Los Cruzados (E-Rol)

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Spartacus
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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Spartacus » 08 Dic 2013 04:25

Bien, les traigo la primer situación. Perdón si se hizo algo confuso o raro... pero poco a poco voy a ir haciendo que vaya tomando rumbo toda la historia. También quiero agradecer profundamente al usuario Mephisto en dejarme usar la descripción del equipo de los soldados que él uso en un fic.

Situación general.
Oculto:
La sala de reunión era muy amplia pero parecía muy estrecha con tanta gente en ella. Diecinueve sillas estaban situadas frente a un mapa holográmico en donde un hombre con el pecho marcado de condecoraciones recitaba las órdenes. El mapa mostraba una red de islas separadas por 20 kilómetros entre si.
Luego la imagen cambió a un hombre con expresión aterradora con una cruz en su rostro.

-Esto, es lo que denominamos, un cruzado. –dijo de pronto el hombre que estaba al frente. –Es algo nuevo y nunca antes visto. Desde lo que conocemos como el Virus T hasta el Uroboros, esto es mucho mas aterrador. –la imagen cambió nuevamente, mostrando a un cruzado golpeando a otro con un martillo. Ambos parecían disfrutar. –Son seres maniaco homicidas que sin remordimiento practican todo tipo de perversiones, también parecen mostrar una especie de masoquismo extremo, llegando a reírse a carcajadas mientras son mutilados. La infección se contagia a través de los fluidos corporales, casi siempre por mordiscos o prácticas sexuales. A estos infectados se les reconoce mediante una cicatriz en forma de cruz que les aparece en la cara. Creemos que el contagio es inmediato y no hay cura para ello. También quiero dejar bien en claro que un Cruzado conserva todos los conocimientos que tenían antes de la infección, por lo que muchos saben usar armas de fuego y llegan a mostrar atroces signos de inteligencia. Por eso es sumamente importante de que si un miembro llegase a ser contagiado… -hizo una pausa. –Se solicita una breve eliminación.

-¿Padecen autismo? ¿Alguna epilepsia psicomotora? –preguntó una mujer rubia entre los asientos.

-Doctora Eva, estos Cruzados no son enfermos mentales por problemas. Son así a causa de la infección. No se detendrán hasta causar el éxtasis en su cuerpo y éste puede ser algo peligroso. –la imagen cambió nuevamente pero ahora sólo se veía un perfil negro. –Ahora, este sujeto es el que buscamos. No tenemos fotografías pero se le conoce por el nombre de: “Bounty Okhota” que en ruso significa Cazar recompensas. –la imagen cambió nuevamente a una vista satelital de una isla. La densa vegetación era un círculo verde. –Esta isla de aquí llamada Sword era una sede de Umbrella que aún se mantenía intacta. Según los últimos reportes de nuestro contacto allí, fabricaban este nuevo virus pero estaba en etapa de desarrollo. –la imagen cambió a un ángulo mas cercana, mostrando una especie de fábrica manufacturera en la isla. –Allí se realizaban pruebas con humanos. La mayoría de ellos presos, vagabundos… gente con problemas mentales. El virus actúa de tal modo de volver realmente desquiciado y psicópata hasta a un sacerdote de iglesia. Imagínense cuando el virus fue inoculado a estas clases de personas… El sujeto Bounty se cree que tuvo que ver con la exposición del virus al resto de los empleados, generando un caos inimaginable en la isla. Obviamente perdimos contacto con nuestro espía al cabo de unas horas.

Los presentes guardaron silencio, el personal miraba y escuchaba atentamente. Alguno se acomodó en su asiento.

-Se cree que Bounty estaba a cargo de un puesto importante en la isla pero por razones que desconocemos ocasionó el caos. –una imagen satelital reveló la fotografía satelital de un barco navegando en el mar. Pero el barco tenía la forma de aquellos barcos piratas de 1665. –La zona de anclaje y de navegación en esas aguas es muy baja y sólo esto lo puede surcar. –señaló con el dedo el barco de madera. –Bounty navega en esta nave, vigilando la costa. De por si la costa del lado norte de la isla es muy peligrosa para desembarcar ya que allí se estima un numero creciente de cruzados y Bounty lo sabe; es por ello que sólo vigila la costa sur. La costa sur es fácil de abordar pero difícil de seguir adelante. Para llegar al otro lado hay que escalar un monte, unos ciento cincuenta metros. Pero está cubierto de una densa selva y calurosa, repleta de pantanos. Una vez de cara al monte el viento es incesante y tiene la fuerza de un huracán. –el mapa holográmico se apagó y la sala oscurecida se alumbró. –El objetivo es tomar una muestra del virus Cruzado y en lo posible capturar a Bounty. Lo primordial es el virus. Una vez en nuestras manos podremos destrozar esa condenada isla desde el mar. ¿Preguntas?

-Sólo una. –dijo uno de los hombres en primer fila. –Si no podemos ir en mar, ¿cómo iremos?

-En un barco pesado no se puede navegar. En botes tácticos sí. –dijo el oficial superior. –Se dividirán en dos unidades: Walsh comandará la primera e Ivanova la segunda. El grupo de Walsh, denominado Cairo, será conformado por: Eva, Morton, Kyle, Narrows, Becker, Risa, Jones, Baby Williams y Tomas Hiddleston. La segunda unidad al mando de Ivanova será Tyner, conformada por Scherer, Thorne, Brandsen, Lana, Stevens, Emili Hiddleston, Calipso Williams y Lain.

Los presentes se mostraron conformes y el jefe de unidad dio por terminada la sesión. Ambos grupos se dividieron para organizarse. El primero en ir a la acción sería el Cairo y el Tyner quedaría como refuerzo.







