1er Reto Literario: Navidad [VOTACIONES]
_Solo podrán votar por tres escritores y darle 3, 2, o 1 punto a cada uno, y deben ir así (completar con el numero del escritor):
Le doy 3 puntos al fic del escritor numero...
Le doy 2 puntos al fic del escritor numero...
Le doy 1 punto al fic del escritor numero...
Tienen tiempo de votar hasta el 27 de diciembre...
El premio para el ganador es...
Ahora, los fics concursantes:
Escritor Numero 1 escribió:Título: Cena Navideña
Genero: Horror
Sinopsis: Una niña observa los juguetes en el escaparate de una tienda, justo la tarde del 24 de diciembre. Es invitada a la cena navideña por otra niña. Una cena que esa familia difícilmente podrá olvidar.Oculto:Cena navideña
Diciembre, el mes del año en el que el otoño da paso al invierno. Un mes en el que las familias suelen unirse, en torno a una fecha de especial significado para las personas, sobre todo en occidente. Pero, ¿qué significaba ese mes para ella, una niña monstruosa atrapada por la eternidad en los siete años?
Podía recordar el pasado, a su madre y hermanas —y por supuesto a ella misma— esperando con ansias a que la fecha llegara. El colorido de las calles, las risas de los niños, que como ellas esperaban tan mágica fecha, y las miradas afables de los padres que por un momento volvían a experimentar la inocencia de la niñez a través de sus hijos.
Cuanta hermandad, compañerismo y amor parecía esparcirse por todos lados de manera tal que resultaba casi tangible.
Isabel daría cualquier cosa por volver a aquellos días, en los cuales las cosas eran más simples, en los cuales podía reír y esperaba con anhelo infantil los regalos que aparecerían bajo el pino, que siempre ponían en la esquina de la sala, la mañana del veinticinco de diciembre. ¿Qué más daba si Santa Claus o el niño Dios no existían y en realidad eran los padres quienes los colocaban furtivamente durante la madrugada? ¡Eran regalos! Para un niño eso era todo lo que importaba.
Pero claro, la celebración comenzaba justo la noche anterior, el veinticuatro, con el rosario para el niño Dios y la cena en familia.
En aquellos días felices, sus abuelos los visitaban y colmaban a la familia de amor. Incluso el abuelo Francisco, quien siempre se mostraba estoico y estricto, ese día olvidaba su fachada de hombre tosco para reír y compartir con el resto de la familia. Así de mágica era la fecha.
Isabel se recargó en el escaparate de una tienda departamental. Adentro, un montón de muñecas de miradas frías y rostros pálidos, como el de ella misma, le devolvían la mirada. Su rostro, igual que el de las muñecas, no mostraba expresión alguna. Una muñeca, eso era a fin de cuentas y eso sería por siempre. Frida, la mujer monstruo que la había condenado a esa existencia, había querido una muñeca para jugar a ser su madre y luego la había desechado cuando la consideró rota.
Su pequeña mano enguantada se posó sobre el vidrio del escaparate. Su indumentaria consistía en un vestido de holanes color celeste de manga larga y un par de guantes blancos, además de unos zapatos de vestir algo gastados. Sabía perfectamente lo que las personas pensaban al verla, cuando pasaban por la acera y la calle a sus espaldas: “Se ha de estar congelando. ¿En qué piensan sus padres al dejarla salir así a la calle?”
Risible. Ella no sentía el frío. Pero claro, humanos, son tan ciegos que no pueden siquiera reconocer que lo que esta ante ellos es un monstruo. Mejor, en su ignorancia son más fáciles de manipular y asesinar cuando el momento de alimentarse llega.
En algún punto, se cansó de ellos y alzó todas sus defensas. “No me miren, no existo para ustedes”. Y, casi como por arte de magia, las personas comenzaron a pasar de largo sin siquiera reparar en la frágil figura de la niña de cabellos castaños que miraba las muñecas en el escaparate.
La tarde caía lentamente, y la cantidad de personas en la calle disminuía. Era veinticuatro de diciembre después de todo. Ahora era momento de ir a rezar y comer la cena con la familia. Vayan y disfruten de la velada, yo me quedó aquí, sumida en la amargura propia de mi existencia.
Sin embargo, en algún punto fue consciente de que alguien la miraba. Extrañada se volvió y colocó sus ojos pardos en la persona que había logrado evitar su barrera mental.
Era una niña. Piel pálida —Isabel siempre atrae a las personas enfermizas, Karina estaba desahuciada cuando se hicieron amigas, sólo por dar un ejemplo—, cabellera negra azabache y mirada inocente; ataviada con un grueso abrigo de color rojo, muy acorte con la fecha.
Se miraron mutuamente analizándose.
—¿Estás sola? —se atrevió a preguntar finalmente la niña humana.
—Sí —respondió Isabel.
—¿Iras a tú casa?
—No hay nadie en casa.
—¡Ven conmigo, entonces!
—No te conozco.
—Soy Anita. Vamos ven conmigo.
Y antes de que Isabel pudiera decir palabra alguna, se encontró siendo arrastrada a través de las calles camino a la parte más pobre de la ciudad. Las pequeñas casas de una sola planta y techos de lámina, aunque pintadas de pintorescos colores pasteles, que sin embargo resultaban fríos en esa tarde invernal.
Finalmente se detuvieron ante una casa pintada de color melón. El sol se había ocultado por completo mientras avanzaban, por lo cual las luces del interior soltaban un leve resplandor hacia el jardín cubierto por un par de truenos desprovistos de sus hojas a causa de la estación.
Anita avanzó hasta la puerta, sin soltar la mano de Isabel y la empujó hacia dentro.
—¡Niña! —se escuchó la voz autoritaria de una mujer—. ¿Cuántas veces tengo que decirte que no empujes la puerta?
—Lo siento, mamá.
La mujer que había hablado apareció en la sala desde un corredor que Isabel dedujo llevaba a la cocina. Vestía un delantal manchado con restos de comida, seguramente debido a la preparación de la cena navideña.
