpano, no le molestaba, después de todo, ella misma conocía a varios compañeros con las mismas características.
Yuri frenó de golpe: al final de la calle un mar de personas, si es que se podían llamar así, impedían el acceso. Más allá, a cinco cuadras se encontraba el muelle. El ruso blasfemó en su idioma natal y Roxan observó por el espejo retrovisor, observando como un ser los observaba desde la otra punta de la calle.
Roxan: ¿Qué es eso?
Yuri se volteó y observó por si mismo aquella cosa. Era verde y se paraba en dos patas. Parecía que olía el aire, como un perro.
Yuri: Estamos rodeados.
Roxan: No podemos abandonar el camión, es nuestro único modo de transporte.
El ruso observó nuevamente hacia atrás y aquella cosa verde había desaparecido.
El golpe sobre el capó del vehiculo lo hizo sobresaltar y mirar hacia delante. Yuri hizo una mueca desagradable mientras que Roxan se mantuvo callada, horrorizada.
El extraño ser verde se encontraba sobre el camión, olisqueando el aire. No parecía tener ojos y al parecer se guiaba por el olfato.
Ambos militares se quedaron en silencio, viendo los movimientos de la criatura que no parecía tener intenciones de bajarse. El monstruo escupió sobre el paragolpe y éste comenzó a desintegrarse. El fluido de aquella cosa era ácido puro.
Yuri: ¡Dañara el motor!
El ruso puso marcha atrás y rápidamente retrocedieron, haciendo que la bestia caiga al suelo.
La muchacha comenzó a preparar su arma al notar como el ácido llegaba al motor y lo desintegraba por completo, largando un espeso humo blanco.
Roxan: Vamos, bajemos, podemos rodearlos.
Francis y Alex bajaron también cuando notaron los gritos y aquel olor a vomito que provenía del ácido.
Alex lanzó un grito de terror, llamando la atención de la horda que hasta entonces se mantuvo expectante.
Francis: ¿Qué rayos es eso?
Yuri: ¿Quieres quedarte a averiguarlo?
Roxan: Al diablo.
Roxan apuntó y disparo diez ráfagas precisas, dañando a la criatura y haciéndola derretir a si misma a causa de los fluidos.
La horda comenzó a avanzar hacia ellos.
Yuri: Maldita perra. Nos asesinaste a todos.
Roxan: ¡Hey! ¡Púdrete, bastardo insolente! ¿Quieres una bala en el cráneo?
Alex: ¡Oigan, oigan! Podemos dejar esto para después… esas cosas vienen en camino.
Francis: Mientras íbamos en la parte trasera del camión vi una tienda abierta. Podemos refugiarnos allí y aguardar a que esos hijos de puta pasen.
Roxan se calmó y se mantuvo pensativa mientras la horda asesina se acercaba. El chico parecía un civil y el tipejo grande un policía, de esos especiales. No tenía muchas alternativas…
Roxan: Vamos, rápido.
Yuri dijo algo en ruso y les siguió. No tenía a donde más ir.
Ingresaron en la tienda, cerraron la puerta y la bloquearon entre todos los hombres con alacenas y estantes mientras que la mujer comprobaba el interior.
Roxan: Es seguro, no hay nadie.
Francis: Todos callados y abajo.
Se tiraron cuerpo a tierra y escucharon a la horda pasar por la calle. Alex mordía su puño para evitar gritar.
Habrán pasado unos cinco minutos y Francis se levantó, espió por la ventana y al no ver nada informo la situación.
Francis: Son militares… ¿algún plan b de evacuación o algo así?
Yuri se mantuvo en silencio mirándolo y Roxan negó.
Roxan: La misión era simplemente intentar armar un cordón de seguridad en los distritos para evitar que el distrito centro sea afectado. No hubo tiempo para un plan b…
Alex: ¡Perfecto! ¡Simplemente perfecto! Dos militares, un policía y yo contra un montón de cosas… eeem… ¿zombies? Y… ¿criaturas raras? Esto es demasiado.
Yuri: Baja la voz, escoria.
Alex: ¿Eh? ¿Disculpa?
Francis: Tienes el tacto de un militar, eso no cabe duda. Pero no te vi tan seguro hace unos momentos atrás.
Yuri: Dah. ¿Y?
De pronto la radio de Francis sonó nuevamente.
-Les habla el oficial Shane Walsh. No disparen al cuerpo, son balas perdidas. Disparen a la cabeza, es el único modo de frenarles. Repito. Disparen a la cab………-
Francis tomó nuevamente la radio pero sólo estática recibió desde el otro lado.
Francis: Siguen vivos en la comisaría. Seguro necesitan ayuda. Iré hacia allí. La armería puede llegar a ser una mina de oro. ¿Hacía donde tenían pensado ir?
Roxan: Sólo seguir el camino…
La mujer no quería revelar más de lo necesario. Desconfiaba y aunque puede ser que ellos eran los únicos que podría encontrarse con vida no quería arriesgarse.
Francis: Más adelante sólo se encuentra el muelle y no creo que encuentren algo de utilidad… o quien sabe. De todos modos iré a la comisaría.
Yuri: ¿Qué te hace pensar que se encuentran vivos? Puede ser sólo un mensaje que se repita constantemente para alertar a los efectivos.
Francis: No sé si alguien sigue con vida. Pero no tengo nada que perder, de todos modos, esta la armería.
Alex: La comisaría esta muy lejos de aquí… ¿o no?
Francis: Unas cuantas cuadras…
Roxan se quedo pensativa. La comisaría, un posible hervidero de aquellas cosas con muchas armas para estrenar y probar o los muelles que esta a escasas cuadras pero sin saber que les espera. ¿Qué haría ahora?