Se presentaron en cubierta ya preparados. Todos vestidos de la misma forma: pasamontañas y sobre el unos lentes de visión nocturna, portaban un uniforme negro con todos los aditamentos esenciales, gas pimienta, un arma enfundada en sus piernas derechas, además cinturón con al menos seis cargadores, también colgaba de un costado un enorme cuchillo de cacería, un reloj/brújula en la canilla de sus manos derechas, los guantes llevaban recortados las partes finales de los dedos, radio comunicador en la parte trasera del hombro izquierdo, arneses de seguridad para descenso a rapel o caída libre, en las manos portaban un rifle, m16; con aditamentos especiales de lanza-granadas y adornado especialmente con una mira telescópica y para rematar; unidad de mira láser de precisión.

-¿Estamos listos? –preguntó Shane Walsh mientras se preparaba para descender al bote táctico.

Bajo la atenta mirada de la segunda unidad, el grupo Cairo se acomodó en el bote y emprendieron la marcha hacia la isla. Estaban a un poco más de 10 kilómetros de la isla Sword y bajo la oscura noche el equipo se aproximaba.

Manipulando el motor del bote estaba Kyle, con el pasamontañas subido hasta la frente, sintiendo la brisa nocturna del mar. Mientras aceleraba se puso a ver como el resto de sus compañeros estaban acondicionándose. Por un lado, el jefe del equipo, Shane, estaba en la punta del bote charlando con Roxan Jones y Baby Williams. Esos tres tenían muchas historias vividas y se notaba el fuerte lazo de compañerismo. Por otra parte, cerca de él, el tal Charles Morton: estaba en silencio, con la automática entre sus manos, mirando a algún punto en el mar. Jessica Rise charlaba amenamente con la especialista de los cómputos, Carla Becker.

-Kyle. –dijo de pronto Shane, señalando a dirección de un pequeño islote. –Acércate y prepara para detenernos.

-Sí, señor. –dijo Kyle y viró el motor en dirección al islote. El plan original era detenerse una hora de reloj para evitar dar con la sonda de Bounty en su barco y luego volverían a rumbo.

Desembarcaron y avanzaron hasta los primeros arboles de la selva del pequeño islote. Allí Kyle comenzó a hacer una fogata para cubrir al grupo del frío.

Tomas Hiddleston contemplaba la hoguera un poco apartado del grupo. Eva se le acercó y se sentó a su lado.

-¿En qué piensas?

-En nada en particular. –contestó él.

-¿Te preocupa la isla?

-No. –Tomas sacudió la cabeza.

-Sé que murió tu hermana. –dijo ella. –Tú me lo dijiste no hace mucho. ¿Piensas que Shane y los otros tres tienen la culpa?

-Fueron la causa de que la mataran, seguro.

-¿Y eso no te enfurece?

-Sí.

Eva lo miró a la luz crepitante de la hoguera.

-Que tu rabia no ofusque tu juicio. –y la mujer se levantó.

-Mi juicio no esta ofuscado.

-No, ya lo veo.

Eva se marchó. Tomas se quedó mirando la hoguera un buen rato.

Alrededor de la fogata el grupo se mantuvo caliente un buen rato. Aún faltaban un par de minutos antes de volver a partir.

-Todos revisen su armamento. –sugirió el capitán Walsh. –No quiero encontrarme con un arma atascada en pleno revuelto. –bromeó.

Carla Becker desenfundó su arma, verificó dos veces el seguro y volvió a guardarla en la funda. Hizo lo mismo más de cuatro veces con la mirada pérdida.
Kyle se le acercó sigilosamente y se sentó a su lado.

-Tranquila. –la voz suave del hombre pareció suavizarla. –Si lo hacemos tanto se te terminara trabando. Ya la probaste, está bien. Ahora déjala.

-Sí, es que yo… -se acomodó las gafas. –Estoy un poco nerviosa.

-Como todos. –Kyle se apresuró a responder. –Todos lo estamos.

-Bien, ¡todos arriba! Es hora. En marcha. –Shane pateó arena en la hoguera y fueron nuevamente al bote.

El bote avanzó en el mar oscuro y notaron nublado sobre ellos, impidiéndoles ver mas allá de 100 metros. Pero para Kyle eso no era un reto.

Mientras manipulaba el motor del bote e ignoraba las charlas frívolas del resto de sus compañeros, entrecerró sus ojos para ver si su vista no le había engañado. Notó entonces una silueta acercándose a toda velocidad hacia donde estaban ellos.

-No quiero que suene chistoso pero… barco a la vista. –anunció mientras todos miraban en todas direcciones. –Viene desde nuestro frente. Y rápido.

-¿Podemos perderlo? –preguntó Shane. Estaba pálido.

-No lo creo. Ganan terreno cada dos segundos y es más rápido.

Mientras él hablaba, el barco soltó una salva de aviso hacia ellos. Los cañones todavía estaban demasiado lejos, así que los proyectiles se hundieron en las olas por el lado de babor, pero la advertencia era clara. Cien metros más y estarían a tiro.

-Mierda… esto parece los piratas del puto caribe -susurró Roxan.

-¿Combatiremos? –quiso saber Tomas.

-¿Combatir contra qué? –preguntó Shane.

Observaron sin remedio alguno como se acercaba el barco. El casco estaba enteramente pintado de negro, con bordes dorados, y se distinguía un escudo con una cruz.

-Podemos ofrecerles un buen espectáculo. –dijo Janicks. –Cuando nos aborden para hacernos prisioneros.

-No. –rechazó Shane.

En un navío de aquel tamaño, por lo menos habría doscientos marineros y otros tantos soldados armados en el puente. ¿Qué podían hacer diez hombres en un bote táctico contra cuatrocientos soldados? Ante la menor resistencia, el barco se apartaría un poco y abriría fuego de costado contra el bote hasta que se hunda.

-Es mejor morir con una pistola en mano que por estos bastardos. –dijo nuevamente Janicks.

-Esperaremos. –ordenó Shane.

-Esperaremos, ¿a qué?

Shane no tenía ninguna respuesta. Observó cómo el barco se acercaba hasta que el bote chocó levemente contra el casco de madera.
Shane miró a su alrededor. Kyle estaba cargando a toda prisa su armamento.