—Oh, mucho gusto —dijo la mujer al reparar en la presencia de Isabel.
—Buenas noches, mi nombre es Isabel —se presentí la castaña.
—¿Eres nueva en la colonia? No te había visto por aquí antes.
—Algo así.
—Estaba frente al centro comercial —intervino Anita—. La vi tan solita que me dio cosa dejarla allí sola. La invite a la cena.
—¿Avisaron a sus padres? No vaya a ser que la anden buscando.
—No hay nadie en casa —la interrumpió Isabel.
—Te dejaron sola, y en esta temporada.
—No importa, estoy acostumbrada.
La mujer se veía con ganas de replicar, pero un poco del poder de persuasión mental de Isabel fue suficiente para hacerla desistir de tal idea.
—¿Puede quedarse aquí esta noche?
—No lo sé, si tu padre llega.
—¡Vamos, es navidad!
—Está bien. No seríamos buenos cristianos si nos negamos.
Luego de eso, la mujer dio media vuelta y regresó a la cocina, de donde ya llegaba el olor del pavo el cual seguramente se horneaba lentamente en su propio jugo.
Isabel tuvo ocasión de observar mejor la habitación. Era un cuarto pequeño, con sillones tapizados de tela color guindo y retratos familiares colgando de las paredes color rosa pálido.
—Vamos, Isabel juguemos en mi habitación.
Anita guío a la niña eterna por un pasillo angosto en el cual había tres puertas. La del fondo resultó ser la habitación de la niña. Era una pieza pequeña pintada de color amarillo, con una cama recubierta con un edredón color crema, un juguetero llenó de muñecas, todas ellas de segunda mano o con muchos años de uso, por lo que Isabel era capaz de deducir dado su aspecto, y posters infantiles recubriendo los muros.
Anita comenzó a hablar sobre sus muñecas, a las cuales, como toda niña de su edad, había dado un nombre. Y pronto se encontraron jugando.
Un par de horas después, un grito interrumpió la calma.
—¡Ebrio de nuevo! —Era la voz de la madre de Anita.
—¡Calla mujer, que lo que menos quiero ahora es escuchar tus gritos de histérica!
—¡Maldita sea, Víctor, ni siquiera esta noche puedes dejar de beber! ¿No te cansas arruinarnos la noche cada año?
—Y a fin de cuentas a quien le importa. Desde hace años que debía marcharme de aquí.
—Eres tan inútil que no podrían sobrevivir por ti mismo. ¡Sin mi te mueres de hambre, me escuchas!
—Bah, me voy a dormir. Tus pendejadas me irritan.
Portazo.
Isabel volvió la mirada hacia Anita. La niña estaba sentada en el piso, alisando de forma casi desesperada los cabellos rubios de la muñeca que sostenía en sus manos.
La niña eterna no hizo ningún comentario. Simplemente se sentó junto a la otra y la influyó a continuar con el juego.
La madre de Anita las llamó a cenar media hora después. Isabel, como era su costumbre, fingió que disfrutaba de comida. Hubo bromas, risas y felicidad.
A las dos de la mañana, Isabel se levantó de la cama, con cuidado de no despertar a Anita. Salió al pasillo, desde donde podía ver a la madre de su nueva amiga durmiendo. El padre de Anita había echado el seguro por dentro de la recamara, obligándola a dormir en el sofá.
Isabel entró al baño, donde sin hacer el menor ruido posible vomitó todo lo que había ingerido, preparando su estómago para su auténtica cena navideña.
El seguro de la habitación no se resistió en lo más mínimo a sus poderes, abriéndose con un ligero clic. Entró cerrando la puerta con suavidad a sus espaldas.
El hombre en la cama era robusto, más grasa que musculo, su piel y su cabello eran grasosos. El tipo de persona a quien realmente nadie extrañaría.
Isabel sonrió, dejando al descubierto sus colmillos mientras avanzaba lentamente hacia la figura durmiente en la cama, con el ligero resplandor de la luna colándose por la ventana a su derecha. Sería como pinchar un pavo.
¿Un infarto? Tal vez. ¿Envenenamiento etílico? Poco probable. Cualquiera que fuera la causa, no era más que un invento para que constara en el acta de defunción. Los médicos forenses realmente no tenían idea de cómo explicar la muerte, era como si la sangre simplemente se hubiera evaporado del cuerpo, por decirlo de alguna manera. No había herida, salvo que los por dos pinchazos en el cuello, posiblemente de una aguja o alfiler; pero dado que eran demasiado pequeños como para explicar la pérdida de sangre, fueron descartados.
El más viejo de los médicos, quien tenía casi treinta años dedicándose a esa labor, sonrió con tosquedad cuando uno de los más jóvenes dijo en son de broma que quizás había sido un vampiro.
—Pues si lo fue o no, no le des muchas vueltas —dijo—. ¿Cuánto llevas en esto? Un año, ¿no es así? Pues prepárate, veras más como este cada año.
—¿Más?
—Sí, uno sin falta. Y te digo cual es la parte más divertida, pregúntale a la hija de la víctima, Anita, creo que se llama. Bueno, seguramente te dirá que invitó a una niña a la cena navideña.
El hombre joven sonrió nerviosamente.
—Es broma, ¿verdad?
—No, simplemente a ella le gusta venir a esta ciudad a tomar la cena navideña.
Escritor Numero 2 escribió:Titulo: Perfecto círculo de Estaño(Hetalia)
Genero: Romance.
Sinopsis(resumen):No quiero mucho para Navidad, solo hay una cosa que necesito, no me interesan los regalos, debajo del árbol, solo te quiero para mi.
Suecia= Berwald Oxenstierna.
Finlandia= Tino Väinämöinen.
Sealand= Peter
Aquí te dejo una imagen de los nórdicos http://fdzeta.net/subir/images/XYZzn.jpg y aqui una de Sealand http://static4.wikia.nocookie.net/__cb2 ... ealand.png.
Longitud: 920 palabras.Oculto:Es costumbre entre los finlandeses derretir herraduras de estaño en Año Nuevo y tirar el metal en un vaso de agua, para luego interpretar la forma solidificada.
