La Canela
(Cinnamonum zeylandicum)
La canela ha sido una especia muy apreciada desde la antigüedad. Aparentemente, fue traída desde Oriente próximo por los comerciantes fenicios.
En tiempos del Antiguo Testamento, la canela se utilizaba como perfume y como ingrediente del aceite para ungir. La que hoy consumimos proviene en su mayoría de Sri Lanka, aunque también es cultivable en Latinoamérica. En Europa se utiliza desde el siglo IX.
El canelo, la planta de donde se extrae, es un árbol siempre verde que puede crecer mucho. Sus hojas, que son muy aromáticas, son de color verde oscuro, aunque más claras en el interior y tienen gruesas nervaduras. Sus flores, pequeñas y amarillas, se transforman en bayas de color púrpura oscuro. La parte aprovechable es la corteza.
Como la canela es estimulante, su uso afrodisíaco es famoso. Cuando una mujer lo utiliza, el efecto es casi indiscutible y ella
se convierte en una amante muy ardiente, especialmente si la mezclamos con arroz y con leche. Para suavizar a un amante amargo no hay nada mejor que la canela, recuérdalo.
Como especia, se utiliza para saborizar bebidas como el ponche y el vino caliente; también sirve para aromatizar ensaladas de frutas.
Además tiene usos medicinales que incluyen el alivio de las náuseas, indigestiones y vómitos, ayuda a tratar los síntomas del resfriado, la gripe y colabora en la cura de la tos y el dolor de garganta, pues produce mucho calor. Como es astringente, también suele usarse en contra de la diarrea.
Así que la próxima vez que te encuentres apática, no lo olvides, recurre a la canela o a un postre que contenga esta deliciosa y aromatizante especia y seguro obtendrás grandes resultados.