-Pienso luchar. –dijo Kyle. –Los demás pueden rendirse como mujeres miedosas, pero yo lucharé.

De repente, Shane tuvo una idea: -Pues haz esto. –dijo y susurró algo al oído de Kyle. Poco después, el hombre “lobo” se lanzó por el bote y se hundió en el mar.

Mientras tanto seguían oyéndose gritos. Desde el barco lanzaron cuerdas al bote. Una hilera de soldados con armas de última generación los miraba desde lo alto del puente principal del barco de guerra, apuntando hacia el pequeño bote. Un soldado saltó a bordo del bote. Uno tras otro, Shane y su equipo fueron obligados a marchar a punta de pistola y forzados a subir por la escalera de cuerda al navío enemigo.
Opciones INDIVIDUALES para todos los del equipo CAIRO a excepción de Kyle.

En caso de ser interrogados:
a) Hablar
b) No hablar

Bien, luego de esta siguiente situación comenzará la acción. Sólo espero que puedan salir del barco :P no me gustaría perderlos a todos juntos y comenzar con el equipo Tyner.


Por mi parte, el soldado Charles Morton decide no hablar.
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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Ada Wesker » 08 Dic 2013 06:48

Hablar es como traicionar al equipo (segun mi punto de vista), asi que Jessica no va a hablar.
Chevalier escribió:La infección se contagia a través de los fluidos corporales, casi siempre por mordiscos o prácticas sexuales.
La verdad, es que puse una cara como despues de comer limon cuando lei esto >_< da impresion xD

Saludos! ;-)
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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Azrael » 08 Dic 2013 07:23

Debemos hablar, no quiero acabar tan rapido con el primer equipo, es decir, nos matarán uno por uno si no lo hacemos
EDITO: ademas, ¿que tenemos que hablár? si se supone que nos encontró tan rapido nuestro enemigo es que ya saben que estamos ahí, no hay necesidad de callar
Última edición por Azrael el 08 Dic 2013 17:30, editado 1 vez en total.
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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Caleb » 08 Dic 2013 11:00

Carla no va a hablar, confía en poder entrar en algún juego de palabras e ingenio donde pueda ganar tiempo. A lo mejor algún compañero tiene alguna idea para sacarlos de ahí...
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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Lady Grey » 08 Dic 2013 13:11

Baby respondera,pero con mentiras parciales.
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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Roxanne Rivaille » 08 Dic 2013 17:07

Roxan no hablará a no ser que la situación sea extrema(si la vida de alguno de sus compañeros se ve en peligro)
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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Exodo » 08 Dic 2013 19:12

Ni Shane ni EVA van a hablar!!!!!!!!!!!!!!!! :evil:
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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Spartacus » 12 Dic 2013 16:28

Tengo la nueva situación preparada. El usuario Cursed ha corregido la situación en torno a una mejora gramática. Así que él también se lleva los aplausos.

Situación general
Oculto:
El puente principal era tan grande que parecía una llanura que se abriera delante de ellos. El equipo de Shane, reunido por los soldados en torno al palo mayor, se mostraba aislado. Shane observó los rostros de sus hombres; ellos esquivaban su mirada y fijaban los ojos en el suelo; sus expresiones eran de rabia, frustración y decepción.

Muy por encima de su posición, las enormes velas vibraban al viento con tal estruendo que un soldado tuvo que gritar para dejarse escuchar:

-¿Eres el capitán? –Preguntó.

Shane asintió.

-¿Cómo te llamas?

-Shane. –Contestó también a gritos.

-¿Yankee?

-Sí. –Shane notó que el soldado tenía acento ruso.

-Tienes que presentarte con el capitán Bounty. –Dijo el hombre, y dos soldados armados empujaron a Shane abajo.

Por lo visto lo llevaban ante la presencia del capitán del navío. Shane miró por encima del hombro, y tuvo una última visión de sus hombres, rendidos alrededor del mástil. Ya les estaban atando las manos a la espalda. La tripulación de aquel barco era eficiente. Notó también como separaban a dos mujeres aparte y las llevaban hacia otro lado que no alcanzó a ver.

No le permitieron demorarse, sintió el cañón clavado en su espalda obligándole a avanzar. Llegaron a una puerta en la que dos hombres, fuertemente armados y de aspecto malévolo, montaban guardia. Uno de ellos llamó a la puerta y dijo unas pocas palabras en ruso; le respondió un gruñido, y después abrieron la puerta por completo y empujaron dentro a Shane. Uno de los guardias también entró mientras cerraba la puerta.

El camarote del capitán, insólitamente grande, era espacioso y lujoso. Observó una mesa con mantel y un plato dorado dispuesto para una cena a la luz de las velas. Había una cama cómoda con una colcha. En un rincón, sobre un estante, un cuadro que representaba a Cristo en la cruz.
Había otra mesa, al fondo del camarote, llena de mapas.
Detrás, sentado en un sillón mullido, estaba el capitán.

Daba la espalda a Shane mientras se servía whiskey de una botella de cristal. Shane solo podía ver que era un hombre corpulento y que su espalda era ancha como el lomo de un toro.

-Bien. –Dijo el capitán en un excelente inglés. -¿Puedo invitarte a beber conmigo un vaso de este excelente whisky?

Antes de que Shane contestara, el capitán se volvió. Shane se encontró frente a dos ojos ardientes, una cara de rasgos marcados y pesados, y una barba negra como la tinta. Contra su voluntad, Shane exclamó:

-¡Yuri!

El ruso soltó una carcajada. -¿Acaso esperabas a Obama?

Shane estaba sin habla. Era vagamente consciente de que movía los labios, pero no emitía ningún sonido. Las preguntas se agolpaban en su cabeza. ¿Por qué Yuri estaba con vida? ¿No había muerto estando transformado en aquella horrible bestia que cayó en el trailer hacía el precipicio?

Al mismo tiempo que estas preguntas se acumulaban en su mente, sintió un gélido miedo. Apenas podía dominarse para no temblar mientras miraba a Yuri.