El problema de Tino es que la figura del círculo se le había repetido durante varios años. Ahora siempre era un perfecto y odioso círculo. Y es que el círculo perfecto significa amor.
Tino estaba desesperado…Pero sentía que este año sería diferente.
Pronto llegó la víspera de Noche Buena. Debía salir a repartir regalos y luego volvería a casa a tiempo para celebrar. En ese entonces ya vivía con Su-san. Aquel hombre (¿o país?) gustaba de llamar a Finlandia “Esposa” y dormir con él, porque en sus casas las noches eran horriblemente frías, y resultaba curioso porque antes de conocerse el sueco dormía solo y no se quejaba del frío.
Finlandia se enfundó en su grueso traje de Santa Claus y se calzó las botas y el gorro a juego. Por último cogió su bolsa llena de juguetes. Iba a salir a dejar el saco y luego despedirse de su esposo y de su hijo, el pequeño Sealand, pero una mano grande y fuerte lo sujetó del hombro. Era Berwald. Sus mejillas presentaban un ligero color rosa, apenas perceptible.
-¿Su-san?¿Ocurre algo?
Tino lo miró a los ojos. La mirada del sueco era fría y penetrante como los carámbanos de hielo que colgaban del umbral de la puerta.
-¿Leist´ mi c´rta?
Las cartas de Suecia y de Sealand eran las más importantes para él, y les gustaba tenerlas cerca siempre, pero este año no había podido leerlas todavía. El finlandés empezó a toquetear los bolsillos de su ropa. Tragó saliva completamente asustado. La carta no estaba.
-Lo siento Su-san, pero creo que la perdí. Cuando vuelva dime que es lo que querías ¿Esta bien?
Suecia no respondio.
-Por favor cuida de Sealand. Volveré pronto.
Tino se estiró para darle un abrazo a y después de que su esposo lo rodeara con sus brazos por algunos segundos, se separaron. Finlandia tomó su saco y salió corriendo al trineo. Amarrado a él habían algunos renos que esperaban impacientes por partir.
Berwald miró a su esposa mientras se elevaba en el cielo y desaparecía en la suave nevada que caía. Entró a la casa y suspiró mientras cerraba la puerta. Intentó poner su mejor cara de poker al caminar al salón para hacerle compañía a su hijo. Se sentó en el sofá y miró por la ventana. La ventisca seguía. ¿Estaría bien Finlandia?¿Su delicado y suave cuerpo podría aguantar el frío?
Sealand había estado entretenido dibujando hasta que su padre llegó; entonces pudo sentir que la temperatura de la habitación bajaba unos grados, porque al igual que su madre, Peter podía percibir, ver, descifrar y leer las emociones de su padre, a pesar de la máscara de hielo que conformaba su rostro y que su habilidad no estuviese tan desarrollada. Por eso preguntó:
-¿Te pasa algo desuyo?
-Finn p´rdió mi c´rta.
Se miraron unos segundos y el niño apartó la mirada, porque una pequeña sonrisa de diablillo travieso apareció en su carita.
Finlandia llegó unas horas más tarde con el saco vacío, las mejillas sonrojadas por el frío y el cansancio pesándole en la espalda, aún con energía para celebrar.
Los demás nórdicos y se quedaron por un buen rato, hasta que Dinamarca logró emborracharse y empezó a bailar encima de la mesa. Noruega se disculpó en nombre del danés y arrastró su cuerpo sobresaturado de alcohol con ayuda de Islandia.
Y así la familia Oxenstierna- Väinämöinen quedo sola. Finlandia decidió ordenar un poco el desastre que había en su casita antes de ir a dormir. Se sentía un poquitín culpable por perder la carta de Suecia. Sealand ya había abierto sus regalos y eso aumentaba ligeramente su culpa. Mientras se ocupaba de la loza sucia Peter se le acercó por detrás y lo abrazó.
-Papá me dijo que perdiste su carta desuyo.
Iba a contestar pero su hijo le interrumpió.
-No es verdad, la saqué de tu abrigo mientras te bañabas desuyo.-sonrió maliciosamente mientras se hurgueteaba en el bolsillo del pantalón corto. Sacó un sobre algo arrugado de color blanco.-Ya la leí y tengo una idea desuyo.
Suecia entró a la habitación que compartía con Finlandia después de acostar a su hijo, y lo primero que noto fue una GIGANTESCA caja forrada en papel color crema encima de la cama. Estaba adornada y cerrada con un bonito moño rojo. Iba a abrir la caja hasta que se dio cuenta de que sobre la tapa había una pequeña tarjeta. Reconoció la caligrafía de Tino y empezó a leer. E l mensaje era breve.
“Este es tu regalo de Navidad. Espero que lo disfrutes.”
Dejó la tarjeta a un lado y se dispuso a deshacer el moño que mantenía la caja cerrada. Tiró de uno de los extremos de la cinta y el delicado nudo desapareció. Por último removió la tapa.
-Moi moi- saludo tímidamente Finlandia desde el interior de la caja. Esto si que no se lo esperaba el sueco.
Se incorporó con cierta dificultad de la posición en bolita en la que estaba y se hincó para quedar de rodillas frente a Su-san.
-Leí tu carta.
Sus ojos violetas brillaban emocionados y una sonrisa se pintaba en su cara. Su pecho se sentía caliente y sus latidos aumentaban de velocidad.
Berwald sintió cómo el pecho le explotaba de felicidad. Abrazó a Finlandia y sonrió.
“Querido Santa: Todo lo que quiero para Navidad es a Finlandia. S-“
Escritor Numero 3 escribió: Título: The legend of the red one (A final fantasy tale)
Género: Aventura fantástica.
Sinopsis: Un joven cazatesoros encuentra un cristal que le lleva a otro mundo desconocido. Con la ayuda de la magia y sus habilidades especiales tendrá que descubrir el modo de volver a casa, comenzando de ese modo una peligrosa misión que pondrá en jaque al planeta y en la que deberá detener a un monstruo milenario conocido como Santa Claus.
Oculto:Una grieta se abre en una montaña dejando entrever una cueva siniestra. Al interior acceden cuidadosamente un grupo de tres jóvenes. No se les ve bien, tan sólo se pueden distinguir sus rasgos más básicos. Un chico de pelo azul vestido con una túnica de mago y portando un libro, una muchacha de cabello negro largo, con ropas de montaña y un joven de pelo rubio, engominado hacia atrás, con un atuendo negro y una gran espada atada a su cintura. A los pocos pasos una luz les ilumina... Ante ellos lo que parece un cristal azul, colocado en un altar antiguo.
La chica y el joven de pelo azul se quedan quietos expectantes, el rubio camina decidido y con andares chulescos hasta él. Al lado distingue un cartel que pone: PELIGRO.
Chico de pelo rubioLa mano del joven levanta el cristal. Una luz lo ilumina todo.
VOZ EN OFF
Dos días de búsqueda y aquí estoy, delante del dichoso cristal azul de los huevos.
Después de ver ese cartel tan sugerente me gustaría comentarle a mi equipo que tengo dudas acerca de tocarlo...
Pero soy un chulo. Si, lo reconozco, por hacerme el guay nunca pregunto nada a nadie
y me las doy de sobrado. Siempre he sido así.
Soy tan chulo que vengo de un mundo sibarita y suelto palabrotas todo el rato,
ya sabéis, para hacerme notar.
Soy tan chulo que me pierde ser el protagonista de cada situación, y no os creáis que es fácil,
requiere andar siempre en el centro del grupo con el que estés, así como ser el primero en dar los pasos adelante...
A mayores si llevas media cara tapada por el pelo o una sonrisa indiferente con todo lo que te rodea siempre será un buen plus a la chulería.
Oh, y por supuesto no necesitar la ayuda de nadie.
¿Por qué la gente depende tanto de otra gente? Es algo que no me parece bien,
yo tengo que llamar la atención y demostrar mi gran autoestima. Me quiero. Por lo tanto debo parecer decidido siempre, tener la actitud es lo más importante.
En definitiva, he sido y soy un chuleras de alto nivel, con una reputación que mantener.
Joder soy tan chulo que si tuviera una mascota le pondría gafas de sol, gomina y una chupa de cuero...
... Así que aquí estoy, sin jodida idea de qué hacer con el cristal. Pero yo soy un chulo, así que no pregunto nada, levanto la mano y cojo el cristal del altar.
[center]THE LEGEND OF THE RED ONE[/center]A Final Fantasy TaleEl destello es tan potente que deja al chico aturdido unos segundos. Cuando vuelve en si todo ha cambiado, se encuentra en un lugar distinto... Una plaza de ciudad bastante grande, decorada con adornos navideños y un gran árbol de navidad en el centro. Por el lugar caminan cientos de personas cargadas con bolsas de regalos, algunas le miran de reojo por sus pintas tan llamativas.
Parte I. Advenimiento.
Ahora podemos distinguir mucho mejor sus rasgos. Pelo rubio con volumen sin llegar a ser melena repeinado hacia atrás. Ojos grandes de un color azul grisáceo que profundizan en todo lo que observan, una tez pálida como la de un vampiro, con unas facciones extrañas que resultan atractivas por su unicidad. Su traje de cuero negro recuerda al del general Zod en la segunda película de Superman, ceñido, ágil y con un pico abierto en el pecho. En cuanto a su arma, una espada ancha y larga, difícil de manejar si no es con dos manos.
Tras unos segundos de incertidumbre se da cuenta por como viste la gente y por la arquitectura que le rodea, que no sólo no se encuentra en su ciudad sino que probablemente esté en otro mundo. Junto a él hay una mujer mayor, de unos setenta años, gorda, que vende lotería.
ViejaLa vieja se gira de un susto por el grito y le mira de arriba a abajo con cara de resignación
¡Conchita! Cooommprennn lotería de naviddaaaad Conchita, siempre tooooca.
Chico rubio
(alterado)
¿Dónde coño estoy?
Chico rubioElla cae en la cuenta de la espada que lleva.
Uy, perdón
ViejaEn esto, el chico rubio ve que en el centro de la plaza hay un grupo de adolescentes vestidos de manera similar a él, sólo que sus atuendos son disfraces y sus armas de cartón. Lentamente se acerca todavía conmocionado por la situación. Uno de los adolescentes, que va vestido como Link el de Zelda, lo ve y se levanta exaltado.
Estos jóvenes de hoy en día... ¿Es que tu madre no te compró las pistolitas de niño?
Si ya decían en los ochenta que los punks traerían estas cosas, venga ¡Márchate de aquí melenudo! ¡Piojoso!
-volviendo a lo suyo- ¡Coommpreennn looteeeríaa!
Adolescente disfrazado de LinkLos adolescentes le miran de arriba a abajo con cara de flipe total. Les encanta su estilo. Ellos por su lado van disfrazados como personajes carismáticos de distintas sagas populares de anime y videojuegos. Hay una chica como Mikasa de Attack on Titan, un joven a lo Dante (Devil May Cry), una muchacha como Jill Valentine (RE3) y un par más como Mario y Luigi Bros.
¡Eh tíos! Mirad ese cosplay ¡Qué currado!
Chico rubio
Hola... Ehm ¿Cosplay?
Adolescente con cosplay de DanteEn ese momento pasa un chico musculoso con aires chulescos y ropa ajustada junto a su novia, una pija a la última moda.
¡Qué guapo tío! Te lo has currado
¿Por qué no te vienes con nosotros? Hacemos una piña de cosplays...
Pedazo espadón llevas
ChulescoEl chulo y la novia se van caminando entre risas mientras todos los adolescentes les miran mal.
(despectivo)
¡Nerds!
Link
¡Nerd y a mucha honra!Chico rubio
¿Nerds?LinkEl chico rubio los mira con desconfianza, no le parecen para nada gente de la que fiarse.
Si, nos llaman así... Ya sabes no es muy "cotidiano" salir a la calle con esto.