-Yankee. –Dijo Yuri. –Tu inquietud me halaga. Me avergüenzo de no conocer tu nombre. Siéntate, ponte cómodo

Shane no se movió. ¿Acaso Yuri no le recordaba? ¿Qué demonios estaba haciendo allí? ¿Él era el tal Bounty? Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando el soldado lo empujó bruscamente contra un sillón frente al de Yuri.

-Mucho mejor así. –Dijo Yuri. -¿Tomarás ahora el whisky? –Alargó el vaso a Shane.

Con un enorme esfuerzo de voluntad, Shane logró que no le temblaran las manos mientras agarraba el vaso que le ofrecía. Pero no bebió; lo dejó inmediatamente sobre la mesa. Yuri sonrió.

-A tu salud, yankee. –Le dedicó y bebió. –Beberé a tu salud mientras sea posible. ¿No me acompañaras? ¿No? Vamos, yankee. Ni siquiera en los Estados Unidos tenéis un whisky tan bueno como este. Bebe. –Hizo una pausa. –Bebe.

Shane tomó el vaso y bebió. Estaba como hipnotizado, casi en trance.

-Veamos, yankee. Dime, ¿Cómo te llamas?

-Shane Walsh. –contestó, con una voz que sonó más fuerte y segura de lo que habría osado esperar.

-¿Sí? Entonces he oído hablar de ti. ¿Eres el mismo Shane que estuvo en Arkansas durante un brote vírico?

-El mismo. –dijo Shane.

-¿El mismo Shane que esposó a un militar y lo dejó a su suerte?

Shane comprendió a donde se dirigía el ruso. Tragó saliva fuertemente.

-El mismo.

-Entonces me complace en gran manera conocerte, yankee. Pareces desconcertado. –Se quedó en silencio y mirando a Shane. -¿No nos habíamos visto antes?

-No.

-Tu cara me resulta extrañamente familiar. Tal vez en el pasado.

-No lo creo. –El corazón de Shane latía con fuerza.

-Seguramente tienes razón. –Dijo Yuri. –Todos los Yankees me parecen iguales. No distingo unos de otros. –volvió a mirar a Shane. –Sin embargo, tú me reconociste. ¿Cómo es posible?

-Eres conocido por la BSAA mundial. Te buscan.

-No lo dudo. –Dijo y lanzó una risita. –Pero nadie conoce mi verdadero nombre. –El brazo de Yuri cayó sobre la mesa a una velocidad extraordinaria. Su mano agarró la cabeza rapada de Shane y le hundió la cara en el plato de cordero. Yuri lo sostuvo en esa posición un buen rato. Shane emitió un sonido ahogado, con la cara enterrada en la comida.

El guardia ruso comenzó a reír.

-¿Cómo se llama tu grupo? –dijo Yuri mientras mantenía la cabeza presionada con fuerza. –No soy tonto, yankee. Sé que la BSAA te envió, pero el por qué es mi duda. De nuevo, ¿Cómo se llama tu grupo?

-Cairo. –Dijo Shane intentando hablar con la comida en el rostro.

-¿De donde salieron? ¿Cuál es su punto de ruta?

-Salimos de Costa Rica, cruzando las aguas tranquilas del archipiélago.

Yuri hizo una especie de cloqueo y sacudió la cabeza.

-Yankee, yankee...

-Nos dirigíamos al Golfo pérsico. Se cree que una sede de Umbrella aún está intacta.

-Elegiste un rumbo algo extraño. Y lento. –Yuri soltó la cabeza del hombre y tamborileó con los dedos sobre la mesa. -¿Por qué no se dirigieron al oeste, para rodear Cuba?

-Teníamos razones para creer que habría radares enemigos. –Dijo Shane limpiándose la cara.

-¿Y aquí no?

-Creíamos que el riesgo era menor.

Yuri se quedó pensativo un buen rato. Bebía whisky.

-Aquí solo hay una isla con pantanos y serpientes. –Dijo. –No hay nada que compense el riesgo de aventurarse con un bote y tu miserable tripulación. –Frunció el ceño. –Yankee, ¿Por qué estas aquí?

-Te dije la verdad. –dijo Shane. –Nos dirigíamos al Golfo.

-Esta verdad no me satisface. –Contestó Yuri.

En aquel momento llamaron a la puerta y un soldado asomó la cabeza en el camarote. Habló rápidamente en ruso. Yuri asintió y se levantó.

-En marcha. –Le dijo. –Ven a cubierta. Tal vez haya miembros de tu tripulación menos reticentes a hablar.







El equipo estaba alineado en dos filas, con las manos atadas. Yuri se paseó frente a los hombres. Tenía un cuchillo en una mano y golpeaba la hoja contra la palma de la otra. Por un momento reinó el silencio.

-Su capitán. –Dijo Yuri con un tono de voz fuerte. –No quiere contarme cuál es su destino. Asegura que se dirigían al Golfo Pérsico. –Continuó con sarcasmo. –El Golfo… Hasta un niño mentiría con más convicción. Pero les aseguro que descubriré lo que se proponen. ¿Quien será el que de un paso adelante y hable?

Yuri miró las dos filas. El equipo de Walsh le devolvió la mirada con expresión vacía.

-¿Tú? ¿Hablarás?

El soldado Janicks no se movió, no habló, ni siquiera pestañeó. Un momento después, Yuri volvió a pasear, arriba y abajo.

-Su silencio no tiene ningún sentido. –Dijo. –Son todos unos herejes y colgarán del extremo de una soga si no me lo dicen.

Estaba situado delante de Tomas Hiddleston, el cual mantenía la cabeza en alto.

-Tú, muchacho. –Dijo Yuri con voz amable. –Dime el propósito de este viaje y prometo que tu muerte no será dolorosa.

Tomas no abrió la boca y los labios estaban firmes y bien prietos.