Chico rubioEl adolescente señala al rubio la boca de metro.
... Ya... Oíd ¿Sabéis donde estoy?
Link
Claro no has visto la parada de metro?
Chico rubio
A ver... Parada de...Chico rubioLink le mira extrañado, desde luego el chaval está perdido. Agilmente le aparta del resto que continúan con sus conversaciones sobre si Ada Wong es en realidad una bipolaridad de Leon S. Kennedy.
¿Sol?
Link.
Tu no eres de por aquí verdad?
Chico rubio
Am... No
Link
Ven demos una vuelta y te enseño esto un poco
Parque del retiro. Madrid. 18:45.
Chico rubioEl chico rubio se echa el pelo hacia atrás de forma chulesca
Así que esto es el planeta Tierra y estoy en la ciudad capital de un país llamado Ejpaña
Link
ESpaña, si
Chico rubio
Vaya...
Link
Y bueno cuenta ¿Cómo es tu mundo? Por cierto ¿Cómo te llamas?
Chico rubioDe repente se fija en algo que le deja boquiabierto. Un enorme árbol de navidad se alza en medio del parque, a su alrededor mucha gente le saca fotos.
Vengo de una ciudad llamada Midgar, capital del continente del este, y me llamo C...
Chico rubioLa gente que pasea cercana mira a los dos jóvenes con gesto extraño. Link sonríe algo tímido, como indicándole que baje la voz.
Pero... ¿Qué?
Link
(sorprendido por la reacción)
¡Ah ya entiendo, en tu mundo no hay navidad
Chico rubio
¿Navi qué?
Link
En este planeta hacen una festividad todos los años en honor supuestamente a un mesías de una religión.
En realidad hoy por hoy es más que nada una farándula de compras y cenas familiares obligatorias
Chico rubio
Ah... En fin... Me llamo CID
¿Y tú eres?
Link
Link. Link de Hyrule. Encantado
Cid
Igualmente. Me pregunto como podré volver a mi mundo...
Link
Yo igual, aquí no hay magia, es un coñazo.
Cid
(gritando exaltado)
¿Cómo? ¡No hay magia!
Link
Si que lo vives ¿Eh? jeje
Cid
Pero ¿Acaso la corriente vital no ha propiciado una energía pseucósmica capaz de alterar los elementos?
Link
Em...
Cid
Espera un momento.... Quieto aquí.
Cid da unos pasos hacia delante y se acerca al árbol navideño del parque.
Cid
¡PIRO+!
De sus manos sale una llamarada muy potente que prende el árbol en llamas. La gente se asusta y corre despavorida. Link se queda completamente paralizado, no da crédito a lo que acaba de ver.
Link
P...Pe...Pero...
Cid
Ehhh Por lo menos nosotros podemos usarla! ¿Ves?
Link
Ere... Ere... Eres... ¿Real?
Cid
Coño claro ¿No me ves?
Link
Pensaba que sólo eras un friki más haciendo un fanfic en la vida real
Cid
... ¿Un fan qué? Oye no entiendo la mitad de las cosas que dices ¿Tú no eres real o qué? ¿Qué es un friki? Y ¡Por qué todo el mundo habla de cosplays! ¿Qué es un cosplay? ¿Una marca?
Link
Yo soy de aquí... Me llamo... Sergio
Cid
¿Eh?
Las sirenas de bomberos y varios coches patrulla suenan a lo lejos acercándose al lugar. Sergio vuelve en si tras el shock y angustiado comienza a correr soltando su espada de cartón. Cid la recoge con asco.
Cid
¿Cómo vas a matar monstruos con esta birria?
Los camiones y coches llegan a la posición de Cid, a toda prisa un par de policías que acaban de aparecer le gritan apuntándole con sus armas que ponga las manos en alto.
Cid
Ahora mismo capullos
Cid usa la misma energía que utilizó cuando usó el piro+, descubriendo que lleva unas pequeñas bolas denominadas "materia" que le sirven para utilizar magia. La siguiente que utiliza lleva puesta la insignia de "Salto". En cuanto la introduce en su cuerpo un aura le sobresale y pega un brinco tan bestia que llega a la azotea de uno de los edificios más altos de la ciudad sin que los policías puedan seguirle la pista.
Parte II. La leyenda del rojo.
Seguimos en lo alto de un edificio madrileño...
Cid
Vale, ya me he hartado de este sitio.
De su bolsillo extrae el cristal azul y lo mira fijamente.
Cid
¡Quiero volver a mi planeta!
El aire corre pero no sucede nada. Tras unos segundos de anhelo todo continúa igual. Cid se desploma en el suelo.
Cid
¡Mierda! Sabía que tarde o temprano la iba a liar... ¿Y ahora qué?
Pobre señor con bigotes, que sólo vas a estar. Ojalá estuvieses aquí.
En cuanto pronuncia sus últimas palabras el cristal brilla con intensidad. Cid lo mira asombrado y justo en ese momento... ¡ZAS! un gato negro aparece a su lado.
Cid
¡Señor con bigotes!
Cid abraza al gato y cae en la cuenta de lo que ha ocurrido. Pensativo mira de nuevo el cristal.
Cid
Si puedo traer a quien quiera ¿Quién mejor que el que me ha metido en esto? ¡Bugenhagen aparece!
Al igual que con el gato, el cristal emite un brillo y un hombre anciano aparece ante Cid. El gato por su parte desaparece.
Bugenhagen
¡Ugh! Cid, Vaya, vaya... Así que finalmente lo encontraste.
Cid
¿El cristal? Claro, le dije que era el mejor cazatesoros por algo... El problema es...
¿Por qué me ha traído aquí? ¿Y a dónde ha ido mi gato? Estaba aquí hace un momento.
Bugenhagen
Mmm Probablemente sólo te permita traer un acompañante.
De tal modo que cuando invocas a alguien tu anterior invocación vuelve a su mundo.
Cid
"Genial"...
Bugenhagen
Lo otro olvidé mencionarlo, se ve que ya voy viejo... El cristal tiene cualidades más allá de la magia otorgadas por la corriente vital.
Es capaz de reconocer cuando un mundo peligra por su propio poder
y tiene la autoconsciencia como para enviar a personas elegidas por él mismo para enmendar el error.
Cid
... Primero. Usted no se olvidó de decir eso, ¡¿Cómo iba a olvidarlo?! Sólo se calló...
Y segundo.... ¿Podría repetir la información?
Bugenhagen
¿Repe...
Cid
(cortándole)
¡Que no me he enterado de nada, vaya!
Bugenhagen
Por lo que sé en este planeta hace siglos vino un monstruo del nuestro.
Un monstruo que adquirió la forma de un hombre anciano y gordo vestido con un traje rojo.
Su base estaba en el norte, donde formó un ejército de pequeños trolls con los que planeaba acabar con la vida de todos los niños de este mundo.
Cid
¿Matar a los niños?
Bugenhagen
Bueno, no sé si matarlos o secuestrarlos, qué se yo, el monstruo la iba a liar y punto
Cid
¡Como si fuese lo mismo oiga!
Bugenhagen
Al ser el único ser con magia en este planeta el equilibrio entre el bien y el mal se, digamos... desequilibró.
Así que el cristal mandó a un héroe que lo congeló en el norte.
Cid
Genial, como la leyenda de Sefirot ¿No? Para una vez que me meto en una aventura y ni siquiera es original
¿Qué será lo siguiente? ¿Que me llamen Cloud?
Bugenhagen
Por desgracia la contaminación es muy potente en este lugar, así que se ha descongelado y planea atacar empezando por esta ciudad durante estos días, en los que celebran una festividad llamada Navidad.
La leyenda del monstruo fue reconstruida por los humanos y le dieron un enfoque más infantil, convirtiéndole en una especie de benefactor volador...
No recuerdo como le llamaban... Santa Clavos o algo así.
Cid
Resumiendo... Tengo que cargarme al gordo navideño
Bugenhagen
Si lo trajeras de vuelta a nuestro planeta sería más útil. Lo estudiaríamos. En cualquier caso debes impedir que logre su objetivo.
Por lo visto es un ser con gran poder, adquirió la capacidad de volar gracias a unos renos que él mismo creó. Es probable que necesites ayuda.
Cid
Ya y usted supongo que no es el más indicado para un combate.
Bugenhagen
Llama a Cloud, se le dió muy bien trabajar con tu padre. Seguro que tenéis la misma química
Cid
Ya puedo encargarme yo sólo, gracias
Bugenhagen
Como gustes... Pero recuerda que si pierdes, Santa Claus te convertirá en un reno.
Cid
...
Bugenhagen
Un reno es un animal
Cid
...
Bugenhagen
Te convertirá en un animal
Cid
...
Bugenhagen
En un reno con el hocico brillante
Cid
...
Bugenhagen
En un reno castrado para no tener el celo
Cid
¡CLOUD!
Un nuevo destello lo ilumina todo. Bugenhagen desaparece y en su lugar un hombre de aspecto similar a Cid hace acto de presencia. Cabello rubio corto, ojos azules claros, piel blanca y un atuendo algo suelto. A su espalda una espada idéntica a la de Cid. Ronda los treinta y tantos...
Cloud
(desorientado)
... ¿Dónde...?
Cid
Larga historia. Tal vez no me recuerdes, soy Cid, el hijo de tu antiguo compañero.
Cloud
Ah...
Cid
Si, si, si. Yo también me alegro mucho de verte. Te explico yo soy el prota ¿Ok? El líder, el que toma las decisiones, suelta las punch lines y se lleva a la chica ¿Estamos?
Cloud
...
Cid
¡Ni se te ocurra usar un límite antes que yo! Porque todo el mundo sabe que el primero en usar los límites es el prota y nadie más... N-a-d-i-e m-á-s.
Cloud
No entiendo nada.
Cid
Bugenhagen me ha enviado a través de este cristal para que detengamos a un tiparraco de unos 80... gordo y con traje rojo.
Además tiene un ejército de minitrolls a sus órdenes y puede volar gracias a la ayuda de unos renos castrati que no quieras saber de donde han salido.
Cloud
Pero...
Cid
Es la única forma de volver a Midgar, su ubicación está al norte pero por lo visto vendrá aquí esta noche para liarla.
Cloud
Entonces le esperaremos
Cid
Eh, eh, eh, eh, eh, eh, eh, eh, eh. El líder ¿Recuerdas? Yo.
Yo diré lo que haremos... Y esperaremos aquí.
Cloud le mira con recelo. Cid mantiene su mirada sarcástica. En una décima de segundo los dos realizan un mandoble con sus respectivas espadas que genera una onda expansiva dañando críticamente el edificio en el que están.
Taberna Pepe. 1 hora después.
Taberna casera típica del barrio de Malasaña (Un barrio muy campechano del centro de Madrid). En las noticias hablan acerca de un edificio que ha quedado hecho polvo cuando lo que parecían dos figuras extrañas se golpeaban alrededor de él.
En la barra se encuentra Pepe (50 años, barrigudo, con bigote) que cambia de canal para poner un partido repetido del Real Madrid - Barcelona.
Pepe
¡Vamos Cristiano! Vaaamos... Joder, otra vez el cabrón de Messi marcando.
Al otro lado de la barra, con magulladuras, las gafas de sol puestas y bebiendo una caña se encuentra Cid. Sentada junto a él está Tifa, una morena de pelo largo, ropa de boxeadora y edad similar a Cloud.
Cid
Pues cómo te decía, me enviaron a por el encargo, pero mi compañero se tomó a mal que me lo diesen a mi...
¿Qué culpa tengo yo de ser guay?
Tifa
¿Quien era tu compañero?
Cid
No le conocías, no es muy famoso Es igual, me harté y le envié de vuelta a Midgar invocándote a ti
Tifa
Ah, bueno, parece que estás algo mejor
Cid
Si, vamos a ello.
22:45 montaña cercana a Madrid.