Yuri lo miró con atención un momento, y después, con un solo gesto, le cortó el cuello con el cuchillo que tenía en la mano. Sucedió tan rápido que Shane apenas se dio cuenta. La sangre empezó a resbalar como una ancha sábana roja por la camisa del muchacho. Sus ojos se abrieron horrorizados y sacudió la cabeza. Tomas cayó de rodillas y se quedó inmóvil un momento, con la cabeza gacha, mirando cómo su sangre goteaba sobre la madera de la cubierta.
Tomas permaneció arrodillado un buen rato al que a todos les pareció una eternidad. Luego sus ojos se pusieron en blanco y su cuerpo cayó sobre la cubierta con un violento espasmo.

Todos miraron como Tomas moría, pero ninguno de ellos se movió. Se formó un charco de sangre alrededor de su cara. Y por fin quedó inmóvil.
Yuri había observado aquellos espasmos con absoluta concentración. Después se acercó, puso el pie sobre el cuello del muchacho muerto y apretó con fuerza. Se oyó un crujido de huesos.

Baby Williams sintió deseos de llorar y apartó la mirada de la escena. Bajó la cabeza mientras Jessica le hablaba cerca del oído, intentando tranquilizarla. Carla Becker observó con desprecio al ruso. Sintió deseos de romperle hasta el último hueso de su cuerpo.

-Descubriré la verdad. –Dijo. –Lo juro. La descubriré. –Miró en dirección a otro de los miembros del equipo de Shane y le señaló. –Sujétenlo.

De inmediato tres soldados rusos dejaron completamente inmóvil a Charles Morton quién se resistía inútilmente. Un soldado le hacia una llave sobre su cuello y los otros lo sostenían de los hombros.

Yuri sacó del bolsillo de su chaqueta una jeringa con un líquido verde en su interior. La mostró al grupo de la BSAA.

-Esto que tengo aquí se denomina: Virus Cruzado. Es algo nuevo, aún no se estreno oficialmente… Pero si extraoficialmente. –Lanzó una risa, recordando. –Pero ahora mismo, delante de sus ojos, se hará oficialmente. Éste sujeto de aquí, según su chapa de identificación… El sujeto Morton será el primero.

Charles gruñó pero fue en vano. Llevaba las manos amarradas y los soldados lo tenían inmovilizado. Cerró sus ojos cuando sintió el pinchazo y el líquido ingresar en su cuerpo.

-¡Arrrrrggghh! ¡Me quema! ¡Siento como serpientes venenosas quemarme…Aaarrg…Aaaaaa!

Rápidamente una herida comenzó a surcarle el rostro en forma de cruz. Era similar a unas yagas que cruzaban su rostro. De inmediato lo llevaron a una puerta en lo que parecía ser una habitación de seguridad. Lo metieron dentro y cerraron con llave. Se escucharon golpes y risas desde el otro lado.

-El sujeto Morton, oficialmente, se ha convertido en un cruzado. No te preocupes, Shane Walsh. –Dijo Yuri mirando al susodicho. –Luego podrás cerciorarte de su condición. –Se volvió a un soldado ruso. –Llévenlos abajo y enciérrenlos.

-¡Bastardo! –Gritó Janicks y unos soldados lo arrastraron hacia abajo.

-¿Dónde están Roxan y Eva? –Gritó Shane mientras lo ataban.

-No te preocupes. –Yuri sonrió. –Están en buenas manos.

-¡Desgraciado! –Un soldado aporreó a Shane y éste perdió el conocimiento.







El grupo fue llevado al último puente del barco, por debajo de la línea de flotación, no tenía ventilación. El hedor a heces y sentina era insoportable.

Los obligaron a sentarse en el suelo, un poco separados los unos de los otros. En las esquinas se apostaron dos soldados que montaban guardia; de vez en cuando, uno de ellos inspeccionaba las ataduras de cada prisionero, para asegurarse de que no se habían aflojado.

-Dios mío. –Dijo Baby, rompiendo el monótono silencio que abordaba la situación. -¿Cómo es posible? ¿Yuri aún con vida?

Shane permaneció en silencio. Estaba como en trance, muy lejos de todo aquello.

-¿Quién demonios es ese tal Yuri? –Preguntó Janicks. Estaba rabioso.

-Un tipo que tendríamos que haber eliminado en su tiempo. –Dijo Shane con la mirada pérdida en algún punto de la pared.

-¿Qué habrá hecho con Roxan y Eva? –Preguntó Carla, tímida, angustiada.

-No lo sé, pero son mujeres fuertes. –Dijo Jessica. –Ese bastardo ruso no las tocará si sabe lo que le esperará.

-Morton, Hiddleston… -Janicks se mordió el labio inferior con furia. -¡Maldición, Shane! ¡Podrías haberlos salvado si hablabas en primer lugar! ¿Cómo rayos dio con nosotros entonces? Ya todo está perdido, maldita sea.

Shane no hablaba ni mantenía contacto visual. Observó como caían sus gotas de sudor al suelo. Pensó en el pobre Tomas, pero no consiguió sentir ni rabia, ni indignación ni tan siquiera miedo. Estaba entumecido. Pensó en Charles y no conseguía imaginárselo con la cruz en el rostro.

-¡Silencio! –Ordenó uno de los rusos en un torpe inglés y el grupo calló.

Shane reflexionó sobre su plan. ¿Qué estaría haciendo Kyle? En este momento dependían de él y tendría que apurarse para poder sacarlos de allí con vida.







Kyle, temblando de frío, había permanecido varias horas con la cabeza junto al balandro. Los rusos no le habían visto. Le envolvía la oscuridad y había perdido el sentido de la orientación. Comenzó a trepar, en silencio, hacia una de las ventanas de los niveles del barco. El cielo estaba estrellado. No se oía ningún ruido, excepto los ronquidos de un marinero que provenían de más arriba. Subió hasta la ventana del tercer puente. Allí era donde los soldados descansaban. Kyle contó diez hombres.

Se quedó pensativo, intentando decidir en que orden matarlos. Era fácil asesinar a un hombre sin hacer mucho ruido, pero matarlo en absoluto silencio no lo era tanto.
Agarró una cuerda y la retorció entre las manos. Recogió un pedazo de madera tallada y se puso en marcha.