En una pequeña llanura cerca de la cima una familia improvisa un pequeño camping donde se preparan para cenar. El cielo está estrelledo, pasan algunas estrellas fugaces. En lo alto de la cima Cid y Tifa se encuentran sentados, apoyados el uno en el otro observando como esta familia de clase media formada por 7 adultos, 4 ancianos y 8 niños forman su pequeño aquelarre.
Cid
Es extraño ¿Verdad?
Tifa
¿El qué?
Cid
Esta gente. Este mundo. Sin magia, sin monstruos.
Tifa
Parecen muy pacíficos. Eso es bueno.
Cid
Si pero ¿Qué hacen con sus vidas? ... ¿Trabajar y ya está?
Tifa
No lo sé
Cid
Es demasiado fácil... ¿Y qué hay de estas fiestas? Todo el mundo parece excesivamente cariñoso y receptivo.
Son como fantasmas de la ciudad de los ancianos, ávidos por tu alma.
Tifa
Hablas como si te afectara ver felicidad
Cid
¡Yo no...!
Tifa
(cortándole)
¡Silencio! ¡Mira!
Tifa le señala a Cid el cielo. Un carro gigante se presenta imponente en lo alto, llevado por siete renos con aspecto diabólico.
Cid
¡Mecawen! ¡Es él!
Tifa
Se dirige a la ciudad
Cid
No si puedo impedirlo...
Cid se introduce una materia "salto" y acto seguido se impulsa en el aire hacia el carro de Santa Claus. El viejo le ve acercarse y con una sonrisa le saluda "Yo-ho-hó".
Cid
(acercándose en el aire de forma rápida)
Yo-ho-hó... ¡HO-puta!
De un mandoble brutal Cid no consigue partir el carro pero si causarle suficiente daño para que se precipite al vacío cayendo a pocos metros de la familia de antes, interrumpiendo su cena y dejándolos a todos anonadados.
En ese momento Tifa hace acto de presencia y les pide a todos que se marchen corriendo. Tras esto Cid alcanza su posición y juntos los dos se dirigen al carro sólo para descubrir de dentro a una figura de primeras amistosa.
Santa Claus
Pero ¿Se puede saber a qué viene este alboroto? Podrías habernos matado chico.
Tifa
Pues a mi me parece un anciano entrañable
Cid
Oiga caballero, no se ande con rodeos sabemos que hace esto para visitar a los niños
Santa Claus
Claro para darles sus regalos por haber sido buenos...
Tifa
Cid... Estás seguro de que...
Santa Claus
Y llevármelos al polo norte para convertirlos en los temibles monstruos que acaben con las vidas de sus progenitores
Tifa
Cid
Ya, ya, ya... En fin -desenfunda su espada-
Ya tardo en convertirme en héroe, abuelete.
Santa Claus levanta la mano creando una llamarada, su cuerpo muta y se materializa en su auténtica forma. Un ser humanoide de 5 metros de alto. Rojo como el fuego y con unos colmillos del tamaño de un dedo.
Santa Claus
Tengo un regalo para vosotros
Santa Evil Claus abre la boca y de su interior sale una extraña niebla que cubre el paisaje... Tifa se da cuenta de lo que es.
Tifa
Es niebla alucinógena ¡Cierra los ojos!
Pero antes de que Tifa pueda acabar la frase la niebla cubre por completo a Cid. Paralizado ve como una joven aparece ante él. La conoce.
Pelo corto negro como la noche, tez fría como el hielo. Ojos achinados, calurosos y una sonrisa que erradia felicidad. No es especialmente atractiva de primeras pero una vez recaes en la forma de su cuerpo te genera una irremediable atracción. Pechos redondos, grandes, bien colocados, cintura con curvas bien marcadas y un estilo llamativo de usar la ropa. Ligera pero apretada al mismo tiempo. Es la típica mujer por la que cualquiera contaría las estrellas.
Cid
¿A... la... na?
Alana
Eres todo lo que un héroe necesita para ser. Pero no eres nada para mi...
Alana se desvanece en la niebla. Lo que le ha dicho ha tocado hondo en el corazón de Cid que da un paso en falso hacia atrás y se precipita por un acantilado.
Parte III. Bailando en la oscuridad.
7 días más tarde... Bar de Pepe. Mediodía
Madrid está desolada, como si un terremoto se hubiese unido con un huracán y una erupción volcánica y la hubiesen arrasado. Los coches de bombero y policía van de un lado a otro, en las noticias -que son dadas por todos los canales- no dejan de hablar de la fuerza destructiva que arrasó la ciudad la noche del 24. Familias llorando, gente sin esperanza.
El bar se encuentra en ruinas, varia gente se guarda del frío en su interior alrededor de pequeñas hogueras improvisadas. En una esquina, a la sombra, yace Cid convaleciente pero consciente, con muchas magulladuras por su cuerpo. La puerta de la taberna se abre de golpe y entra Tifa con una niña pequeña. Tras hacerle un breve gesto indicándole donde estaba su familia la niña corre a reunirse con los suyos mientras ella camina a paso decidido hacia Cid.
Tifa
Las buenas noticias son que no se llevó a los niños gracias al tiempo que le retuvimos
Cid
No importa, cuando te cambié por el viejo Bugenhagen me dijo que el bastardo volverá esta noche.
Para acabar lo que empezó. Es el cambio de año.
Tifa
Ya veo. Mientras hablabas con él yo he hecho recados en Midgar...
Tifa suelta delante de Cid una nueva espada ancha. Perteneciente a Cloud. Afilada como una katana.
Cid
Tifa
Hablé con Cloud y me lo contó todo
Cid
No tengo nada que decir
Tifa
Tranquilo no estoy enfadada, de nada serviría. También hablé con tu grupo de cazatesoros...
Oye, está bien que quieras salvarlos a todos y llevarte la gloria,
pero tarde o temprano tendrás que reconocer que tú sólo no puedes. Es imposible.
Cid
Tifa
Ese monstruo ataca a nuestros recuerdos más personales. Si no te quitas las gafas y me cuentas qué te corroe volverá a ganarnos.