El primer soldado no roncaba. Kyle lo levantó, lo sentó y el hombre murmuró algo durmiendo antes de que Kyle le propinara un golpe brutal con la madera en el cráneo. El golpe fue terrible, pero solo produjo un ruido sordo. Kyle dejó al soldado en el suelo.

Kyle pasó al siguiente, cruzando el puente como una sombra. Repitió la operación. Tardó menos de diez minutos en matar los diez hombres. Dejó a los soldados colocados como si durmieran. Se escondió en las sombras cuando observó como un centinela daba vueltas a la zona sin cesar. Kyle comenzó a jadear, lleno de adrenalina y nervios. Hallarse entre cuatrocientos enemigos, la mitad de ellos balanceándose suavemente en las hamacas ante sus ojos, era una sensación espeluznante. Esperó y meditó los siguientes movimientos.
Cómo por el momento dependen del soldado Kyle, rueguen con que decida correctamente :twisted:

Opciones para Kyle.
a) Agarrar desprevenido al centinela que merodea el barco y usar sus ropas para acercarse a los prisioneros
b) Intentar tener acceso a la cubierta principal e inspeccionar el barco con riesgo de toparse con centinelas
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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Cursed » 12 Dic 2013 16:46

:shock: Vamos que si la lío... La lío parda.

A ver, metámonos en contexto.

Si consiguió llegar a los centinelas sigilosamente y ha dado con que el barco está lleno de ellos, es inútil seguir avanzando de ese modo, porque tarde o temprano se darán cuenta de que faltan los soldados que eliminó ( :twisted: ) así que buscarán al intruso. Por consiguiente y teniendo en cuenta las habilidades de Kyle para la infiltración, yo considero que lo más sensato es:

a) Agarrar desprevenido al centinela que merodea el barco y usar sus ropas para acercarse a los prisioneros

De ese modo puede llegar a la zona más custodiada del barco (los presos) e intentar liberarlos para llevar a cabo un motín o un plan de fuga. Está claro que le hará falta un poco de astucia si se cruza con algún soldado, pero hablamos de un tío que se crío en un poblado rodeado de lobos salvajes... Al menos hasta el grupo llegará (I hope so)

Y si me he equivocado y nos matan a todos, pues disculpas adelantadas :mrgreen:

También añado que Kyle piensa que los mejores planes de escape consisten en:
1. Coger al capitán como rehén y huir (Porque no nos harán daño con él de prisionero)
2. Hacer explotar el barco y nadar hasta la orilla... (AKA: Cualquier cosa para sobrevivir y matar a estos cabrones)

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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Azrael » 12 Dic 2013 17:22

muy bueno =D> , es una lastima que ya en el segundo Cap (sin contar el prologo) y ya perdimos dos :(
por cierto el nombre de mi personaje es Janick, no Janicks :D
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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Lady Grey » 12 Dic 2013 18:28

randomargentinian escribió:muy bueno =D> , es una lastima que ya en el segundo Cap (sin contar el prologo) y ya perdimos dos :(
por cierto el nombre de mi personaje es Janick, no Janicks :D
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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Spartacus » 16 Dic 2013 03:35

Nuevamente la situación. Perdón por hacerlos esperar.

Situación general.
Oculto:
La llevaron hasta un camarote enorme, seguramente del capitán. Roxan le dijo que no diga nada y que se muestre fuerte, siempre fuerte. Eva dio unos pasos inseguros por la habitación enorme. El cuadro de Cristo en la cruz le llamó la atención.

-Veo que está cómoda, señorita Eva. –dijo una voz desde detrás y ella giró sorprendida. –Y que parece sorprendida de haberme visto. –dijo Yuri mientras se sentaba en un sillón. Vestía con una bata roja.

-¿Dónde esta el resto de mi grupo? –dijo ella con una voz que sonó graciosa. Muy aguda. Eva solía agudizar su voz cuando sentía miedo.

-Está cómodo, pero no tanto como usted, doctora Eva.

-¿Cómo conoce mi nombre? –preguntó la rubia, tomando distancia.

-Conozco todo de ustedes, doctora. –sirvió en una copa un líquido oscuro. -¿Vino? –Eva negó con la cabeza. –Vera, doctora, soy consciente de que se me considera un terrorista mundialmente buscado por la BSAA bajo el nombre de Bounty. –explicó, bebiendo, observando fijamente a la mujer. –Y también sé que tarde o temprano enviarían un grupo en mi búsqueda. No me escondí y tampoco planeé escapar. Sólo esperé. –hizo una pausa, desafiando con la mirada a la rubia. –Tengo unas cuentas pendientes que pienso terminar y otros asuntos secundarios… pero con el mismo peso. –se levantó de su asiento y camino lentamente con la copa de vino en su mano, hacia Eva. –Pero algo no cuadra en mi teoría. Aquí solo hay una isla no muy lejos la cual no tiene nada interesante para que ustedes busquen… ¿o me equivoco?

-Yo… no sé… no conozco ninguna isla.

-Oh, pero doctora Eva, sus preparativos así lo dictan. Un bote táctico no tiene mucha nafta para alejarse dos o tres kilómetros más lejos que aquella isla de la que hablo. Según escuché… le dicen Sword. –la miró fijamente.

-No… no lo sabía… por qué… ¿por qué me dice todo esto?

-Por que no suelo ser violento con las mujeres, siempre trato de razonar con ellas. Y pensé que realmente podría razonar contigo. –dijo y frunció el ceño.

-No hay nada de que razonar… ¿dónde están los demás? Quiero ir a verlos… yo…

Yuri se acercó a ella. Alargó las manos hacia ella, como si fuera un zombie y sonrió con su juego.

Eva se apartó. Él la siguió torpemente.