Y esta vez el planeta no tendrá oportunidad de salvarse, empezará por Madrid, luego Europa y de ahí el resto del mundo.
Cid No se quita las gafas pero mira a Tifa seriamente durante unos segundos. Por primera vez se ha tomado en serio lo que le han dicho y algo cambia en su interior.
Tifa
¿Y Bien?
Cid
Había una chica... Salimos un par de veces... Y yo no le dije nada. Es todo.
Tifa
¿Por qué?
Cid
Cuando no ofreces lo que alguien busca sabes que si abres los ojos nada será igual,
así que los aprietas con todas tus fuerzas. Te dices a ti mismo: Tranquilo, a ti siempre se te ha dado mejor bailar en la oscuridad.
La oscuridad es más fácil de difuminar.
Tifa
Cid, Supéralo. Busca el modo de usar esos sentimientos en contra de él.
Cid
... Lo intentaré .
Tifa
Bueno, me alegro que te sinceraras.
Ahora sólo queda esperar al gordo.
El tiempo pasa a toda velocidad, la luz del día se marcha y llega la noche. Cid y Tifa se equipan con todo lo necesario, unas cuantas materias y sus respectivas armas. Cid se venda sus heridas de tal forma que le permitan moverse con un poco más de naturalidad. Tras una larga caminata por fin alcanzan la cima de la montaña donde anteriormente se enfrentaron al temible monstruo rojo.
Esperan con calma oteando el horizonte. En esto un destello surca los cielos. Es Santa Claus. Tifa se pone en pie.
Tifa
¡Esta vez me toca a mi el primer golpe!
Tifa se introduce la materia "Salto" y pega un brinco hasta alcanzarle. De un fuerte puñetazo derriba a un par de renos precipitando el carro al vacío. La situación se repite, los tres individuos en lo alto de la colina cara a cara.
Santa Claus
¡Vosotros otra vez! No puedo entretenerme más.
Cid
(blandiendo su espada)
Seré rápido, te lo prometo.
Tifa
Esa frase me suena...
Cid
¿En serio? Mierda ... Vaya protagonista soy si ni siquiera hago bien las punch lines.
Tifa
No tranquilo... Debí haberla soñado...
Cid
Ah
Santa Claus lanza una llamarada brutal adquiriendo su auténtica forma, pero antes de que les alcance, Cid y Tifa se abalanzan sobre él. Tifa consigue agarrarle con fuerza la cabeza mientras Cid realiza mandobles en su cuerpo.
Santa Claus
¡No podréis detenerme!
Cid
Eso ya lo veremos
Santa agarra con fuerza la espada de Cid impidiendo que le siga atacando. Acto seguido se dirige a Tifa, que continúa sujetándole la cabeza desde atrás con todas sus fuerzas
Santa Claus
Venga bonita... ¿No te apetece un regalo de Santa?
Tifa
(haciendo fuerza sobre su cuello)
... Lo siento Santa… Pero este año creo que me tocará CARBÓN!
Tifa ejerce presión en el cuello de Santa Claus inmovilizándole y permitiendo a Cid que continúe atacando. Por lo que el monstruo recurre a su última solución para librarse de los espadazos del joven... Abre la boca y la niebla alucinógena rodea a Cid de nuevo. En su interior, Alana le observa.
Alana
Cid, corazón ¿Tienes que decirme algo que no me has dicho?
Cid
(acercándose a ella blandiendo la espada con esfuerzo)
Lo siento nena... Pero tengo que empezar a aceptar la realidad...
¡Nunca se me han dado bien las punch lines!
ZASSSSSSSSSSSSSSS
De un mandoble brutal Cid decapita a Alana. Mientras su cabeza cae al vacío la niebla se disipa, descubriendo que se trata de la cabeza de Santa Claus. Su cuerpo estalla en mil pedazos llenando a Cid y Tifa de sangre y visceras.
Los dos se miran, lo han conseguido así que se abrazan efusivamente. Tras ellos, a sus pies, termina la cuenta atrás de fin de año. Salen cohetes.
Tifa
¡Lo has conseguido!
Cid
¿Estás de coña? Sin ti no lo hubiese logrado, gracias
Juntos se preparan para irse, Cid se coloca las gafas y saca su cristal, pero entonces Tifa se gira percatándose de algo...
Cid
Vale cristal, ya podemos abrirnos de vuelta...
Tifa
... Cid...
Cid
(dándose la vuelta)
¿Qué?
En lo alto del cielo un centenar de pequeños trolls verdes vuelan a toda velocidad hacia el lugar del siniestro de Santa Claus. A medida que se acercan van sacando distintas armas letales, pequeñas hachas, lanzas y espadas. Cid y Tifa se colocan en posición de combate.
Epílogo.
Cid se encuentra en lo alto de una nueva colina de un paisaje sabático. Está tumbado comodamente en la hierba. El día es cálido con un sol muy brillante. De su bolsillo saca una cervecita, la abre y comienza a beberla.
Cid
Bueno chavales ¿Qué me queda por contaros? Si algo me enseñó esta experiencia navideña es que ser un chulito solitario con afán de protagonismo a veces te acarrea muchos problemas. Tal vez no sea la actitud más adecuada para depende qué situaciones... La gente necesita en mayor o menor medida a otra gente para conseguir sus logros. Esa es una gran verdad... Y la navidad sirve para, en cierto modo, hacer que estas relaciones de unión se refuercen, eso es algo que he aprendido en La tierra.
... Así que nada, cuando me di cuenta de que un ejército de minitrolls hijos bastardos de un monstruo milenario con forma de gordo cabrón venían a por mi, apliqué lo que había aprendido: Si te cansas, cuélgale el muerto a otro
A sus pies vemos como Cloud, con gesto resignado, se está enfrentando uno a uno a todos los trolls, partiéndolos por la mitad con su espada. Cid le da un sorbo a su bebida desde lo alto de la colina. Observa el combate como si de un partido de fútbol se tratase y se pone sus características gafas.
Santa Claus a mi...
THE END