El rostro de Yuri carecía de expresión, era la máscara de un autómata. Entonces, subitamente, agarró un pesado cenicero de cristal y lo lanzó contra ella. Eva lo esquivó; fue a estrellarse contra una de las ventanas, y rompió el vidrio.
Yuri saltó hacia ella, la rodeó con sus brazos y comenzó a apretarla como si fuera un oso torpe, con una fuerza increíble.

-¡No, por favor! –jadeó ella. -¡No! –la mujer le propinó un rodillazo en la ingle y él gimió y la soltó.

Ella corrió hacia la puerta e intentó abrirla pero estaba cerrada. Las manos de Yuri se volvieron a cerrar sobre su cuello. La fuerza que ejercían era espantosa. Ella le agarró por las muñecas y trató de detenerle. Le dio un puntapié, pero él arqueó el cuerpo y la empujó contra un armario, manteniéndola sujeta.
No podía moverse, no podía respirar. Empezó a ver puntos azules bailando ante sus ojos. Los pulmones estaban faltos de aire. Agitó desesperadamente sus manos. Su visión era verdosa; los puntos azules se agrandaban y movían repulsivamente ante ella.

Ya no tenía visión, el mundo era de un gris opaco… hasta que finalmente una oscuridad la envolvió por completo.







El tiempo pasaba y él seguía esperando. Shane Walsh era consciente de que el plan que le había encomendado a Kyle era arriesgado, demasiado, incluso para un tipo como él. Además no tenían armas ni nada con qué defenderse a no ser a puño limpio.

El balanceo del barco era tranquilizador. Shane se adormeció en varias ocasiones. Los soldados rusos tenían trabajo pateando al equipo Cairo para que se mantuvieran despiertos. Shane reflexionó sobre su plan otra vez.

De pronto un soldado entró y a los gritos ordenó:

-¡Todos en pie! ¡Órdenes de Bounty! ¡Todos en pie!

Espoleados por las botas de los soldados, el equipo se levantó, uno tras otro, encorvados en el espacio demasiado bajo. Era una postura dolorosa y terriblemente incómoda.

Llegó otro soldado. Parecía un oficial. Gritó algunas órdenes y señaló a uno de los miembros del Cairo. En cuanto lo ordenó, tres soldados sujetaron a Carla Becker y cuando le ordenaron que se moviera a la mujer le fallaron las piernas; los rusos la levantaron bruscamente y se la llevaron a rastras.

-¡Eh! ¡Eh! –gritó Janick. -¡Yo hablaré, desgraciados! ¡Dejen a Carla! ¡Eh!

-Calla. –ordenó un soldado ruso que quedó de guardia y golpeó el rostro del hombre. Janick se tragó el insulto.

-Dios mío, ¿A dónde se llevan a Carla? –se preguntó Jessica con una expresión de horror.

-Tenemos que salir de aquí. –murmuró Baby.

La llegada de otro oficial interrumpió bruscamente la charla.

-¡Capitán Walsh! –gritó un oficial.

Se llevaron a Shane fuera de la bodega.







Kyle se paró a escuchar; de repente, el sonido de unos pasos se interrumpió y una voz preocupada preguntó:

-¿Qué sucede? ¿Quién va? –preguntó el ruso en su idioma.

Kyle miró. El centinela se paseó por los marineros dormidos. -¿Quién va?

Kyle sabía que el hombre no podía verle bien. Se refugió en la sombra.

-¿Quién…? –dijo el hombre, confundido.

En la oscuridad, Kyle retiró su cuchillo, tensó los músculos de su brazo derecho, sostuvo el mango del arma blanca y se la acercó a la cara. Miró al ruso que bajaba por el aparejo, blasfemando con irritación.

Kyle lanzó el cuchillo.

El impacto del filo hizo que el hombre soltada las cuerdas; su cuerpo cayó hacia atrás. No se oyó ningún ruido más que el sonido de un golpe seco.
Kyle recorrió el puente, sacó el cuchillo de su victima y comenzó a vestirse con la ropa del ruso muerto.
Ahora tenía que encontrar donde escondían al resto… y eso era fácil.







Shane estaba parado en la cubierta principal, bajo las estrellas.

-¡Yankee, ven aquí!

Shane buscó con la mirada y vio a Yuri, de pie cerca del palo mayor, en el centro de un círculo de antorchas. A sus pies, Carla Becker estaba echada boca arriba con las extremidades extendidas y firmemente atada a cubierta. Algunos soldados rusos la rodeaban y sonreían contentos.

El propio Yuri parecía muy agitado; respiraba rápida y superficialmente.

-Yankee, yankee. –dijo, hablando ansiosamente. –Llegas a tiempo para asistir a nuestro pasatiempo preferido. ¿Sabes que siempre me agradaron las ratas? –Yuri levantó una jaula con cuatro ratas. Los roedores corrían y chillaban aterrorizadas.

Shane vio que uno de los soldados hacía algo en la cara de Carla. Al principio no distinguió qué era; parecía que estuviese masajeando o frotando la cara de la mujer. Entonces Shane se dio cuenta: le estaban untando el rostro con queso.

-Está claro que no tratamos bien a nuestras amigas las ratas. Están hambrientas, yankee. Quieren comer. ¿Ves lo ansiosas que están? Huelen la comida. Por eso están nerviosas. Creo que deberíamos darles de comer, ¿no estás de acuerdo?

Yuri soltó la jaula a pocos centímetros de la cara de la mujer. Las ratas se lanzaron contra los barrotes, intentando llegar al queso.

-¿Ves a qué me refiero, yankee? Mis ratas están muy hambrientas.

Shane miró las ratas, y los ojos aterrorizados de la mujer inmóvil.

-Me pregunto si tu amiga hablará. –dijo Yuri.

La hacker no podía apartar los ojos de las ratas.

-O quizá, hables por ella, yankee.

-No. –dijo Shane cautelosamente.

Yuri se inclinó sobre la mujer y le dio un golpecito en el pecho.

-¿Y tú? ¿Hablarás? –con la otra mano, Yuri tocó el pestillo de la jaula.

Carla miró el pestillo con los ojos desorbitados, mientras Yuri levantaba la barra lentamente, un milímetro tras otro. Finalmente el pestillo se soltó, pero Yuri mantuvo la puerta cerrada con un dedo.

-Es tu última oportunidad, amiga mía…

-No, no… espera… -dijo la mujer. –Puedo ser útil, soy informática, yo…

-No es lo que quería oír. –y bruscamente soltó la puerta de la jaula.

Carla chilló aterrorizada mientras las ratas saltaban sobre su cara. Sacudió la cabeza, y los cuatro cuerpos peludos se agarraron a la carne de las mejillas, el cuero cabelludo y el mentón. Las ratas emitían gruñidos y gritos; una de ellas salió despedida pero volvió inmediatamente, subiendo por el pecho agitado de la muchacha, y le mordió el cuello. Becker no dejaba de aullar, con un sonido repetitivo y monótono. Por fin, se desmayó conmocionada y se quedó inmóvil mientras las ratas, sin dejar de chillar, le devoraban la cara.

Yuri se incorporó.

-¿Por qué me tomas todos por estúpido? –preguntó. –Yankee, lo juro, descubriré la verdad sobre tu viaje. –miró a los guardias. –Vuelvan a llevarlo abajo.

Shane fue conducido otra vez a empujones a la cubierta inferior. Mientras lo bajaban por una angosta escalera, su cerebro terminaba de asimilar lo que realmente acababa de suceder.







-¿Y? ¿Dónde está Carla? –preguntó Baby cuando Shane fue depositado nuevamente en el maloliente puente inferior, agachado en un espacio minúsculo.

-Responde, Shane. ¿Qué ha pasado? –dijo Jessica, sintiendo una total desesperanza al silencio de su superior.

-Shane, habla, maldición. –dijo Janick. -¿Qué sucedió?

-Carla… -empezó Shane. –Carla ha muerto.

-¿Qué? –espetó Baby sin poder creérselo.

-¿Carla murió? –gritó Jessica, completamente aturdida por la noticia.

-¡Maldita sea! –gritó Janick, pateando el suelo. -¡Maldita sea!

Los guardias, que bostezaban y jugaban a las cartas, mostraban una indiferencia absoluta por los prisioneros, lo que era al mismo tiempo positivo y endurecedor.

Entró un soldado ruso en la bodega y Shane sintió un profundo desaliento. Seguramente volvía para seleccionar otro miembro de la tripulación y…

Un momento después se dio cuenta de que se equivocaba; solo era un hombre, no era un oficial, y los guardias lo saludaron de manera informal. El nuevo se daba muchos aires e inició una vuelta para comprobar las ataduras del grupo Cairo. Shane sintió el tirón de los dedos del soldado, que verificaba las ligaduras, pero después notó algo frío, la hoja de un cuchillo, y sus cuerdas se soltaron.

Detrás de él, el hombro susurró en voz baja:

-Espera a que desate al resto. –era Kyle.

Shane sintió una euforia increíble. Observó a Kyle haciendo la ronda. Finalmente se paró frente a la puerta, bloquéandola.

Los soldados rusos miraron con expresión sorprendida a los presos que se echaban encima de ellos. Los mataron en un santiamén. Inmediatamente, los despojaron de sus uniformes y se los pusieron.

-¿El resto? –preguntó Kyle. Vio con desaliento como negaron. Maldición, el grupo había quedado totalmente disminuido.

-¿Y ahora? –quiso saber Baby, con sed de sangre. Deseaba matar hasta el último de esos bastardos.

-Ahora. –dijo Kyle. –Pensamos. –y miró a su superior: Shane Walsh.

OPCIONES para todos por igual. La opción que más votos tenga, saldrá elegida.
a) Tomar las pertenencias de cada uno y marcharse de allí sin saber si aún hay alguien más con vida. (Roxan)
b) Elegir la opción mas arriesgada llevada a cabo por la sed de venganza, que consiste en intentar destruir el barco con toda su tripulación.


Buena suerte :wink:
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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Cursed » 16 Dic 2013 04:40

Para empezar seamos realistas, cada poco tiempo envían soldados para que traigan rehenes a junto de Yuri con el fin de ser torturados.

Eso quiere decir que tendremos muy poco tiempo antes de que descubran la fuga. Y en esos breves minutos dudo que nos de tiempo a llegar a la isla (a nado o en lancha) antes de que el barco nos alcance de nuevo.

La clave en mi opinión -Y pensando en frío sin ganas de venganza aunque me apetece mucho matar a esos cabrones- es destruir el barco. Roxan es una soldado de asalto muy experimentada, si no la encontramos de camino al menos le daremos una oportunidad hundiendo el bote, ya que de ese modo tendrá más fácil escapar. Si la encontramos de camino pues la rescatamos... No hemos llegado hasta aquí para abandonar a los nuestros tan a la ligera.

También estaría bien recuperar nuestra lancha o al menos robarles a los rusos su bote salvavidas, pero no hay ninguna opción para eso, así que supongo que yo elijo:

b) Intentar destruir el barco con toda su tripulación

Buscando lógica me da la impresión de que será menos arriesgada que intentar huir de un barco en medio del mar sin medios más rápidos y abandonando a nuestros compañeros.

Presiento que se avecina un capítulo sangriento... Pero por lo menos esta vez tendremos la opción de atacar así que el enemigo tendrá que asumir las consecuencias.

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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Lady Grey » 16 Dic 2013 16:09

Voto tambien por la opcion B,el planteamiento de Cursed me convenció. Roxan tendrá que arreglarselas de alguna manera,que la suerte este siempre de tu lado amiga :wink:
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Re: Los Cruzados (E-Rol)

Mensaje por Exodo » 17 Dic 2013 00:25

EVA NOO!!!!! :evil:

y pobre mi shane!!! el maldito yuri le esta haciendo ver como su equipo mueren uno a uno!!! no se lo puedo perdonar!!!! la opcion B es elegida por shane y el alma de eva xDD!!!

Maldito yuri!!!! :evil:
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